Clínica San Pedro: negociaciones con el Círculo Médico, reuniones con PAMI y reparaciones camino a la reapertura
Aunque tenían previsto reactivar el sanatorio esta semana, los nuevos propietarios informaron que todavía tienen varias aristas que resolver para la reapertura. Aseguraron que en el interior hay que hacer "mantenimiento", que hay aparatología que reacondicionar y que están en diálogo para contratar profesionales. Todavía no mantuvieron reunión alguna con autoridades municipales y pedirán audiencia. Buscan reponer la cápita de PAMI, pero sostienen que podrían funcionar sin ella.
Aunque el plan de lo nuevos propietarios de la clínica San Pedro era reabrir esta semana, el sanatorio ubicado en Belgrano y Quiroga no atenderá a pacientes hasta pasado un mes desde que sus anteriores dueños decidieron cerrar y generaron el conflicto que comenzó a solucionarse parcialmente con la aparición de compradores del paquete mayoritario de acciones.
Desde que el 19 de julio cerraron la operación de venta de las acciones, 12 día después de aquel miércoles en el que la clínica dejó de atender, la cara visible de compradores, que son tres, es Nelson Suárez Irala, un hombre oriundo del conurbano bonaerense que fundó la empresa de servicios de internación domiciliaria Sadeyk SRL —de la que ya no es socio sino “gerente comercial”—, se dedica al gerenciamiento de centros de salud y es conductor de la Mutual de Trabajadores Residentes del AMBA, que creó en mayo pasado.
Luego de aquella entrevista en la que habló por primera vez y contó someramente sus planes, este martes Suárez Irala accedió a dialogar con La Opinión & Sin Galera. Lo hizo en Radio Cuarentena y accedió a responder preguntas sobre muchas de las inquietudes que surgieron desde que su nombre apareció como comprador de la clínica San Pedro.
El plan de apertura para el 1 de agosto quedó atrás y por ahora no hay fecha cierta. El nuevo dueño dijo que todavía tiene por delante acordar con profesionales médicos, hacer refacciones de mantenimiento en el edificio, reparar aparatolgía, reactivar la cápita de PAMI y hasta reunirse con autoridades municipales, algo que todavía no ocurrió.
El tema con los médicos es que muchos de los que trabajaban en la clínica San Pedro no quieren volver e incluso lo único que desean es que les paguen lo adeudado, aunque eso también comporta un problema.
“Hay una deuda pero no hay nada que diga se debe tanto, no hay libros de guardia”, reveló el accionista y ejemplificó: “Te dicen a un médico se le deben 600 mil pesos, pero dónde está el libro de guardia, dónde están las facturas, el médico no quiere hacer factura, es bastante engorroso, así que estamos buscando todo eso para llegar a un arreglo”.
Lo que Suárez Irala denomina “el grupo inversor”, que componen al menos en las firmas él, Alejandro Javier Otero y Daniel Alberto Herrera, tiene en la clínica San Pedro su primer sanatorio. “Hay un abogado, un contador, un muchacho que tiene agencia de autos de Reanult, concesionario de cero kilómetros. Yo me dedico al gerenciamiento, tenemos el apoyo y aval del director médico, Alfredo Breglia, que es neonatólogo, pediatra, jefe de Sanidad de la Policía Bonaerense, es comisario inspector, es el director médico, un empleado, pero la cabeza médica que va a llevar adelante la clínica a nivel profesional”, contó el empresario.
Con el “grupo inversor” son dueños de un geriátrico y están en conversaciones para “comprar o alquilar” otro, trabajan con “la obra social de espectáculos públicos”, en la que están “dando prestaciones” pero van a comenzar “a gerenciar cuando se venza un contrato que está por caer en octubre, noviembre”. Además, prestan “servicios en varias clínicas, con kinesiología a domicilio a través de módulos de PAMI”.
La obra social de jubilados y pensionados es, por cierto, otro tema central en la clínica San Pedro. Por ahora, recién están entablaron conversaciones a nivel local. “Nosotros tenemos toda la voluntad de obtener PAMI, me acerqué a hablar acá a la sede, les mostré una fotocopia certificada de que soy el nuevo accionista y quiero activar, me contaron que los dueños anteriores dieron de baja el módulo de prestador, el servicio”, informó Suárez Irala.
“Me acerqué a PAMI para decir que estaba dispuesto a seguir trabajando, para dar el mismo servicio de nivel 3 y más adelante colocaremos hemodiálisis y tomografía para cambiar el nivel de la clínica”, aseguró.
Ahora, tras notificar al organismo que hay nuevos dueños en la clínica, espera mantener una reunión con la Regional Chivilcoy, de la que depende San Pedro. Aun así, el accionista aseguró que “la clínica puede trabajar totalmente sin PAMI, con otras obras sociales, con ART, con muchos servicios”.
Al respecto, dijo que en su equipo de trabajo están ocupados “mandando e-mails a la gente de facturación para avisar que hay un nuevo directorio” y que vn a “empezar con nuevo servicio”. En ese sentido, agregó: “Queremos ver valores para hacer nuevos convenios, algunos eran muy viejos, muy bajos, no existen, hay que regularizarlos”.
También habló de Sanostra y dijo que “va a seguir funcionando” al punto de que quieren “ampliar también para que haya una cobertura no sólo con la tercera edad, para que haya la posibilidad de que si alguien tiene obra social y no está conforme se quiera cambiar y pasarse a Sanostra”.
“No entendía lo de la facturación, por qué se manejan todos con el Círculo Médico, que en Buenos Aires está para acreditar que el médico es médico, que paga la matrícula ahí, acá se manejan con la facturación, pasa todo por el Círculo, así que fui a hablar con ellos para ver de qué manera puedo cerrar con los médicos de la zona, qué valor se está pagando por consulta”, señaló.
Rápidamente, Suárez Irala entendió lo que ocurre históricamente en la ciudad y que fue objeto de polémicas, denuncias y hasta de intervenciones del Gobierno nacional: “De la manera en la que lo hicieron acá, si no estás en el Círculo Médico estás afuera del mundo. Por lo que vi, todos los médicos se manejan con el Círculo, por eso estoy charlando con ellos por los valores de las consultas, para ver qué se les puede ofrecer a los médicos para que vengan a trabajar acá”, dijo.
El lunes en la clínica se vieron tareas de pintura en el frente. Para esta semana, dijo Suárez Irala, espera que el personal de mantenmiento que trabaja con su “grupo inversos” en cada emprendiiento llegue para hacer las tareas sobre las que hicieron un relevamiento la semana pasada.
“Hay techos con filtraciones de agua, iluminación, tienen que armar la cocina porque quiero tener un comedor propio”, indicó y explicó: “Lo que hay que reparar son cosas de no tener mantenimiento: luces quemadas, una habitación con un baño que no está en condiciones. Lo que estamos haciendo es mantenimiento, cosas de plomería, electricidad, albañilería, pero estamos trabajando para dejar la clínica en condiciones”.
Los nuevos accionistas esperan mantener una reunión con el secretario de Salud, Daniel Creus, y el intendente, Cecilio Salazar, con quienes hasta el momento no tuvieron contacto alguno.
La falta de contacto resultó al menos llamativa, teniendo en cuenta que el sistema sanitario local tuvo muy presente a la clínica San Pedro durante la segunda ola de COVID-19 y, en las puertas de una eventual tercera, esas camas, sobre todo las de terapia intensiva, se van a necesitar.
También es cierto que debe tenerse en cuenta que, según reveló el nuevo dueño, el sanatorio cuenta con cinco camas en UTI de las cuales sólo dos tienen respirador.
“Para abrir una clínica no solamente hay que tener camas, la terapial, el quirófano, todo tiene que estar en condiciones, dos camas con respirador de cinco no sirve la capacidad, se descompensa un paciente en piso o en cirugía y no hay UTI para llevar al paciente no se puede trabajar”, advirtió-
Antes de cerrar la nota, Nelson Suárez Irala pidió “que todos los especialistas que vivan en San Pedro y los alrededores, que quieran trabajar en la clínica, que se acerquen” porque quiere escuchar sus propuestas y que escuchen la que él tiene. “Así nos ponemos de acuerdo, también estamos necesitando enfermeros, las puertas están abiertas”, concluyó.
Durante lo que duró la extensa nota, la referente del sindicato ATSA Isabel Bravo dejó comentario en los que advirtió que desde el gremio toavía esperan “la presentación documentada” que acredita la existencia de nuevos accionistas; reclamó por el despido de una trabajadora “que tiene el alta como permanente, nunca firmó un contrato”, como se dijo; y advirtió que varios sectores no están en condiciones para la reapertura.
Dentro y fuera de la clínica, trabajadores y trabajadoras también escucharon la entrevista. En algunos casos, escépticos; en otros, ilusionados; en todos, preocupados por el futuro que por lo pronto sigue incierto aunque con una certeza: las acciones se vendieron y los nuevos dueños hablan de reactivación.
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