Comenzaron los trabajos en COPLAC
La empresa brasileña Compañía de Planeamiento Acústico, COPLAC, que se instaló en San Pedro hace unos meses, ya comenzó a producir. Aunque siguen con algunos problemas energéticos que imposibilitan trabajar con toda la maquinaria disponible, entregaron producción a las dos terminales automotrices con las que firmaron contrato.
La puesta en funcionamiento de esta empresa estaba en dudas hasta no hace mucho. Es que la capacidad de suministro de COOPSER no podía hacer frente a las necesidades de alimentación energética que demandaba la fábrica de autopartes. Para que la cooperativa pudiera readecuar el alimentador 6 y San Pedrito II, COPLAC debió invertir unos 820.000 pesos a los que deben sumarse entre 50.000 y 90.000 más para que al transformador de 200 KW que están utilizando se le agregue otro de 350.
La empresa brasileña se dedica a la fabricación de insonorizadores para vehículos, tales como alfombras de piso y las que van entre la chapa y el material que recubre los tableros de los automóviles.
Según relató el Gerente local —y también Coordinador del Centro de Referencia San Nicolás del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación— Alberto López Alonso, en las últimas semanas terminaron de adecuar el sector de personal civil, vestuarios, oficinas, comedor, etc. y comenzaron a producir en pequeña escala. Cuentan con unos 15 empleados que están siendo capacitados por personal brasileño y creen que, si la demanda no decrece, trabajando un turno completo contarían entre 30 y 40 empleados en total.
En una situación óptima, donde el mercado automotriz tuviera gran demanda y con toda la maquinaria funcionando, podrían llegar a contar con aproximadamente 100 personas. Claro que la crisis, la incertidumbre en las expectativas y cierto temor post vacaciones generan cautela al respecto. Aún así, las terminales automotrices de Brasil y Argentina son optimistas: esperan vender unas 50.000 unidades en todo el Mercosur durante 2009.
La producción de COPLAC se fabrica con residuos de la industria textil, que se recicla para la creación de los insonorizadores.
Esperan que a fin de mes puedan estar funcionando a pleno, al menos en un turno, hasta las seis de la tarde, hora en la que el consumo de energía es mayor y más costoso. Por ahora, trabajan de a una máquina por vez. El poco suministro de energía no les estaría permitiendo otra cosa y aunque parezca mentira, se repiten los casos en los que la empresa de distribución eléctrica solicita que sean los emprendimientos productivos los que financien su incapacidad para administrar correctamente los fondos de los socios, en conjunto con un municipio que carece de políticas para la industria que faciliten su instalación.
Hay varios ejemplos que acreditan las dificultades que se le generan a decenas de medianas y pequeñas empresas que tienen que costear los gastos que demanda una inversión en energía eléctrica que tendría que estar prevista en una ciudad que ha crecido a ritmo sostenido durante los últimos años sin preguntarse de dónde y cómo saldrán los servicios que hacen falta para abastecer no sólo la radicación de posibles industrias sino edificios, departamentos, casas y hasta domicilios particulares.