¿Con buen tino?
Estimado Dr. Macchia: Hace poco tiempo que estoy en esta zona, como usted sabe, y, por lo tanto no lo conozco demasiado, salvo algunas veces que nos hemos visto pues tiene muchos amigos en Gobernador Castro y hemos sido presentados. Además, por los trámites que se han realizado en el Ministerio de Desarrollo Social y los aportes que el mismo ha hecho a nuestra Parroquia y a la Comunidad de Gobernador Castro (y no a mí como persona individual, como algún dirigente político ha intentado hacer creer), hemos tenido algunas conversaciones. Estos encuentros no han sido tan extensos como para que pudiera conocerlo o saber sobre su persona, por eso, con buen tino, no podría emitir un juicio de acuerdo a lo que conozco de usted. Pero, Dr. Macchia, debo responder (aunque esta no sea mi costumbre habitual) al artículo que Ud. publicara en la edición del día miércoles 18 de Junio en “La Opinión Semanario”, titulándolo “¿Buen tino?”. ¿Por qué debo responder? Porque Ud., según su apreciación me ha catalogado como “idiota útil”. Sí, Doctor, así lo ha hecho. Aunque supongo que Ud. no estaba en el acto que se llevó a cabo en ese lugar, donde, según Ud. estábamos todos mezclados: usureros, estafadores de ONG, especialistas en aprietes, grandes nuevos capitalistas advenedizos y genuinos y legítimos productores rurales. ¿Cómo puede Dr. Macchia, siendo Ud., aparentemente un profesional comprometido con la sociedad, dado que tiene un cargo, creo, de asesor de un Ministro de la Nación, hacer un juicio con semejante apreciación si es que no estuvo en dicho acto? Y, si hizo el juicio estando en el acto, ¿será usted una persona de semejante talante? Doctor, usted, creo que sabe distinguir o, por lo menos, ver el estado de la gente, pues usted también es de esta zona. Y, teniendo en cuenta esta realidad, ¿no le parece que ya son suficientes los agravios que se reciben como para seguir agraviándonos entre hermanos? Supongo que, porque usted no estuvo en ese evento, no sabía (o quizás sí) que entre esa poca cantidad de gente (a las cuales les tenemos que sumar aquellos que no estuvieron allí, pero que acompañaron toda esta movilización cuando se hizo la marcha que terminó frente al Templo Parroquial de Nuestra Señora del Socorro, en el cual éramos muchísimos más) había mucha gente muy respetable de nuestro pueblo y de nuestra ciudad. ¿Acaso no propone nuestra Presidente y todo su gabinete una actitud de respeto y aceptación del otro, y de las opiniones del otro? Entonces, por qué, unos tienen que respetar y otros no. ¿Es de buen tino, exigir a otros lo que yo no hago? Por eso, Doctor, que bueno sería que ya que proponen (digo proponen porque Ud. forma parte de este gobierno) que los respetemos, entonces sería muy coherente que nos respeten. Y si es cierto que creen lo que dicen, sería mucho mejor que lo comiencen a vivir. Porque de palabras estamos muy cansados, y sobre todo de esas palabras que dañan la buena fama de las personas. Y, usted, sabrá que cuando alguien daña la buena fama de alguna persona, la persona dañada puede iniciar un proceso judicial para recuperar su dignidad. Es así que si usted sabe quiénes somos o formamos parte de los usureros, estafadores de ONG, especialistas en aprietes, etc., todos delitos penados por nuestra ley, haga la denuncia correspondiente. Si así no fue, Doctor Macchia, no lance al aire apreciaciones de gente que no conoce o, por lo menos, no generalice sus juicios. Porque todos, en nuestro País, tenemos los mismos derechos y obligaciones. Igualmente, le comento que si mi compromiso con, no sólo el sector agropecuario, sino con todo lo que ello implica, me hace ganar, para un pequeño número de dignatarios del gobierno, el título de idiota útil, me sentiré muy orgulloso, pues nadie, persona u organismo, ha comprado mi libertad (como algún partidario político ha querido insinuar en estos días en San Pedro) y por ello me sumo a aquellos que realmente quieren un nuevo estilo de gobernantes (no diferentes, porque queremos que la Presidente actual siga gobernando) que sepan escuchar, dialogar y estar cerca de aquellos que le han otorgado la capacidad de gobernarnos. Pues los Presidentes elegidos democráticamente, han sido elegidos por el pueblo, para el pueblo y son del pueblo (según la definición de democracia que uno ha aprendido desde la escuela secundaria) Con mi estima y afecto, lo saludo fraternalmente. Pbro. Lic. Néstor Fabián Failache