Continúan las estafas y engaños a los abuelos
Utilizan el secuestro de un familiar o un trámite bancario como argumento. Casi siempre llaman a teléfonos fijos. Utilizan estrategias de nemotécnica para confundir a las personas mayores. Muchas veces se llevan el botín de manos de las víctimas y con ello eluden la denuncia por robo.
Se los puede denunciar por estafa, engaño y, en pocos casos, por robo. La trampa está pensada para que la historia sea verosímil y las personas mayores comiencen a ofrecer datos sobre bienes, familiares, dinero, direcciones, contactos o detalles que para los estafadores resultan útiles.
La mayor parte de los llamados ocurren en horario bancario y remiten a trámites que algún familiar debe hacer rápidamente y con la anuencia de alguna entidad financiera. El resto se registra en horarios nocturnos o a las salidas de los colegios. Estos últimos son los que aterrorizan a quien recibe la comunicación en la que alguien llora, grita o pide ayuda porque está secuestrado o ha protagonizado un accidente.
Los familiares advierten y piden a los medios que se genere la alerta porque llegar a la vía judicial o a la investigación es muy difícil, a menos que haya cámaras de seguridad o reconocimiento de las personas que se quedan con dinero o bienes fácilmente reducibles.
El método
El caso más grave por el volumen del botín que se llevaron se registró hace casi un mes cuando Marta atendió su línea telefónica entre las 12.30 y las 13.00 de un día viernes. Estaba en su casa y con su marido cuando del otro lado de la línea alguien le dijo “abu” y de inmediato ella respondió con el nombre de uno de sus nietos.
De allí en más, la conversación es, con sus más y con sus menos, de acuerdo al perfil de cada damnificado. La estafadora o estafador conoce lo suficiente como para manipular psicológicamente a quien elige para estafar. Tiene algunos datos previos y hay sospechas sobre quién puede entregarlos. De hecho, nombre completo y dirección son el primer camino.
El sábado una mujer que figura en la guía con sus dos nombres, “Elvira Rosa” desbarató la maniobra sólo porque cuando su supuesto sobrino intentaba pedir un rescate desesperado la llamó por el nombre que a ella no le gusta: Elvira. Tuvo suerte, cortó la comunicación y evitó seguir atrapada en el terror de imaginar a un familiar a merced de delincuentes. Minutos después llamó al hijo de su hermana y constató que estaba en perfectas condiciones.
La suerte no fue la misma para otras personas. A Marta, quien se hizo pasar por su nieto le dijo: “Estoy en el banco con mamá y vamos a guardar toda la plata, me dijo que te avise para traer la tuya”.
La abuela, que tiene experiencia en administrar sus cuentas y las de la familia, tomó como natural la situación. Hacía pocos días, una de sus hijas había abierto una cuenta con el propósito de resguardar bienes y dinero.
“Todo coincidía y ahí dijo que el contador les estaba haciendo un favor para esperar la plata que tenían ahorrada”, contaron familiares.
Según relataron a la policía, “se llevaron los ahorros de toda la vida”. En la Fiscalía les respondieron telefónicamente que no se pueden pedir imágenes de cámaras de seguridad privadas para identificar “al auto blanco y al joven que se llevó la bolsa con la plata”.
En el caso de Marta, prolijamente dictó a su nieto los números de los dólares billete que tenía en su domicilio. En un momento hizo preguntas y de inmediato recibióuna reprimenda: “Abuela, estamos apurados, van a cerrar”, y allí comenzó nuevamente a recomendarle imprimir velocidad a todo el procedimiento.
“Euros, ¿tenés?”, disparó “el nieto”. “No, no, los euros los tiene…” y mencionó el nombre de uno de sus hijos, con el que proporcionó mayores datos a los estafadores.
De allí en más, la abuela Marta fue instruida para entregar una bolsa a un “amigo del nieto” que pasaría por su casa en minutos.
Así sucedió. En apenas unos instantes un joven se presentó en el hogar de Marta, recibió un beso, un saludo amable y hasta una invitación para ingresar al hogar. “No, no, tengo que llegar rápido”, se excusó. Tomó la bolsa plástica negra y se subió a un auto blanco que estaba estacionado en la esquina, a metros del lugar.
Precauciones
Desde las fuerzas de seguridad y la Justicia recomiendan no proporcionar dato alguno por teléfono. Exigir que la persona otorgue un número para comunicarse. Verificar si el familiar que llama efectivamente está a merced de delincuentes.
Si se está con otra persona, pasar la comunicación mientras se gana tranquilidad para razonar sobre las posibilidades tanto de la urgencia de una víctima como la de un trámite bancario o cambio de denominación de billetes.