Coronavirus: Crece el malestar de autónomos y monotributistas que deben endeudarse para pagar gastos fijos y sueldos
Débitos automáticos de impuestos, moratorias, cheques, descubiertos bancarios, mercadería que se compró y no se puede vender, pago a proveedores, liquidación de sueldos, refinanciación de deudas, gastos fijos que incluyen alquileres y abonos mensuales que se acumulan en las tarjetas de créditos, son solo algunos de los problemas que se enfrentan durante la cuarentena impuesta por la pandemia de COVID-19. Las quejas desencadenaron ayer un cacerolazo que se escuchó tras el aplauso de reconocimiento a los trabajadores de seguridad y salud sobre todo en Capital Federal. Durante toda la jornada circularon audios y videos de dueños de empresas o locales que están cerrados desde que comenzó la cuarentena pidiendo el recorte de gastos para todos los funcionarios políticos.
Las medidas adoptadas por el gobierno no alcanzan para llegar a un amplio sector de la población que se quedó sin su ingreso diario y con todas las obligaciones mensuales. Profesionales de muchas especialidades, peluqueros, masajistas, entrenadores, comerciantes de rubros como indumentaria y electrodomésticos, librerías, tiendas, inmobiliarias, prestadores de servicios no esenciales, albañiles, constructores, electricistas, contratistas, prestadores turísticos, restaurantes, bares y concesionarias de autos, entre otros, forman parte del abanico de autónomos y monotributistas que con empresas de distinta dimensión generan fuentes de trabajo registradas.
En los próximos cinco días, la mayor parte de esos contribuyentes debe liquidar sueldos y jornales, pagar a sus proveedores -que también están en la misma situación- y afrontar el pago de los intereses que le generarán las deudas ya contraídas y demoradas por el corte de la cadena de pagos. En ese sector se desenvuelven también los que sostienen abonos fijos de clubes, clases particulares, colegios, cooperadoras, suscripciones a entidades intermedias como el Centro de Comercio y obras sociales particulares o prepagas que por el momento no han diferido los vencimientos de sus cuotas. Hubo suspensiones, reducciones horarias y en más de un caso, despidos.
Sin bancos y sin ayuda el 13 de abril es una fecha demasiado lejana para los que habían comprado insumos o mercadería que quedó en stock y que será difícil comercializar cuando se retome la actividad normal, otros pactan con las inmobiliarias y dueños de inmuebles el modo de financiar el alquiler de sus locales que están ociosos desde hace 12 días. Una parte ha logrado trasladar sus ofertas a plataformas digitales pero en su mayoría, hasta los médicos que hacen una receta sufren el destrato de los prestadores que no reconocen esa actividad como "acto médico" para abonarles sus aranceles.
En la ciudad se espera la acción del Centro de Comercio que anunció la formación de un comité de crisis pero la participación es escasa y los caminos acotados. Uno de los pedidos más frecuentes es que tanto el gobierno de la provincia, el de la nación y el municipal suspendan todo tipo de imposiciones o tributos sobre todos los rubros registrados en la AFIP que no tienen actividad desde el 20 de marzo para no seguir generando deudas ante los organismos de recaudación y para que se suspendan los débitos en cuentas corrientes bancarias.
Hay una serie de medidas que ya han sido anunciadas como la suspensión del pago de cargas patronales, el otorgamiento de programas Repro, la habilitación de descubierto para pagar sueldos con una tasa de interés del 24% y el otorgamiento de créditos blandos pero en todos los casos, empresas y comercios los asumen como un nuevo endeudamiento al que no saben si podrán hacerle frente.