Continúa la búsqueda de Eduardo “Titi” Monzón
Desde que llegó la orden de arresto, la policía distrital ha buscado por diferentes puntos de la ciudad al hombre acusado de violar a sus hijas de 14 y 13 años y golpear a la familia entera. Las novedades sobre su paradero son simples comentarios de vecinos que dicen haberlo visto. Durante los últimos días, la policía ha efectuado 6 ó 7 operativos a raíz de los incesantes llamados de testigos. La familia sigue con custodia policial y crece la indignación.
No parecía difícil de adivinar el giro que el caso de Eduardo “Titi” Monzón iba a tomar en estos días, porque la policía sigue buscándolo.
Muchos vecinos y conocidos aseguran haber visto en diferentes sectores de la ciudad al acusado. En varias ocasiones la policía realizó operativos “sorpresa” porque constantemente se han recibido llamados indicando que Monzón deambulaba por uno u otro barrio. La policía no descarta que se haya tratado de esta persona, pero como presenta similitud física con otros familiares también se evalúa la posibilidad de que haya sido confundido.
Es que este sujeto de 46 años, padre de seis hijos y acusado de abusar sexualmente de dos de ellos, las niñas de 13 y 14 años, está prófugo pero cerca y esto genera un profundo temor para las víctimas y quienes se animaron a denunciarlo.
“Nos dicen que a la noche anda rondando por acá, nosotros no podemos dormir porque es capaz de cualquier cosa”, explican los familiares.
El temor por el peligro que representa esta persona crece a medida que pasan los días, porque muchos lo consideran un “desequilibrado” sobre el que pesa un homicidio y otros delitos. Fuentes policiales comentaron que además de la muerte de García, ocurrida hace unos 15 años, Monzón ha sido vinculado con causas de piratería del asfalto y robos calificados.
Familia custodiada
La intervención de familiares y vecinos, y el estado público que tomó la causa a través de los medios, sacó a la luz uno de los hechos más aberrantes de los últimos años. La situación que vivía toda una familia cambió desde que las niñas de 13 y 14 años huyeron la noche del sábado hacia los domicilios de dos tías y les relataron cómo Monzón había querido violarlas y que abusaba de ellas desde hacía tiempo.
La vivienda donde actualmente se encuentran las niñas está siendo custodiada constantemente por una patrulla policial, pero los familiares cuentan que él habría amenazado a todos e incluso relatan que recibieron mensajes de texto en el celular con estas intimidaciones. Para la policía estaría al caer, pero los pasos a dar deben ser muy cautelosos ya que se trata de una persona violenta y que aparentemente “estaría armada” porque se habrían aportado detalles de que recientemente adquirió un arma.
“El silencio ayuda”
La difusión y denuncia pública del aberrante caso, generó diversas actitudes en la fuerza policial. En reiteradas oportunidades el Capitán Pedersoli, indicó que los comentarios de los medios habían sido determinantes para que el abusador lograra escapar. Sin embargo, lejos de tomar medidas urgentes respecto de la custodia del barrio y cuando lo tenían al alcance de su mano para al menos averiguar sus antecedentes, se le dieron de ventaja más de 72 horas, durante las cuales la familia entera estuvo a la deriva. Entre otros “detalles” el Juzgado de Menores se enteró 48 horas más tarde de los sucesos y precisamente lo hizo a través de una entrevista radial. Tal vez, el silencio que se pide a los medios, deba ser respondido con un grito ensordecedor que logre despertar una actitud más valiente, para defender a una familia que ha sido víctima durante años de maltrato físico grave y abusos reiterados. Porque desde hace mucho tiempo: “el silencio NO ES SALUD”.