La escuela primaria que comenzó a construirse en terrenos donados al Obispado de San Nicolás en la esquina de Laprida y Depietri, en el barrio denominado como Ciudad Abierta, tiene nueva comisión desde hace unos meses y un renovado ímpetu para avanzar en el proyecto.
La idea había nacido hace unos años por iniciativa de un grupo de padres de la comunidad educativa del jardín Belén y contó con el apoyo del Obispado. Sin embargo, la participación activa en la comisión fue mermando y la división que generaron las denuncias contra el sacerdote Tulio Mattiussi paralizó la obra.
La semana pasada, los nuevos integrantes de la comisión trabajaron en la obra para colocar los pisos que ya habían comprado hace tiempo y que casi fueron botín de los ladrones meses atrás. Así, la construcción de la escuela “María Madre”, tal el nombre que eligieron, vuelve a estar en marcha.
En abril pasado, algunos padres que quedaron de la comisión original lograron convocar a nuevos interesados y retomaron la propuesta, conformaron la asociación civil correspondiente, dialogaron con el Obispo Hugo Santiago, que les dio el visto bueno, y volvieron a ponerle energía a la actividad.
Semanas atrás estuvieron a cargo de la cantina de la Fiesta de la Naranja, donde lograron recaudar el monto suficiente para contratar la mano de obra para la colocación de los pisos del futuro establecimiento educativo, cuyo material esperaba desde la Fiesta de la Ensaimada del año pasado.
El proyecto de escuela de gestión privada religiosa ya no será la continuidad de la trayectoria educativa del jardín Belén sino que estará “abierta a toda la comunidad”, como una nueva oferta para cursar la escuela primaria, que se suma a los existentes.
La construcción cuenta con seis salones, un salón de usos múltiples, baños y sala para docentes. Los sanitarios todavía están para terminar y les resta reponer las aberturas que delincuentes se llevaron en uno de los varios robos que sufrió el lugar, que ahora tiene alarma y monitoreo permanente para evitar hechos ilícitos.