Cuando lleguen las pericias balísticas, Manso definirá si Otero mató en legítima defensa
Héctor Otero, de 76 años, disparó a un delincuente que entró a robarle a su casa el viernes pasado por la madrugada. El joven de 21 años falleció luego en el Hospital. Sus cómplices fueron detenidos por el robo y su novia, aprehendida en un primer momento, liberada. Para Fiscalía, se cumplen los requisitos de la legítima defensa. Aun así, aguardan la confirmación acerca de que la bala alojada en el cerebro de Cristian Damián González coincide con el arma del jubilado comerciante.
El viernes la ciudad amaneció con la noticia de un nuevo asalto a mano armada en una vivienda céntrica, donde tres delincuentes ingresaron tras romper una reja. Esta vez, la crónica se desplazaba hacia el resultado del robo: la resistencia armada por parte de la víctima, que disparó un arma de fuego cuyo proyectil dio en la cabeza de uno de los ladrones.
Cristian Damián González, de 21 años, falleció el viernes por la noche en el Hospital, luego de unas 15 horas de agonía. La bala que ingresó en su cráneo a través de uno de sus ojos desplazó la masa encefálica y allí quedó alojada.
Héctor Otero, de 76 años, quedó imputado por homicidio y por tenencia ilegal de armas, ya que el revólver con el que disparó no estaba declarado. Fiscalía no tomó medidas coercitivas para con él, por lo que espera la decisión en libertad.
El Fiscal Marcelo Manso volvió a tomarle declaración indagatoria ayer por la mañana y decidió esperar la pericia balística ordenada sobre la bala y el arma para definir la situación procesal del anciano.
Si proyectil y arma coinciden, que es lo más probable, la acción de Otero será considerada “legítima defensa” y la causa será archivada, en la medida en que todos los elementos permiten establecer que su disparo fue para evitar que lo mataran a él.
En legítima defensa
Otero fue indagado ayer a las 10.00 de la mañana. En su relato, remitió a lo que expuso en su declaración anterior, que tuvo lugar el mismo viernes por la tarde, luego del hecho.
Alrededor de las 4.45 de la madrugada sonó la alarma de la casa de Otero. No observó nada y la volvió a activar. Luego escuchó ruidos detrás de la puerta de su habitación. Allí habría tomado el arma y descerrajado un disparo, de acuerdo a las primeras versiones.
Los delincuentes, que eran tres -los otros dos imputados habrían estado esperando afuera-, ingresaron y lo vieron con el arma. Uno de ellos le apuntó y Otero disparó.
Los cómplices de González fueron a su casa a avisarle a su novia, que fue quien lo trasladó en auto al Hospital. Ese día, la joven de 20 años fue aprehendida, pero luego quedó en libertad cuando el Fiscal Manso reconstruyó el hecho y no acreditó que haya participado. La chica no aparece en las imágenes que tomaron las cámaras.
“Estamos por resolver”, dijo el Fiscal Marcelo Manso consultado por La Opinión. Respecto de si el hecho de que tuviera un revólver sin declarar influye en la ponderación acerca de si actuó en legítima defensa o no, aseguró: “Puede que sea procesado por tenencia ilegal de armas, pero no quita la legítima defensa”.
Para la Fiscalía, de acuerdo a los elementos reunidos hasta el momento, se cumplen los extremos de la legítima defensa. El Código Penal dice que no será punible “el que obrare en defensa propia o de sus derechos, siempre que concurrieren las siguientes circunstancias: agresión ilegítima; necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla; falta de provocación suficiente por parte del que se defiende”.
“Enviamos a peritar el proyectil para que quede establecido que el disparo mortal salió del arma que esgrimía Otero. Una vez que tengamos ese peritaje, resolveremos”, explicó el Fiscal.
“El robo está esclarecido”
Para Manso, lo que sucedió el viernes por la madrugada en el domicilio de General Pueyrredón al 200 no fue “robo” y no “tentativa”, y así lo caratuló. Para él, el hecho “está esclarecido”.
Las dos personas que están aprehendidas están involucradas, y la tercera, la novia de Cristian Damián González, está en libertad porque “no participó del hecho”.
Como se explicó, fue aprehendida el día del incidente ante el riesgo de fuga.
Legítima defensa no es justicia por mano propia
Desde que se conoció la noticia del hecho, las opiniones en las redes sociales no cesaron. Desde manifestaciones de apoyo a Otero que aseguraban que marcharían por las calles de la ciudad si quedaba detenido, hasta los osados que confundieron su defensa con el asesinato doloso, al tiempo que lo justificaban.
El Código Penal define al homicidio doloso como aquel en el que el que mató tuvo la intención de hacerlo. Lo califica como delito e impone penas que van de ocho a veinticinco años de prisión.
Como se explica en la nota central de esta página, el homicidio en legítima defensa elimina la “antijuridicidad”, por lo que la conducta no es punible.
Cuando los comentarios vertidos en redes sociales son “felicitaciones” hacia quien disparó, sostienen que “eso es lo que hay que hacer”, aseguran que “el único chorro que sirve es el muerto” y alientan a que todos hagan “justicia por mano propia” yerran en el análisis.
Una persona que mata a otra con intenciones es un asesino. Así lo dice la ley, sin ambages. Una cosa es apoyar a un vecino que reaccionó ante una situación extrema. Otra, muy distinta, es, como lamentablemente hicieron varios, manifestar que una muerte les “alegró el día”.