CODIGO NO ESCRITO
Una ciudad como la nuestra tiene sus particularidades, sus circunstancias propias que la hacen única, no repetida. Única pero no inmodificable como cada pueblo de nuestro país. Tiene esta ciudad un código secreto, no escrito de usos, costumbres y conductas que nos hacen individual, especial. Una de las normas era -¿es?- aceptar a los “extraños” (viene de “extranjero” ó viceversa) y darles un lugar preeminente en la sociedad sampedrina. Muchos chascos y desencantos nos hemos llevado a partir de esa norma social. Un amigo solía decir hace bastantes años: “Un tipo llega delincuente hasta la barrera del ferrocarril y una vez que la traspasó, aquí llega a la categoría de “gran señor” y los homenajeamos”. Alguna vez se nominó “ciudadano ilustre” ó similar a una persona que hacía UN (1) año que estaba en San Pedro!!! Decenas de ciudadanos que se merecen esa distinción permanecieron olvidados ó ignorados por los “jurados” de ese entonces. Hoy que estamos despidiendo a la “modernidad industrial” con su secuela de desempleo, cierres de establecimientos industriales y rurales, traspaso de la riqueza de un enorme sector a un pequeño sector, etc. Es hora que modifiquemos muchos hábitos de conducta a favor de una mejor institucionalización, una mejor democracia como ésa desafortunada costumbre. Es preciso organizar y regular ( por ejemplo) el llamado “derecho a la información pública” para que todos los habitantes sepan en qué ocupan su tiempo los funcionarios públicos y que no puedan sanatear con sus “ocupaciones”. En muchos municipios está regulada, caso BRAGADO, caso LINCOLN, la NACION también lo tiene normado y permite saber hasta los menores detalles en el uso del dinero público. ¿No es importante? Opine ciudadano por favor, le facilito esta columna. También es necesario implementar un área que se dedique exclusivamente al tema “JUVENTUD” que aún no está en SAN PEDRO y al tema cuidado del MEDIO AMBIENTE. Para todo esto hay que desatarse de las mal llamadas “lealtades partidarias y obligaciones partidarias” que mantienen atados ó prisioneros a los individuos a favor de los partidos tradicionales y que sólo han servido para obstaculizar y no expandir la iniciativa del ciudadano sin políticas mezquinas… Por el Dr. Elvio Macchia