Condenaron a los asesinos de Barrera
El hecho se produjo en diciembre de 2005 y por este homicidio fueron condenados Fabián Duarte y Cristian Álvarez a diez años de prisión. Las declaraciones de un testigo presencial fueron determinantes.
Luego de varios años de suspenso, el Tribunal en lo Criminal integrado por los jueces Guillermo R. Martínez, Rubén Edgardo Enz y Sebastián Zubiri resolvió condenar a quienes fueron hallados culpables del asesinato de Mario Barrera, hecho acontecido el 26 de diciembre de 2005 en una vivienda del Barrio Futuro.
Tal como lo había adelantado La Opinión a fines del año pasado, la Fiscal de juicio Dra. Gabriela Ates había solicitado diez años de prisión para Néstor Fabián “Pucho” Duarte, de 24 años, y Cristian Edgardo “Chinchu” Álvarez, de 23.
Ates, la Defensora oficial de Duarte, Dra. Mariana Garro, y el Defensor particular de Álvarez, Dr. Gotardo Migliaro, acordaron efectuar el trámite de juicio abreviado.
Héctor Mario Barrera era un conocido vecino que se dedicaba a cortar el pasto y efectuar otras tareas para subsistir. Esa noche los jóvenes condenados ingresaron a la vivienda de Obligado 2.695 y le propinaron varios golpes en la cara y el cuerpo, y hasta se estableció que efectuaron un disparo que no impactó en la víctima. Además, se apoderaron de 500 pesos en efectivo, un teléfono celular, un par de zapatillas y un radiograbador que se encontraban en el lugar.
Tras las tareas que intentaban establecer qué fue lo que sucedió, los testimonios de dos personas fueron determinantes para involucrar a los acusados, detallando modo, tiempo y lugar sobre lo sucedido. El ilícito fue caratulado como “Robo Agravado por Homicidio y Uso de Arma”.
Finalmente, con las pruebas y pericias recogidas, el Tribunal dio lugar a la requisitoria de la Dra. Ates y condenó a Duarte y Álvarez a la pena de diez años de prisión de efectivo cumplimiento.
En el caso de Duarte, pesa sobre él una condena de tres años de prisión de ejecución condicional por haber protagonizado un robo calificado en plena vía pública. Fue el 29 de agosto de 2008, cuando había sido beneficiado con arresto domiciliario mientras cumplía prisión preventiva por el asesinato de Barrera.
Testimonio determinante
Hubo relatos testimoniales que fueron muy precisos para la causa. Un familiar de los condenados fue quien contó detalles lo sucedido, asegurando que esa noche estaban en un cyber con Mario Barrera. Cuando decidieron volverse, “Mario les ofreció que lo acompañaran hasta su casa y que desde allí les llamaría un remis para que los llevara a la casa de ellos”, señala el testimonio. “Esto ocurrió como a las 12.00 de la noche; fueron y caminaron hasta la casa de Mario. Al llegar ingresaron al terreno, Barrera alcanzó a abrir el candado de la casilla donde vivía, cuando desde el pasillo que estaba oscuro aparecieron dos muchachos que él conocía con los apodos ‘Chinchu’ y ‘Pucho’”, describe el expediente y prosigue: “La misma persona sostuvo que ‘Pucho’ se llama Néstor Duarte y que es amigo de ‘Chinchu’, quien a su vez vive a dos o tres casas de Duarte y a dos o tres cuadras de la casa de Barrera. Álvarez tenía un fierro largo en la mano e intentó golpear a Barrera, pero golpeó contra la puerta, rompiéndola”.
A continuación la declaración dice textualmente: “Mario entró a la casa e intentó agarrar un machete que tenía detrás de la heladera pero en ese momento lo golpearon con el fierro en la cara, en la mejilla derecha. Los muchachos le decían a Mario: ‘pagame lo que me debés o te mato’, y Mario les contestó ‘esperá que saque la plata del bolsillo y te pagó’. En ese momento fue cuando Álvarez le pegó en la cara. Barrera cayó al piso y Duarte le pegó una patada en el pecho. Este último tenía un revólver calibre 22 corto y se lo dio a “Chinchu” para que le pegara un tiro en la cabeza, pero le erró el tiro, pegó en el piso”.
Además agregó que no se escuchó el ruido del arma porque delante le colocaron un caño negro para evitar que haga ruido. Cuando a Barrera le pegaron en el pecho, le pidió al testigo que llamara a la policía, mientras tanto le sacaron la plata del bolsillo de adelante, que eran $ 500 que había cobrado en su trabajo de la casa del niño El Amanecer.
La víctima se puso boca abajo porque “Chinchu” Álvarez le tiró encima una bicicleta que estaba dentro de la casilla y en ese momento para protegerse se dio vuelta. El testigo y su hermano fueron a la playa de camiones a avisar lo ocurrido al personal de seguridad, esperando en el lugar a que llegara la policía.