Con la mira en los boliches
Cada vez que el gobierno de Cecilio Salazar se refiere a la Nocturnidad le llaman “la problemática”, lo que da cuentas del grado de preocupación que el Ejecutivo tiene en relación al tema.
Tras las múltiples clausuras que hicieron inspectores provinciales del Registro de Bebidas Alcohólicas (Reba), el fin de semana pasado, el segundo en la calle del nuevo Director Ángel Burgos, cerró dos locales por infracciones recurrentes.
El descontrol de la noche no es novedad y al menos en un sector del gabinete hay decisión firme al respecto. La semana pasada, esa determinación quedó plasmada en un proyecto de ordenanza que busca suspender por 180 días el otorgamiento de nuevas habilitaciones, así como los permisos de construcción y reparación de los inmuebles donde funcionan los ya habilitados.
Una situación “anómala”
Esa es la calificación del gobierno de Salazar para la problemática de la nocturnidad. El intendente y su equipo consideran que no hay un “correcto desenvolvimiento” de las actividades nocturnas y que es necesario poner en caja la situación.
Burgos dijo públicamente en todas las notas que dio en las radios locales en los últimos días algo sobre lo que este semanario advierte desde hace tiempo: la ciudad está llena de locales habilitados para una cosa pero que funcionan como otra.
El Ejecutivo consideró que “parte de estas violaciones a las leyes y las ordenanzas” vigentes permiten, de alguna manera, las “alteraciones del orden público que cada vez resultan más perjudiciales hacia los vecinos”.
Al Municipio llegan los mismos reclamos que a diario reciben los medios de comunicación, aunque no siempre parecieran haber sido escuchados por las autoridades: ruidos molestos, disturbios, volúmenes excesivos, motos estacionadas en las veredas, peleas, gritos, vidrieras rotas…
Hay, según expuso el intendente en la propuesta que elevó al Concejo Deliberante, donde tiene mayoría para aprobarla, “distorsiones en el diseño y funcionamiento de algunos lugares, como así reiteradas alteraciones que infringen las normativas existentes”.
Controlar y sancionar
Por elevación, el Gobierno le mandó un “saludito” al Juzgado de Paz al considerar que todas estas situaciones necesitan “controles más exhaustivos”, que le corresponde al Ejecutivo, pero también “sus correspondientes sanciones”, las que, señala el proyecto, “no siempre resultan ejemplares ante las dificultades que acarrean”.
El viernes por la noche volvieron a clausura el bar Dale Ramona, ubicado en 25 de Mayo 625; el sábado hicieron lo propio con Selfie, de Ruiz Moreno 50. Ambos fueron infraccionados por la presencia de menores de edad. El primero había sido cerrrado por el mismo tema cuando vinieron los inspectores del Reba.
En la Dirección que conduce Burgos hubo cierta sorpresa por lo “organizados” que estaban los locales recorridos durante el fin de semana. La sorpresa se tornó preocupación cuando notaron que lo que sucedía era que los bolicheros habían sido “advertidos” acerca de que habría inspecciones. Del operativo sólo sabía un puñado de personas.
El gabinete entiende que es necesario adaptar la normativa vigente, “superada por la realidad”, y están dispuestos a “analizar, evaluar, planificar y actuar en consecuencia para enfrentar determinadas cuestiones que imperan en el desarrollo de la noche”.
En la propuesta elevada, el Ejecutivo asegura que “es oportuno” volver sobre el proyecto de Manchone, para mejorarlo. Se trata de la propuesta integral con la que el exfuncionario de Guacone volvió al Gobierno cuando asumió Giovanettoni.
Allí, una de las medidas sobresalientes era la de trasladar los locales nocturnos del centro a un sector alejado del casco urbano.