Comparaciones odiosas y onerosas
A veces la separación de los mundos tiene que ver con los servicios que se prestan en lugares públicos o semi públicos a los que asistimos por voluntad propia o en casos de extrema necesidad. Días atrás, este semanario recibió el testimonio opuesto de dos personas que viajaron y protagonizaron hechos que resultarán familiares para algunos. En el primero de los relatos, un sampedrino quedó atónito al comprobar que en un local de la cadena Mc Donalds ubicado en la zona de Once, varias decenas de personas esperaban disciplinadamente en una fila de varios metros para ingresar al sanitario del local que sólo contaba con dos boxes, uno de los cuales no funcionaba y ni siquiera ofrecía papel higiénico. Habiendo consumido anteriormente promociones que sumaron $90,50 en una superficie que podía albergar a más de 300 personas creyó que el Gobierno de la Ciudad, estipulaba una cantidad de baños obligatorios en relación a sus metros cuadrados.
En contraposición, el otro testimonio, confirmó que en la terminal de San Nicolás, acceder al cuerpo de sanitarios cuesta $ 0,50 sin demoras, con todo lo que se necesita para un momento “tan privado y urgente” y con la explicación detallada sobre el destino del dinero que cada viajante invierte.
Dos ejemplos que sirven para comparar que no todo lo del primer mundo es tal como se presenta y que usar un buen baño limpio, no tiene precio.