Cómo será la playa para todos los sampedrinos
La Opinión estuvo el sábado en el club Pesca y Casting, donde recorrió cada rincón de sus instalaciones. El Gobierno quiere abrir la playa pública en enero. Para ello deberá invertir.
El 17 de noviembre, una empresa instalaba frente a Pesca y Casting la antena de Prefectura que no se pudo colocar en Vuelta de Obligado. En la esquina de Quiroga y 25 de Mayo, un periodista de La Opinión le advirtió a uno de los funcionarios más importantes del gabinete que estaban montando el dispositivo a menos de 300 metros de un club, lo que está expresamente prohibido por ordenanza.
“Ahí no hay ningún club, ni lo va a haber. Pesca y Casting desaparece. Tienen la concesión vencida, el Puerto los desaloja y nosotros vamos a construir ahí una playa pública”, reveló el funcionario en una declaración off the record que no podía ser reproducida hasta que no estuviera avanzada la propuesta.
El sábado, con la decisión tomada, Marcela Cuñer fue la autorizada para explicar el proyecto. “Nosotros estamos listos, desde Turismo, para empezar a trabajar. No es un gran cambio el que hay que hacerle al camping, que está muy lindo. La playa está divina, pero hay que hacerle mantenimiento, un estudio de capacidad de carga para saber cuánta gente puede entrar”, dijo.
Aseguró que quieren “tenerlo para este verano”. La recorrida que hizo La Opinión por el camping fue reveladora respecto al negocio de alquileres temporarios de amarras, casillas, casas rodantes a los que se suma la concesión de una proveeduría donde termina el césped y se empieza a pisar arena.
Las sombrillas que se ven en las fotos de la página del camping como promoción turística están raídas y destartaladas. La playa es amplia, es la única con acceso a lo que queda de la laguna de San Pedro y de hecho los bañistas la disfrutan. En el sector lindero, el terreno que se extiende hasta la guardería náutica que comparte alambrado con Mansa Lyfe, todo es abandono aunque sumamente apto para extender el espacio recreativo. Sobre el extremo opuesto y de cara al puerto, está el sector de bajada de lanchas que está repleto de trailers y fierros oxidados “porque nos agarró la creciente”, dijo Lorena Milesi, la presidenta de la Comisión Directiva a este medio.
La arboleda que acompaña a las parrillas es inmejorable salvo porque está rodeada de casillas, muchas de ellas en lamentable estado de abandono, sogas en las que se cuelga la ropa lavada, trastos que guardan los “socios residentes” y que resisten temporada tras temporada.
Los cuerpos de baño están mantenidos pero quedaron en medio de los pequeños barrios en los que se divide el interior del predio. Allí tendrán que desmantelar para dejar paso a los sampedrinos. Si todo juega a favor, en enero muchas familias podrán disfrutar del sol y del agua de los que han tenido que privarse desde hace décadas.