Con la ordenanza fiscal en la mano, hubo infracciones para seis boliches
Inspección General y Policía participaron de los operativos, que tuvieron lugar durante la madrugada del domingo. Rentas informó sobre la existencia de locales de esparcimiento nocturno sin la habilitación correspondiente. En algunos casos, acumulan infracciones por violar la ley de nocturnidad.
La Dirección de Inspección General que conduce Cecilia Berretta encabezó un operativo junto a Policía durante el domingo a la madrugada en el que fueron infraccionados cinco de seis locales de esparcimiento nocturno que carecían de habilitación comercial para funcionar.
La responsable del área había solicitado al Director de Rentas Cristian Rial un informe al respecto. El análisis de los expedientes en trámite en el rubro determinó que esos seis locales tenían “vencidos los plazos establecidos en las intimaciones oportunamente cursadas para presentar la documentación requerida para habilitar”.
En el informe que Rial entregó a Berretta y al que tuvo acceso La Opinión figuran Oriente bar, con domicilio en Pellegrini 840 y cuyo titular es Matías Lenzano Flores; Ponte Guapo, ubicado en Pellegrini 755, a nombre de Nicolás Azzoni; Happy Hours, con domicilio comercial en Arnaldo 19 y con Simón Chediak como titular; HH Club, ubicado en 25 de Mayo 970, de Mauricio Mora; Chacota bar, 25 de Mayo 625, de Diego Martínez; y Paso a Paso, Mitre 860, de Luján Manuela Morales.
Además, en la ciudad la semana pasada abrió otro boliche, ubicado en 3 de Febrero 175 denominado Lebrock Music Room, en cuyo staff figura el hijo de un funcionario del Gobierno, que fue infraccionado por carecer de habilitación y el último fin de semana no abrió sus puertas.
Berretta explicó a La Opinión que “en principio las inspecciones fueron por la ordenanza 6084, la impositiva fiscal, cuyo artículo 69 establece que comprobada la existencia de actividad sin la habilitación debe infraccionarse”. Además, esa norma establece que la presentación en el Juzgado de Faltas de los antecedentes “implicará la solicitud de oficio para la clausura inmediata del comercio que deberá disponer el Juzgado de Faltas dentro de las 48 horas de recibidos”.
Regularizar la convivencia
La Directora de Inspección General analizó que es necesario que los titulares de este tipo de comercios entiendan la necesidad de cumplir con la normativa vigente. “Nadie está en contra de la actividad pero tienen que regularizar”, aseguró.
La funcionaria destacó la importancia que tienen los locales de actividad nocturna para el esparcimiento de la comunidad pero señaló que es necesario que haya un acuerdo que permita la convivencia social.
Por un lado, los dueños de este tipo de locales que buscan su rentabilidad, apoyada en la venta de alcohol producida por el estímulo del alto volumen de la música, que no se mide como corresponde a pesar de la ordenanza vigente que obliga a tener un dispositivo que corte el sonido si se pasan de los decibeles permitidos.
Por otro, los jóvenes, que son la mayoría entre los clientes de este tipo de comercios, incluyendo a menores de edad, a pesar de la prohibición taxativa. Un tercero, los padres de quienes concurren a esos lugares, que muchas veces se desentienden del asunto.
Además de la habilitación comercial hay mucha legislación por respetar. Seguro, el registro de bebidas alcohólicas y la extensa ley de nocturnidad que rige en la Provincia, con prerrogativas precisas.
Entre ellas, la prohibición de ingreso de personas después de las 2.00 de la mañana; la suspensión de la venta de alcohol a las 4.30; y el cierre de local fuera de temporada estival a las 5.30 y en verano a las 6.30.
Los últimos operativos que encabezó la Provincia tuvieron lugar en mayo pasado. En esa ocasión, personal de Reba clausuró locales por presencia de menores.
Un problema en la calle
En la ciudad, mucho de ello se soslaya. Las infracciones a los locales nocturnos por el incumplimiento del horario de cierre se repiten todos los fines de semana. Al punto de que obligan a los trabajadores a cumplir más horas extras de lo previsto, ya que cada vez deben permanecer hasta pasadas las 6.30 de la mañana hasta que la gente desconcentra.
Porque a todo esto hay que sumar la actividad de venta ambulante, como los pancheros, cuya capacidad de venta aumenta cuando la gente sale de los boliches. Semanas atrás hasta hubo una persona que llevó una parrilla portátil y asó hamburguesas en la vía pública.
La normativa establece que los vendedores ambulantes deben detener su actividad media hora antes que los boliches, sobre todo para evitar lo que sucede cada noche de juerga: las peleas callejeras.
El domingo a la madrugada se desató una verdadera batalla campal en la zona de Mitre y Las Heras, que luego se extendió hasta la Peatonal. Eran alrededor de 20 personas contra otros dos. Hombres, mujeres y menores de edad. Piedrazos y botellazos fueron parte de la batahola.
Cuando la Policía arribó al lugar, los efectivos fueron agredidos por ambos bandos de la disputa, lo que provocó que la policía disparara con balas de goma al aire para lograr dispersar al grupo. Dos personas oriundas del partido de La Matanza fueron aprehendidas.
Problemas de cartel
La cartelizada noche sampedrina no atravesaría el mejor momento. Los que alguna vez unieron esfuerzos para controlar la actividad nocturna de la ciudad ya no tendrían la mejor relación. Producto de ello, locales que permanecían cerrados comenzaron a abrir unos y a proyectar la apertura otros.
Los que están cerca de los protagonistas comentan una discusión acalorada que habría tenido lugar semanas atrás en un conocido café de calle Pellegrini. Ese encuentro habría significado el principio del fin del acuerdo, aunque en un rubro como este, pronto lo que huele mal cobra aroma sutil.