“Con nosotros se equivocaron y sabrán por qué lo hicieron”
El agente de policía Carlos Alberto Vargas, que fue acusado de participar de un asalto a mano armada en un campo de Baradero, fue liberado después de un juicio abreviado y tras cumplir tres años en la cárcel. Su defensa apeló la sentencia de la Justicia porque Vargas sigue afirmando que es inocente. “La causa fue armada, pero todavía no sé por qué”, aseguró a este medio este ex policía que ahora trabaja en la seguridad privada y que asegura que piensa iniciarle un juicio al Estado.
El 25 de Noviembre de 2003, personal de la policía de San Nicolás y del entonces denominado Subcomando Radioeléctrico que funcionaba en la sede de Liniers y Sargento Selada de nuestra ciudad, detuvo en su propia casa a Carlos Alberto Vargas, un policía de 39 años que se desempeñaba en la jurisdicción de Campana.
En una carta que envió a este medio recientemente Vargas explica que “hace un mes y medio que recuperé mi libertad, después de estar detenido acusado de un delito que yo jamás cometí. Hoy quiero aclarar esto para que la gente de San Pedro, quienes me conocen y quienes no, sepan que soy una persona de cutis morocho y no trigueño como dice en la causa, tras la declaración de las víctimas”.
La causa en la que está imputado Vargas, se terminó de instruir en un juicio abreviado que se desarrolló en los Tribunales de San Nicolás. La sentencia que recibió él y otro policía de apellido Garcete Vera, a quien se lo consideró su cómplice, fue de tres años. “Decidieron el abreviado en primera instancia y me dieron una sanción que es excarcelable. Estamos hablando de un robo calificado que debería ser penado entre 5 y 15 años, pero nos aplicaron una pena mínima”, dijo Vargas a este medio para ratificar su sospecha sobre cómo se instruyó y llevó adelante la investigación.
El ex policía, que ahora trabaja como agente de seguridad privado, viajó la pasada semana a La Plata porque su defensa apeló la sentencia y ahora debe decidir la Cámara de Casación penal. “Nosotros teníamos fecha para el juicio oral y público para Mayo, y nos suspendieron para el 2008. Teníamos que estar dos años más presos, pero el fiscal nos visitó para proponernos el abreviado”, dijo Vargas. Según su versión, de esta manera la oferta fue demasiado tentadora para negarse a aceptar, pero también se vieron privados de la oportunidad de participar de un juicio oral en el que se pudieran destacar las irregularidades de la causa.
“Fue todo armado”
En la carta escrita de puño y letra por Vargas, el ex policía asegura que “Esto fue una causa armada por un pequeño grupo de oficiales de la DDI de San Nicolás, los cuales creo que hoy ya no están en ese destino. Quiero aclarar que esto fue, y lo aseguro, ideado por el oficial Principal Miguel Angel Zabala, quien al momento de mi detención se encontraba a cargo del Comando de nuestra ciudad, ahora lo aclaro para que todos sepan por qué yo no fui, porque el hecho cometido ocurrió en un campo de la zona de Baradero a unos 70 ó 80 kilómetros de distancia, a las 15.50 horas, y mi hermano me llama desde la Comisaría de San Pedro a las 15,20 horas ó 15,30 horas a la casa de mi madre, donde yo me encontraba ese día y en ese momento. Y me dice que aguarde en ese lugar que me iba a mandar un Móvil Policial porque tenía que firmar una notificación perteneciente a la Comisaría de San Pedro, tal es así que el patrullero llega a la casa de mi madre a las 15,45 horas. Donde desciende un efectivo policial de apellido Reyna, quien se encontraba con el cabo 1º Gauna, y me notifican y firmo. Esta notificación se encuentra en la causa, como así también la declaración de dichos suboficiales. Entonces, si yo firmo a las 15,45, mi hermano me llama 15,30 y el hecho ocurre a las 15,50; cómo pude hacer 70 km. en tan sólo 5 minutos? Imposible, aparte jamás cometí ningún delito, ni lo voy a cometer”.
“Si miramos bien esto, se van a dar cuenta que es todo una mentira, y una causa armada como hay tantas otras, por otra parte cualquier persona se da cuenta que yo, ni ningún policía iría a robar a una ciudad donde trabajé más de diez años a cara descubierta y vestido de policía.
Esto es una risa, quiero aclarar que no tengo nada en contra de la policía ni de la Justicia, porque tengo muchos compañeros a quienes conozco y aprecio mucho. Y que ese pequeño grupo de la DDI se equivocó y por esa mentira, mi familia y yo fuimos y somos víctimas como lo fueron los damnificados”.
Vargas explicó a este medio que confía en que la Cámara resuelva el caso con un sobreseimiento para él y el otro policía. “Los tres años me los comí, pero cuando salga la resolución, voy a iniciar juicio sobre el Estado. A nosotros no nos dieron ni el beneficio de llegar a juicio oral y público”, dijo.
“Con nosotros se equivocaron, ellos sabrán por qué lo hicieron. Pero no se preocuparon por saber si había un entregador en la causa, si robaron tanta plata tuvo que haber un entregador. Pero no se preocuparon en investigar bien.
Lo único que me secuestraron a mí fue mi arma reglamentaria… Supuestamente tengo que creer que fue para resolver el caso que me acusaron.
La causa es armada, pero todavía no sé por qué…”, dijo el ex agente.
El caso
El asalto por el que se lo acusa a Vargas, ocurrió alrededor de las 11 horas del jueves 20 de Noviembre de 2003 en un campo de Irineo Portela.
Su propietario, de apellido Habegger se encontraba junto a su hijo y un empleado cuando tres sujetos, dos de ellos vestidos de policía y uno de civil, que circulaban en un Renault Laguna, los intimidaron con armas 9 mm., e incluso amenazaron al propietario del lugar con secuestrar o cortar un dedo a su hijo, si no respondía a los requerimientos de que les entregue una suma de dinero que aseguraban, Habegger tenía. La víctima les entregó 4 mil pesos, pero los sujetos le exigieron más y finalmente, lograron hacerse con unos 20 mil dólares y 28 mil pesos, los “ahorros de toda una vida”. En San Pedro, el hecho tomó repercusión al conocerse que Vargas era uno de los imputados, un Suboficial, padre de cuatro hijos que se desempeñaba en la Departamental Zárate-Campana, y fue detenido en su casa de Sargento Selada 1265, mientras se encontraba con su familia.
El nombre de Vargas se conocía en la zona, por haber sido implicado en otros dos graves casos ocurridos en Baradero. Uno de ellos el asalto a la sucursal del Banco Río, y otro el crimen de Marisol Pérez, uno de los hechos policiales más aberrantes en la historia policial de la vecina ciudad. Pero en ambas causas, Vargas fue absuelto por falta de pruebas.