Con dolor y un homenaje, despidieron a Gustavo Calvet, quien falleció en un accidente
El exdirigente de Independencia murió la semana pasada a los 57 años en un siniestro que sufrió en un camino de Pergamino con su Ford Transit mientras trabajaba para su empresa familiar. El domingo, el club de toda su vida y Paraná, donde jugó al básquet, entregaron reconocimientos a sus allegados en la previa del duelo por el Torneo de Clubes.
El martes 28 de enero por la tarde falleció Gustavo Calvet tras sufrir un accidente de tránsito en una ruta que une las localidades de Guerrico y La Violeta en el partido de Pergamino. El hecho causó un profundo dolor en la sociedad sampedrina, en la que tuvo un rol activo por su desempeño en su empresa familiar y apego a los clubes y el deporte.
Calvet, de 57 años –hoy hubiese cumplido 58–, estaba trabajando para su firma Agrobol en gestiones comerciales de cobranza y pedidos, circulaba por el camino pavimentado en su Ford Transit cuando por causas que la investigación deberá establecer perdió el control del vehículo y volcó. Bomberos de Pergamino y Pérez Millán junto a una ambulancia del servicio de emergencias Same intervinieron en el hecho y constataron el deceso del sampedrino.
En 1998 su hermano Marcelo, también reconocido comerciante, expresidente de Independencia y periodista deportivo, tuvo un accidente que le costó la vida cuando, el 31 de diciembre, se dirigía a Gobernador Castro para hacer el reparto de la empresa que fundó su padre junto a los tres hermanos.
Un hombre que nunca
dijo que no
El sorpresivo fallecimiento de Gustavo Calvet caló hondo en la sociedad, sobre todo en las entrañas de Independencia, que perdió a un incansable colaborador que nunca le negó su ayuda cuando la necesitó.
Un gran número de familiares y amigos lo despidieron el 29 de enero previo a que sus restos fuesen sepultados en el cementerio local. Aunque “la I” anunció que el cortejo fúnebre iba a pasar por su sede de Ayacucho 710 para darle el último adiós, finalmente no ocurrió y algunos hinchas que esperaban en el lugar no pudieron reconocerle el legado que dejó
Calvet atravesó su vida ligado al básquet y al Auriazul, el club de sus amores, del que fue deportista y dirigente. Cuando no estuvo en la Comisión Directiva, siempre aportó desde afuera. Paradójicamente, por diferentes motivos, nunca quiso presidirlo, rol que sí asumió su hermano Marcelo, pero allegados sostuvieron que jamás le dijo “no” a la entidad y estuvo para “dar una mano” cada vez que se lo requirió, como para reactivar el básquet con un profesor a cargo de las prácticas, ingresar al Torneo de Clubes y realizar obras en el predio de calle Mateo Sbert de las que, sostuvieron, estaba “orgulloso”.
Su actividad fue el básquet y lo practicó hasta sus últimos días en Paraná, donde conformó el grupo de maxibásquet que tuvo y tiene como referente a su amigo Gustavo Segalat, fallecido en junio de 2019. Con él, impulsó la agrupación Básquet San Pedro, la última que trabajó y luchó para organizar el deporte de la pelota naranja en la ciudad y consiguió que por única vez en la historia local la Escuela Nacional de Entrenadores de Básquetbol de Argentina (Eneba) dicte un curso del que se recibieron muchos de los jóvenes que actualmente son entrenadores.
Independencia y Paraná lo homenajearon
Independencia y Paraná se enfrentaron el domingo en el Torneo de Clubes y, antes del partido, ambos le rindieron un emotivo homenaje. Ante la presencia de sus familiares, primero el árbitro Diego Oliveto dio la orden para que se guarde un minuto de silencio. Posteriormente, la Comisión Directiva de “la I” le entregó a su esposa, Roxana, y a sus hijas, Luciana y Natalia, una camiseta encuadrada; posteriormente, el presidente del visitante, Gustavo Fortunato, les otorgó una plaqueta por su paso por la entidad como basquetbolista.
Además, los jugadores del local llevaron consigo un brazalete negro en su memoria que utilizaron durante todo el encuentro que terminó 1 a 0 a favor de Paraná (ver página 12)