Crimen de Nelson Lillo: Branto no declaró y analizan las llamadas
El fiscal Marcelo Manso recibió un CD con el material, del que se desprenderán importantes datos sobre las llamadas telefónicas, que son fundamentales para la pista que investiga quién entregó la información para cometer el robo. Branto Ayala no quiso declarar y pidió no seguir preso en Sierra Chica.
Mientras la Cámara resuelve el pedido de la Defensa de Roberto “Tito” o “el Zurdo” Branto Ayala para que el único detenido por el crimen de Nelson Lillo no siga preso en Sierra Chica y sea trasladado a un penal más cercano a su familia, Fiscalía avanza en la investigación.
El miércoles parecía que iba a ser un día crucial en el proceso, cuando a las 4.00 de la mañana una comisión del Servicio Penitenciario Bonaerense partió desde el penal de máxima seguridad ubicado en el partido de Olavarría rumbo a San Pedro, luego de que en abril Branto Ayala pidiera declarar.
Sin embargo, el peligroso delincuente eligió hacer uso de su derecho a permanecer en silencio y su traslado sólo tuvo como objetivo pedirle al Defensor Oficial, Alejandro Ares, que eleve un habeas corpus porque en Sierra Chica está “lejos de la familia” y nadie lo va a visitar.
Branto Ayala llegó en medio de un importante operativo de seguridad. Arribó a las 9.00 de la mañana y esperó más una hora dentro de la camioneta del Servicio Penitenciario para ser entrevistado por el Defensor Oficial Alejandro Ares, que lo asiste en el expediente.
La Defensoría elevó a Cámara un habeas corpus para que evalúe lo que pidió Branto Ayala: no seguir preso en Sierra Chica y ser alojado en la Unidad Penal 3 de San Nicolás, asunto sobre el que deberá expedirse la Justicia.
La solicitud fue porque está “lejos de su familia”, sin recibir visitas, por la distancia.
“Hay una resolución del Ministerio de Justicia que establece que los detenidos del Departamento Judicial de San Nicolás no pueden estar lejos de las unidades locales”, explicaron a La Opinión desde el Ministerio Público de la Defensa.
Pasadas las 11.00, Branto cruzó desde Defensoría a Fiscalía. Estuvo unos minutos en un cuarto de esa dependencia judicial, junto a la importante custodia que le asignaron, y luego se sentó frente al fiscal Marcelo Manso para decir que iba a hacer uso de su derecho a no declarar.
Branto Ayala había sido indagado el día que lo detuvieron, 55 horas después del hecho por el que está imputado. En abril pasado, pidió ampliar esa declaración. Desde entonces, se esperaba la autorización del operativo de custodia que necesitaba el caso y recién este miércoles fue trasladado a San Pedro. En vano, puesto que no habló.
El detenido regresó al penal de Sierra Chica, donde esperará la resolución respecto al pedido que en su nombre hizo el Defensor Oficial respecto de su alojamiento en la cárcel de San Nicolás.
Esa mañana, el fiscal Marcelo Manso ya tenía en su poder un CD que recibió desde la asesoría pericial en el que fueron almacenados los datos que resultaron de las pericias relacionadas con el cruce de llamadas telefónicas de las líneas sobre las que la investigación tiene sospechas.
Manso y su equipo de la UFI 5 comenzaron a analizar en detalle ese contenido, con el objetivo de avanzar en una pista que es clave para la tarea investigativa y que procura establecer quién fue el que brindó los datos para que los asaltantes perpetraran el robo.
El camión de la empresa distribuidora de galletitas Río Tala llegó ese mediodía al supermercado chino de Rivadavia y Oliveira Cézar con dinero en efectivo del reparto del día. Los asaltantes, el ultimado a balazos Pablo Morel y el detenido Roberto Branto Ayala, tenían ese dato.
Para la investigación de Manso —que considera acreditada, a través de testimonios, la participación de Branto, aunque él dice que no tiene nada que ver— el camión fue “vendido” desde adentro de la empresa, es decir que hubo un cómplice que conocía a la perfección el detalle de los movimientos de dinero.
El fiscal considera que ese cómplice fue “partícipe necesario” de los hechos, es decir que cuando se pueda determinar quién fue y llegue el momento de acusar y solicitar pena, Manso pondrá a esa persona en el mismo nivel de responsabilidad que quien disparó el arma que mató a Nelson Lillo.
Además del abatido Morel, Branto Ayala y la persona sospechosa de haber entregado la información del camión, Manso tiene como imputado a Noé Gabriel Marcos Bruzzone, de 26 años, que está acusado de haber sido quien “rescató” a Roberto Branto Ayala de la escena del crimen, en una moto.
El joven nacido en el conurbano y criado en Río Tala estaba viviendo en la parte de atrás de la casa de Morel. Tras el hecho delictivo, se habría fugado hacia el gran Buenos Aires. En mayo pasado, Manso solicitó su captura, pero el Juzgado de Garantías no accedió al pedido.