Construyeron tres nichos sobre la tumba de familiares de una mujer
El caso de Susana Camboulas, puso en evidencia las irregularidades administrativas en torno a la propiedad de las sepulturas. La mujer, descubrió el 19 de Marzo pasado que sobre la tumba que guardaba los restos de su mamá y su hermano habían construido tres nichos. El responsable del cementerio, Marcelo Sironi, al igual que el área de Rentas reconoció que se trató de un “error involuntario” y por eso el municipio se hizo cargo del gasto para construir nuevos nichos y así dar respuesta a todos los damnificados. Existen varios casos similares que demuestran el oprobioso desorden en un sector tan delicado de la administración municipal.
“Confusión administrativa”, “error involuntario”, “error administrativo”, “desidia administrativa por falta de idoneidad”, fueron algunos de los términos indicados por los funcionarios municipales consultados sobre el caso de Susana Camboulas, una mujer que, tras pagar puntualmente sus tributos durante 48 años, hace seis meses se encontró con una ingrata sorpresa cuando llegó al cementerio para llevar flores a la tumba de sus familiares.
Este caso, que trascendió públicamente a diferencia de otros que son conocidos sólo por el boca a boca, habla de una realidad cada vez más evidente sobre un sector municipal que por su propias características es delicado. El cementerio municipal parece ser una de las áreas más olvidadas y descuidadas desde el punto de vista administrativo y operativo, en los últimos años.
Es verdad que se han presentado diferentes proyectos y que el Ejecutivo reconoció su interés en comprar terrenos para responder a una demanda cada vez mayor de espacios para las sepulturas, algo lógico en una ciudad con el crecimiento que ha tenido San Pedro. Pero a medida que pasa el tiempo, se acrecientan los problemas y las irregularidades que demuestran la necesidad imperiosa de tomar medidas.
El responsable del cementerio, Marcelo Sironi, no tuvo más opción que reconocer que todavía siguen trabajando con “cuadernos” y escribiendo a mano los registros y que apenas tiene algunos mapas “desactualizados” con la ubicación de tumbas y sepulturas. “El año que viene, el año que viene”, repitió sobre el tiempo estimado en que se pondrá en funcionamiento un sistema digitalizado de consultas.
“Si al frente de semejante responsabilidad está un marmolero, imagináte el interés político que hay en resolver los problemas del cementerio” dijo otra voz dentro del municipio. Oficialmente, nadie reconoce más que “errores involuntarios” pero las denuncias son inquietantes y no se descarta como consecuencia, que algunos damnificados inicien acciones legales contra el municipio que, por supuesto, deberán pagar todos los sampedrinos.
Tumbas usurpadas
La historia de Susana Camboulas es conmovedora. En una carta enviada el 29 de Marzo por mesa de entradas de la municipalidad y dirigida al sector de Rentas, la mujer indica lo siguiente:
“El domingo 19 de Marzo del corriente año fui al cementerio y me encontré con la ingrata novedad de que, en el lugar de la sepultura Nº 1, de la Sección 29, fila 8, se habían construido tres nichos.
En este sitio tenía (o tengo, ya no sé) los restos de mi hermano, fallecido el 9/9/57 y los de mi madre fallecida el 8/6/90. Osmard Juan Bonuccelli y Florentina Romero de Bonuccelli respectivamente.
Tengo título de propiedad Nº 2593 y no debo impuestos, por lo que creí tener derechos (adjunto fotocopias). Concurrí el lunes 20 a la Oficina de Administración, hablé con el Sr. Sironi, Dirctor del Departamento de Cementerios quien me hace acompañar con un obrero hasta el lugar. Comprobado el hecho y tras consultar una carpeta donde constan las solicitudes de terrenos disponibles, me informa que el día 27/12/05 fue pedido el MIO y que el permiso para usarlo fue acordado el día 29/12/05, dos días después.
En su descargo dice él que no estuvo en esos días y que el trámite lo realizó un empleado de apellido Martínez. Se compromete a hablar con este señor para saber qué criterio se consideró para actuar con esa consecuencia; pero desde ya me aclara que ellos no tienen nada que ver porque reciben órdenes de Rentas que es quien decide en estos casos”.
La carta continúa con otros detalles porque Camboulas fue atendida en Rentas por un señor de apellido Di Taranto, quien rechazó la afirmación de Sironi sobre que esa área fuera responsable. Después de varios llamados, finalmente el señor de apellido Martínez le brindó una respuesta. Le dijo a la mujer que “el motivo de la toma del terreno se debió al estado de abandono de la sepultura”. Pero Camboulas lo niega. “Esto es lisa y llanamente una vergonzosa mentira, siempre traté de tener mis sepulcros en buen estado, no de lujo, pero sí de limpieza y con una lápida de granito blanco de aproximadamente 0.60 x 0.70 metros que contenía sendas placas de acero inoxidable. Deberán probarme lo contrario; además con un simple vistazo y sin ser muy conocedor se advierten muchos sepulcros que sí están abandonados”.
Martínez le ofreció posteriormente otro terreno y le confirmó que los restos de sus familiares “estaban en un depósito, en unas bolsas con las placas, pero que la lápida está partida”.
El caso se complicó aún más porque si bien el municipio se hizo cargo del error, la familia que construyó allí los nichos luego de comprar esa parcela, reclamó con razón otro espacio. Con fondos de la comuna, en una parcela cercana se edificaron otros nuevos nichos pero la mudanza de los restos todavía no se concretó. “Esta familia primero reclamó que no le habían puesto los vidrios iguales a los que tenía y ahora quieren esperar a que llueva para ver si el nicho que le dieron está en condiciones porque no está conforme con la construcción. El señor no tiene la culpa y tiene razón, pero mientras tanto yo sigo esperando” dijo la mujer, agregando que además, después de hacer público el caso los funcionarios municipales le cuestionaron “haber ido a los medios”. “Hice todo lo que pude pero me cansé. No me interesa hacer un juicio porque soy de las estúpidas que piensa que un juicio a la municipalidad lo pagamos todos. Pero esas tumbas son de mi familia desde el año 43, hace 48 años que pago los impuestos. Hasta querían que yo comprara las urnas para poner los restos ahora en los nichos, pero les dije que no. Por qué tengo que gastar encima de mi sueldo de jubilada?”
Entrega ilegal
Camboulas remarca que “la ordenanza vigente 4.684 dice que se avisará a un propietario cuando éste no cumpla con las normas establecidas. Y que se le otorgará un plazo de 50 días para subsanar la falta. Ellos lo resolvieron en dos días sin notificarme y sin plazo a mi favor. Hubo una exhumación y yo, que soy familiar directa de los dos ocupantes del sepulcro, no me enteré. Ni siquiera sé si los sacaron, tal vez edificaron arriba. Finalmente, merece un capítulo aparte el desconocimiento del personal ad hoc de la ordenanza vigente, pero éste es el menor de los tres delitos (yo no los puedo llamar errores). Pregunto a quién corresponda ¿Cómo sigue esto? Con lo que pasó no le creo nada a nadie, es decir que no puedo tener la certeza ni la completa seguridad de que los restos que dicen haber guardado sean los de mi gente”.
Por último Camboulas explica que una posibilidad que le mencionó el propio Martínez, es un análisis de ADN de los restos para saber si son o no de sus familiares, pero por supuesto, los gastos de este costoso estudio correrían por su cuenta. “Por qué debo pagar yo cuando es la Municipalidad la que me tiene que demostrar con ADN o con el método que le competa que lo que dicen es verdad?” sigue preguntándose con angustia la mujer.