La papelera Massuh, una empresa radicada en Quilmes, fue intervenida por el “magnánimo secretario” Guillermo Moreno para evitar que se presente en quiebra, y no sólo le cambió el nombre sino que les cambió el trabajo.
En los primeros meses de su intervención le vendió al Ministerio de Economía varios millones de pesos de papeles de negocios sin hacer, licitación previa, pues el señor Ministro Boudou se dio cuenta que le estaba faltando el papel para limpiar algunas manchas que quedaron después del famoso DNU de la Presidenta a propósito de la apropiación de los fondos del Banco Central, pero luego, como ya el Gobierno no necesita papel para escribir nada, pues el tal Moreno hace todo de palabra, él cerró la fábrica y para reabrirla les dijo a los empleados que eligieran a cien de ellos para echarlos y que los que quedan formarán una cooperativa con un sueldo fijo y único de $ 1.500, pero con la salvedad de que si alguna máquina se rompe o necesita mantenimiento, ese gasto será pagado descontándoselo de sus sueldos a todos los empleados. Es un trato bien a lo Moreno: “Lo tomás, o te vas”.
Como no le aceptaron ese trato, la cerró y la fundió él.
Abran bien los ojos los empleados de Papel Prensa, esa fábrica que tanto le costó a algún sampedrino traerla para satisfacer la necesidad de puestos de trabajo en esta ciudad.
Déjense llevar por “cantos de sirenas” o redobles de bombos, y verán cómo les cortarán también sus “barbas”.
Estamos en “buenas manos”; las del secretario de Comercio que, según el desbocado Fernández, tiene más autoridad que la propia Presidenta de la Nación y que la totalidad de sus ministros… ¡pobre país! En qué hemos quedado… ¿para qué se gastan tantos millones en propaganda y tanto palabrerío en cada llamado a elecciones?, ¿si después cualquier advenedizo se hace cargo de destruirnos a diestra y siniestra todo lo que se les ocurra sin haberlo elegido con nuestros votos?
A la gente de Papel Prensa: Si la próxima vez que vean a ese señor lo ven con el “suspensor” sobre el pantalón, busquen kriptonita, se convirtió en el SUPER-MACHO, y verán si no que con sus gritos pondrá todo en orden de acuerdo a su lógica revanchista, tan emparentadas con las que se recuerdan de los pro-hombres: Nerón, Hitler…
Su divisa “el gobierno soy yo”, “Yo tengo el poder”
Pongan las barbas en remojo.
Corto de Vista, un sampedrino que
alguna vez trabajó en Papel Prensa.
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