Crecen las dudas sobre la muerte de Leguizamón
La carátula de la causa es Averiguación de Causales de muerte debido a que persisten las dudas sobre cómo se produjo el deceso de un joven de 24 años, cuidador de un campo. Sus compañeros dijeron que se disparó accidentalmente. Las pericias confirmarán quién manipulaba el arma.
Crecen las dudas alrededor de un hecho que en primera instancia parecía ser solo un accidente, pues así lo relataron las personas que estaban cuando ocurrió la muerte de Gabriel “el Colo” Leguizamón, de 24 años, y las primeras actuaciones podrían develar otras cuestiones que le darían un vuelco inesperado a la causa.
En primera instancia se manejó la hipótesis de que el joven se había descerrajado un disparo él mismo cuando tenía una pistola calibre 22 en sus manos. Ahora, las primeras pericias efectuadas por Policía Científica indican algunas cuestiones que no coinciden con el relato de sus compañeros respecto de lo sucedido.
Leguizamón se encontraba en medio del campo junto a otras dos personas, con quienes desarrollaba tareas de cuidador en un monte de frutas perteneciente a un reconocido productor de la ciudad, de acuerdo a lo que señala el parte oficial del hecho.
Era medianoche cuando la policía recibió el alerta sobre la presencia de una persona fallecida en un sector cercano al barrio Villa Jardín, sobre el denominado callejón de Ramón o Las Chacras. Según sus dos compañeros, Leguizamón se disparó accidentalmente a la altura del pecho cuando tenía el arma en sus manos y falleció al instante.
La policía secuestró en el lugar el arma que hirió de muerte a Leguizamón y una escopeta que era propiedad de una de las otras personas.
En primera instancia, quienes se encontraban junto a la víctima volverán a ser citados por la Justicia para prestar declaración, con el fin de rearmar esta historia, en procura de determinar qué fue realmente lo que sucedió esa noche.
Además, otro de los datos que certificarán o no las dudas generadas en torno al hecho es el resultado del examen de parafina efectuado a los jóvenes. Allí se podrán recabar indicios para determinar si alguno de ellos manipuló el arma. La prueba sirve para determinar si él o los sospechosos tienen todavía en sus manos restos de pólvora.
La repentina desaparición de Leguizamón, quien vivía en Gobernador Castro, provocó un profundo pesar entre sus seres queridos. Ahora será la Justicia la que tenga la última palabra y la que evaluará si es necesario recaratular la causa como Homicidio.
Muerte en el calabozo
La división Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad interviene en el caso de la aparición sin vida de un preso en el interior de uno de los calabozos de la Comisaría San Pedro.
El hecho se produjo el pasado viernes 13 en el momento en que gran parte del personal policial se hallaba en un allanamiento por otro caso resonante.
Una vez conocido el hecho se dispuso la apertura de dos sumarios: uno contra el efectivo que esa noche cumplía la función de Imaginaria en la zona de calabozos, y el otro recayó sobre quien se desempeñaba como Oficial de Servicio en el turno.
La actuación judicial está a cargo de la Fiscalía Nº 7 de Gabriela Ates y en primera instancia no habría otros indicios que contradigan la hipótesis de suicido.
Según se pudo establecer, Javier Izaguirre, de 36 años, había ingresado a la medianoche por un caso de amenazas calificadas contra su mujer.
Horas después, alrededor de las 5.00 de la mañana, se constató que estaba muerto, colgado con una remera, en el baño que posee el calabozo. En lo estrictamente judicial se aguardan resultados periciales, aunque en primera instancia se advirtió que Izaguirre se hallaba solo cuando se produjo el episodio fatal.