Con el silencio del Concejo, Neyra volvió y dijo que “es normal” que la gente se pelee en la cancha
El concejal de Cambiemos estuvo más de un mes ausente de las sesiones luego de protagonizar un escándalo tras un partido de fútbol entre Mitre y San Roque, cuyo equipo técnico integra. “Son cosas normales, todos los domingos en todas las canchas hay altercados”, dijo sobre la pelea en la que participó. No hubo ninguna presentación formal o referencia al tema entre los ediles. La peligrosa naturalización de la violencia.
Mientras en todo el país se debaten propuestas, con pasos importantes, para luchar contra la violencia en el fútbol y su naturalización como parte del “folclore” del deporte, uno de los hechos más graves de los últimos tiempos ocurridos al respecto en la ciudad pasó desapercibido para las instituciones políticas y deportivas de la ciudad.
Sin mayor consecuencia que un mes y medio “guardado”, el concejal Horacio Neyra volvió a su banca tras ser denunciado penalmente por protagonizar una pelea a golpes de puño tras un partido en la cancha de La Esperanza.
Desde el punto de vista institucional, llamó la atención que la denuncia deun hecho de estas características no haya tenido repercusiones de ningún tipo.
La Liga Deportiva se desentendió porque no hubo informe oficial de policía ni de los árbitros, ya que la pelea fue “afuera de la cancha”.
En el Concejo Deliberante nadie dijo nada pública ni oficialmente, aunque hubo algunos repudios en conversaciones informales. Ni siquiera desde Presidencia, cuyo titular es autor de proyectos de ley en el Congreso de la Nación sobre el tema.
En el Ejecutivo, a cargo del superior inmediato del concejal Neyra en Uatre-Osprera, el partido Fe y el grupo político que gobierna la ciudad, tampoco pareciera que el tema ameritara alguna opinión.
Todos dejaron hacer y dejaron pasar. Al punto de que el jueves pasado, cuando Neyra regresó a las sesiones del Concejo Deliberante, todavía convaleciente de la fractura que sufrió en la pelea, naturalizó la violencia como si tal cosa con una frase de antología: “Son cosas normales”, dijo.
El regreso del púgil
El concejal electo en 2013 por el partido Fe, hoy miembro del bloque Cambiemos e histórico hombre fuerte de la mesa chica del intendente Cecilio Salazar fue el último en llegar a la sesión del jueves pasado. Desde que el 18 de septiembre protagonizó la escandalosa pelea en la cancha de La Esperanza, tomó licencias y estuvo ausente. Tras un mes y medio, regresó, todavía con el brazo herido tras la fractura que sufrió en medio del enfrentamiento.
“Gracias a Dios estoy muy bien, fueron cuestiones domésticas, digamos”, dijo el concejal a La Opinión antes de que comenzara la sesión. Consultado acerca de lo que sucedió ese día, ofreció una respuesta incomprensible: “Son situaciones cotidianas, de todos los domingos en todos los estadios. Uno está más expuesto públicamente y por ahí toma más trascendencia, pero son cosas normales. Todos los domingos en todas las canchas hay altercados”, dijo, sin sonrojarse.
Las declaraciones de Neyra fueron replicadas en la web de este medio el jueves y en el aire del programa La Agenda de los Medios por APA 91.5 el viernes por la tarde. Generaron indignación entre lectores y oyentes, pero silencio absoluto, una vez más, entre funcionarios del gabinete, concejales oficialistas y opositores, e instituciones como la Liga Deportiva, que debe velar por la seguridad y contra la violencia en el deporte. No es la primera vez.
Silenzio stampa
Neyra no habló del tema públicamente hasta el jueves, cuando accedió a concederle unos minutos a un periodista de La Opinión antesde la sesión. En su entorno estaban preocupados porque temían la furia del intendente ante semejante hecho. En su bloque, trinaron las quejas. En la oposición, sacudieron la cabeza al grito sordo de “no puede ser”. Sin embargo nadie habló.
De hecho, el episodio cobró trascendencia porque al lunes siguiente del partido, el comerciante y dirigente de Mitre Adrián Ramis remitió a la Liga Deportiva una copia de la denuncia penal que había hecho contra Neyra tras la pelea.
El árbitro Joaquín Gil estaba en los vestuarios por lo que no observó situación alguna que pudiera elevar al Tribunal de Penas. Los efectivos policiales a cargo del operativo policial parece que tampoco vieron nada. Al menos no informaron acerca de ninguna pelea a la Comisaría.
La causa recayó en la Fiscalía de Marcelo Manso, bajo la carátula “lesiones”. Quienes conocen el funcionamiento del Concejo Deliberante afirman que la protección hacia Neyra corrió por parte de oficialismo y oposición, puesto que los segundos ni siquiera elevaron un pedido de informe para conocer oficialmente lo que se ventiló en los medios, así como tampoco plantearon públicamente su repudio al caso.
Al igual que el intendente, los concejales pueden ser sometidos a Comisión Investigadora cuando incurran en transgresiones previstas por la Ley Orgánica. También prevé multas, aunque no hay antecedentes en el Concejo en los últimos años ni siquiera por las ausencias reiteradas e injustificadas a reuniones de comisión o a sesiones.