La semana pasada comenzaron las obras en uno de los edificios que el empresario Alejandro Monjo alquiló al municipio para destinarlo en principio a la instalación de dos de las fiscalías. Funcionarios del Ejecutivo habían anunciado a La Opinión que pretendían culminar el Centro de Monitoreo para iniciar los trabajos en el edificio donde funcionó el Jardín Frutillitas sobre calle Mitre al 300 sin tocar aún la casona de 1830.
La antigua casa tiene una estructura arquitectónica que merece ser respetada y reciclada aunque por ahora sólo están haciendo divisiones con durlock es importante que se recuperen los espacios que poseen valiosas aberturas, pisos y galerías.