Coronavirus: Cómo es vivir en cuarentena pero aislados, la obligación de quienes regresan del exterior
En San Pedro al viernes 27 de marzo hay 181 personas que viajaron o volvieron de otros países y deben cumplir 14 días el aislamiento social preventivo y obligatorio sin poder salir ni siquiera a comprar alimentos, tal indica el protocolo de prevención para evitar la propagación del COVID-19. La Opinión dialogó con dos familias que debieron recluirse por completo y no presentaron síntomas.
Por un DNU del presidente, Alberto, Fernández, todo el país está en aislamiento social preventivo y obligatorio al menos hasta el 31 de marzo para evitar la propagación del coronavirus, pandemia que llego a casi todos los países del planeta y causó miles de muertes, ocho de ellas en Argentina.
La cuarentena tiene excepciones como, por ejemplo, salir una vez por día a comprar alimentos. Sin embargo, ellas no existen para quienes regresaron de viajes al exterior, personas que deben aislarse catorce días en una casa para advertir si se contagiaron el virus o no. En esa condición, San Pedro tiene al 27 de marzo 181 ciudadanos según datos de la Dirección Nacional de Migraciones y La Opinión dialogó con dos familias que contaron como sobrellevaron el día a día.
Un joven de 29 años regresó con su familia de Brasil el 17 de marzo y lleva diez jornadas autoaislado en su vivienda a pesar de que en la frontera no los controlaron cuando ingresaron y sólo recibieron mensajes en su teléfono de parte del Ministerio del Interior de la Nación de que debían "respetar la cuarentena legal de 14 días" que la Policía certificó poco después.
"No tuvimos síntomas ninguno de los tres", dejó en claro el sampedrino quien describió la situación en la que se encuentra como "rara" porque su mamá les lleva "provisiones" y se las deja en la puerta para no tener contacto alguno con ellos. También, contó: "Nos hablamos por celular con todos hasta que pasen los días. Ratos me sobran, jugamos a los jueguitos y con el trabajo (N. de R.: abogado) está todo varado por la feria judicial".
Además, habló de cómo su pareja y su hijo llevan adelante la cuarentena y destacó que al menor de edad le dieron "mucha tarea en la escuela" y tiene tiempo para hacerla. Y agregó: "También juega a la PlayStation y se llama por videollamadas con los amigos. No se preocupa por salir. Mi pareja tiene encargues de crochet que va a entregar cuando terminemos la cuarentena, el 1 de abril ya podemos salir".
Otro caso de ciudadanos de San Pedro que regresaron del exterior es el de un joven que estuvo varios meses en Europa y llegó antes de que se dictamine el aislamiento obligatorio. El chico completó las dos semanas sin moverse de su domicilio y no tuvo síntomas de COVID-19. En relación a cómo atravesó las jornadas, hizo hincapié en que se agarró del "lado positivo": "La cuarentena la hice con mi papá en la casa de él. Trato de verle el lado positivo después de tanto tiempo estar afuera uno aprovecha más el hecho de estar en su casa. Trato de sacarle ese lado positivo, volver a tener tus espacios y compartirlo con mi papá". A ellos, también les compraron y llevaron la comida para evitar salir a la calle y tener contacto con el resto de las personas.
Ambos casos son ejemplo de personas que cumplieron con lo establecido por el gobierno nacional en la lucha contra la pandemia a la que todavía muchos minimizan y, acto seguido, rompen con el aislamiento sin importar que no sólo ponen en riesgo su salud sino de la quienes los rodean y toda la sociedad en un contexto inédito y complicado que cumplió su primera semana.