Crecen las sospechas sobre la ayuda que recibe el prófugo Ulises Fernández
La familia del viverista asesinado en El Espinillo difundió un emotivo audio para reclamar el esclarecimiento del hecho. En la Justicia, analizan el pedido de intervención a otras fuerzas ante el fracaso de la Bonaerense en dar con el prófugo. A pesar de que a diario aparecen presuntos datos, el único sospechoso no aparece. Hay sospechas de que podría haber tenido contacto con su pareja, la exconsejera escolar Silvina Sampol.
El sábado pasado se cumplieron seis meses desde que Ariel Lido Gomila fuera asesinado cuando regresaba junto a su esposa a su casa de El Espinillo, donde un grupo de delincuentes que se encontraba en el lugar con fines de robo lo recibió a disparos.
Ese día, sus familiares difundieron un emotivo audio en el que recuerdan al viverista de 77 años, hombre de campo, padre, abuelo, esposo, tío, amigo de los que pusieron su voz para dejar en claro que no cejarán en su reclamo por justicia.
Hasta el momento, de los cuatro delincuentes que se presume participaron del violento hecho, el único identificado es Ulises Fernández, quien a pesar de los “esfuerzos” policiales por dar con él, permanece prófugo.
“Que la verdad triunfe”
Desde el primer día, los familiares de Ariel Gomila se pusieron al frente de la búsqueda de justicia. Su nieto Juan Manuel, expresidente de la Agrupación Mallorca, guió en persona a las ambulancias que llegaron hasta el campo donde yacía el cuerpo asesinado de su abuelo y donde su abuela temblaba de miedo tras quedar adentro del auto en medio de la balacera.
Luego vinieron las consultas en el Poder Judicial, la única reunión que mantuvieron con el Gobierno de Cecilio Salazar –cuya lista integró Silvina Sampol, pareja del prófugo Fernández y en esos días detenida porque cuando lo fueron a buscar a su casa encontraron una gran cantidad de cocaína y marihuana lista para la venta–, marchas, polémicas con el Secretario de Gobierno Silvio Corti, y una certeza que los mantiene unidos y en la lucha cotidiana: sin justicia, no habrá paz.
“La Fiscalía sigue investigando. Aunque la hipótesis es que participaron al menos cuatro personas, no hay más nombres, ni pistas, ni pruebas”, dicen en el audio compartido a través de las redes sociales y que llegó a miles de personas, viralizado a través de mensajes por WhatsApp.
Allí hablan de una “cadena de impunidad, de silencio y de temor” que atemoriza a cualquiera de solo pensarlo. “Necesitamos que la verdad triunfe para que Ariel pueda descansar en paz”, aseguran.
Ulises no aparece
Ariel Lido Gomila fue asesinado durante la madrugada del sábado 6 de febrero. Ese día, entrada la noche, la policía irrumpió en la casa que Ulises Fernández compartía con su pareja, Silvina Sampol, quien había asumido como consejera escolar en diciembre pasado, tras formar parte de la lista de Cambiemos que encabezó el intendente Salazar.
Fernández ya no estaba allí, lo que hizo sospechar desde ese momento que alguien podría haberle avisado. De esa casa la policía se llevó una campera manchada con lo que podría ser sangre –el hijo de Sampol le dijo a La Opinión que era “salsa de pizza”–, 1.100 gramos de marihuana, 34 de cocaína y 31 mil pesos en efectivo.
También se llevaron detenida a Sampol, que estuvo presa durante 40 días en una comisaría de Ramallo, acusada de tenencia de estupefacientes para su comercialización, hasta que su abogado Hugo Lima (h) logró que el Juez Pratti considerara que los elementos obrantes en la causa eran suficientes para bajar la calificación y liberarla, aunque sigue imputada por “encubrimiento agravado”, algo que sus amigas aseguraron hizo “por amor”.
Ulises Fernández sigue prófugo y nadie sabe de él. Al menos nadie lo dice. La policía no logra dar con su rastro, a pesar de que a diario la Justicia recibe datos que podrían significar indicios de su paradero.
Los allanamientos dispuestos hasta el momento no fueron fructíferos. La familia también recibe datos, generalmente anónimos, y ya no sabe si son veraces o acaso una estrategia para despistar, porque cada cosa que les dicen lo aportan a la causa para que se investigue.
Quienes trabajan cerca de los expedientes judiciales aseguran que nadie puede sobrevivir demasiado tiempo prófugo sin una logística de apoyo que implique dinero, poder y connivencias varias.
Los prófugos más famosos del país que fueron atrapados en los últimos tiempos están todos vinculados a la venta de drogas, como el propio Ulises Fernández, imputado por el asesinato de Gomila y por la venta de estupefacientes, aunque todo indica que no era más que un “pequeño distribuidor” en esa estructura enorme de negocio ilícito.
Su nivel de vida da cuentas de ello. No es Ibar Pérez Corradi, que pasaba sus días entre lujos en Paraguay; ni el narco que se refugiaba en un exclusivo country de Nordelta; ni siquiera Fabián Bassi, el miembro del clan rosarino atrapado en San Pedro. Pero para quienes siguen detrás de él, algo raro hay.
Otras fuerzas para colaborar
Los seis meses sin resultado que lleva la Policía Bonaerense en la búsqueda de Ulises Fernández son analizados por el Ministerio de Seguridad y el Poder Judicial como un verdadero “fracaso”, calificativo que no quieren usar ni siquiera puertas adentro de las oficinas donde se discute el tema, sobre todo cuando aparecen los mensajes públicos de una familia inquieta que no se queda de brazos cruzados.
El Fiscal Marcelo Manso instruye la causa, pero está abocado a una cantidad de juicios acumulados, por lo que por lo pronto delega en sus auxiliares el avance de este y otros expedientes.
“Está en trámite, no puedo revelar mucho más”, dijo ante la consulta de La Opinión y aseguró: “Estamos tratando de ubicarlo a Fernández. Pese a los intentos, todavía no se lo ha podido ubicar”. Para Manso también es “inexplicable que una persona permanezca tanto tiempo escondido. “Nosotros recibimos información constante y estamos trabajando en el tema”, sostuvo.
En la Justicia analizan la posibilidad de requerir auxilio de otras fuerzas de seguridad, como Prefectura, para intentar avanzar en algunos aspectos investigativos. Nadie lo dice, pero a medida que el tiempo pasa el círculo de posibles connivencias se estrecha, por lo que todos se vuelven más precavidos.
Incluso habría sospechas de que Fernández se comunicó con Sampol, aunque de ser así la Fiscalía ya hubiera actuado en una nueva causa por encubrimiento contra la consejera escolar que fuera suspendida por sus pares hasta que al recuperar la libertad presentara su renuncia.
Para colmo de males, las muestras de sangre tomadas en la escena del crimen recién podrían llegar para diciembre, ya que fueron remitidas a La Plata. El resto de las huellas tomadas en el lugar se malograron.
Pasaron seis meses y todo está como al principio. “Ariel tenía pasión por la pesca”, dice su nieto Juan Manuel en el audio que mantiene viva la esperanza de “arrojar luz sobre la oscuridad”, como dijeron al marchar, velas en mano.
“Ante la mirada de muchos, gracias a la complicidad de otros tantos y, lo peor, ante la indiferencia de quienes más deberían estar preocupados”, la familia de Ariel Lido Gomila sostiene: “Nunca nos vamos a olvidar” y pide: “Por favor, vos tampoco te olvides”.