Consideran que el joven “inimputable” era consciente de sus actos y lo dejaron preso
Una pericia psicológica del Hospital determinó que el adolescente con más entradas en la Comisaría en los últimos tiempos comprende sus actos, por lo que quedó a disposición del Poder Judicial. Cometió al menos cinco ilícitos en menos de una semana.
La situación de Pablo Leonardo “Cancán” Gauna depende ahora del Poder Judicial, luego de que una pericia psicológica firmada por una profesional del Hospital estableciera que comprende sus actos, lo que revierte la condición de “inimputable” que tenía hasta antes de cumplir 18 años, el pasado 17 de febrero.
Así las cosas, después de protagonizar innumerables hechos delictivos desde que era casi un niño, quedó detenido y a disposición de la Justicia, luego de una intensa semana en la que protagonizó al menos cinco hechos.
El último fue el lunes por la noche, cuando un prefecturiano lo capturó en pleno acto delictivo, mientras pretendía robar una moto en inmediaciones de la plaza Belgrano.
La Fiscala Viviana Ramos, a cargo de las tres Fiscalías sampedrinas por suspensión de Gabriela Ates y licencia de Marcelo Manso, ordenó una pericia psicológica que fue practicada en el Hospital por una profesional municipal.
El informe indica que Gauna es consciente de los actos cometidos, lo que derivó en su detención en un calabozo de la Comisaría, al contrario de lo que sucedió toda vez que lo detuvieron hasta ahora, cuando era regresado a su hogar a raíz del retraso madurativo diagnosticado, que lo declaró inimputable mientras era menor de edad.
De esta manera, es el Poder Judicial el que tiene la obligación ahora de definir cómo actuará con el joven detenido.
Adicto desde su temprana adolescencia, su trayectoria delictiva comenzó a la par del abandono por parte de las organizaciones del Estado que deberían haber velado por su crecimiento, con excepción de su paso por la escuela 501.
Derivado al Centro de Recepción de Menores en Conflicto con la Ley Penal de Lomas de Zamora, fue beneficiado con arresto domiciliario, incluido un habeas corpus. El Estado no logró nunca que cumpliera con un tratamiento neurológico ni con la pericia psiquiátrica ordenada.
Los médicos del Departamento Judicial de San Nicolás determinaron un retraso mental moderado en el joven. Los profesionales del Hospital de nuestra ciudad consideraron que comprendía cada uno de los actos que cometía, por lo que su “tratamiento” deja de estar en manos de organismos que nunca lo atendieron para recaer en el sistema punitivo.
Detenido, está imputado por un hecho caratulado “Robo Agravado” cometido el lunes; por “Hurto, Encubrimiento, Violación de domicilio, Amenazas calificadas y Tentativa de hurto agravado por escalamiento”, cometido el sábado pasado; y una tercera causa iniciada la semana pasada que fue caratulada como Daño, Robo y Tentativa de Hurto.
Robos, asaltos y arrebatos
La mayoría de los delitos que cometió los protagonizó cuando era menor de edad. A diferencia de muchos delincuentes, caía siempre; en muy pocas veces pudo eludir la presencia policial. Su condición madurativa explica en parte esa recurrencia.
En 2015 participó de un robo de una moto en el club de Pescadores que terminó en un hecho sangriento. Cuando escapaba junto a Pablo Velázquez, de 14 años, un vecino les disparó con una escopeta y mató a su compañero.
Pocas semanas después, en mayo, protagonizó un violento asalto junto a otro menor. Habían sustraído una moto, pero fueron sorprendidos por la policía. Se produjo una persecución y hasta se tirotearon con los efectivos hasta ser capturado. Familiares de los menores reclamaron en las puertas de la Comisaría, hubo empujones y forcejeos con los policías y hasta le sustrajeron la billetera y pertenencias al Comisario Fabián Gallo.
Más adelante, en octubre del año pasado, fue capturado en nueve oportunidades. También fue señalado como autor de un robo a una casa ubicada en inmediaciones del Fortín San Pedro, donde fue capturado por el damnificado.
En febrero pasado intentó asaltar al playero de la estación de servicio Sol, pero la oportuna intervención de un policía de civil hizo que Gauna y otro cómplice huyeran, hecho que fue reportado por las cámaras de seguridad del lugar, aunque a las pocas cuadras lo atraparon, como siempre.
La semana pasada protagonizó otro raid delictivo durante la madrugada, en compañía de otro joven. Intentó ingresar al banco Macro, luego hizo lo propio en un comercio de calle Rivadavia al 1100, para más tarde violentar el portón del garaje de un edificio de Pavón al 200. La intervención de los vecinos del lugar impidió que alcanzaran a cometer el ilícito. El pasado sábado volvió a intentar robar una moto, fue perseguido, y capturado. El lunes fue nuevamente detenido y quedó alojado en la Comisaria a disposición de la Justicia.