Complicados por las letras
Dificultosa resultó para muchos la extracción de dinero de los cajeros del Banco de la Provincia durante el fin de semana pasado. Sucedió que el sábado varios empleados de empresas, entidades y organismos oficiales tenían sus haberes disponibles y, a la cola extensa que se registra habitualmente para los últimos días de cada mes, se sumaron dos imprevistos: el calor y la aplicación de un nuevo dispositivo de seguridad para los clientes: “la clave alfabética”. Sin aviso previo para los asalariados, algunos entrados en años y sin la práctica suficiente para el manejo de los “aparatos pagadores”, la demora resultó de más de quince minutos por persona bajo un ardiente sol de pleno enero, pero en agosto. Si bien las instrucciones para acceder al dinero –que se entregaba todo en billetes de veinte pesos– corría de boca en boca entre quienes conformaban la larga fila, más de uno se fue sin su plata.