Contactos con inversores para retomar la obra “Terrazas Sol”
La participación de inversores locales y el aporte de profesionales que adecuarían el proyecto a las posibilidades actuales permitiría que en pocos meses se reanude la construcción planificada en la esquina de Mitre y San Martín. Allí se inauguraron a principios de los 2000 varios locales comerciales pero quedó pendiente un edificio torre de 12 pisos que ahora sería levantado aprovechando el buen momento que vive la región.
Las páginas de La Opinión acompañaron y reflejaron durante casi tres años las idas y vueltas que marcaron el proceso para lograr las autorizaciones locales que hicieron falta para que la esquina que pertenecía a los ex propietarios de Arco de Oro se convirtiera en lo que hoy es: un paseo comercial que le cambió el aspecto a una zona muy céntrica.
La venta de la esquina que durante años se mostró con una peligrosa empalizada y profundos subsuelos preparados para la construcción que se había proyectado tiempo atrás, se concretó y después de varios trámites que incluyeron excepciones y debates, se comenzó a construir lo que se presentó como el edificio “Terrazas Sol”.
La altura autorizada de 12 pisos con terraza también fue polémica, pero según comentaron los allegados a la reactivación del proyecto ya se han iniciado los trámites para actualizar los permisos vigentes.
Si como se anuncia hoy, es inminente el retome de la obra, esa será la altura permitida y San Pedro tendrá en uno o dos años, un edificio con más de 40 departamentos de diferente cantidad de ambientes.
La realidad económica que se planteó cuando la obra fue presentada y encarada por una empresa de Necochea, estaba marcada por los últimos años del gobierno de Menem con materiales y mano de obra que tenían precios diferentes a los actuales. Algunas complicaciones internas y la falta de financiamiento externo para encarar la obra y la posterior venta de los departamentos derivó en la paralización del proyecto. Se terminaron los locales y se dejaron las bases para seguir.
Cinco años después con una combinación de antiguos participantes y otros interesados, el proyecto podría encaminarse.
El martillero Edgardo Tonelli que chocó contra el Concejo Deliberante cuando se pedían las excepciones, hoy por esas cosas de la vida está precisamente con una banca en ese cuerpo legislativo. Su frase de cabecera era y es que, aquello que sea bueno para San Pedro es positivo y hay que acompañarlo. Lo decía cuando sólo era empresario y lo repite ahora, cuando participa de las negociaciones para que con profesionales y algunos inversores sampedrinos se pueda retomar la obra.
El hermetismo preventivo rodea las tratativas, pero ya hay limpieza y otros aprestos para que la obra siga. Muchos comenzarán a preguntarse cómo será la vida en esa esquina durante los próximos años si se plantea un emprendimiento de semejante envergadura, pero al final, para el futuro sampedrino, indudablemente será un avance.