(Un correntino a Malvinas cuyo cadáver no fue encontrado)
Nunca tuvo maldad ni fue violento,
su niñez de pobreza lo hizo austero,
comprendió que el trabajo es lo primero,
la escuela, “se verá en otro momento”.
Y así creció, sin prisa y sin lamento,
obediente y sumiso en el severo
entorno familiar, destino obrero
de fatigas, dolor, renunciamiento.
Llega ese día en que el clarín convoca
a defender la Patria ¡A él lo llama!
y entonces sí, el pecho se le inflama.
Y palpita la gloria que le toca
por suerte, por destino, por valiente…
por una cruz vedada eternamente.
Alfredo Momo
DNI. 4945627
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