Clausuraron el camping de Vuelta de Obligado: “En 26 años no hicieron nada y ahora me quieren sacar”
El viernes, personal municipal clausuró el predio por falta de habilitación. Desde la Secretaría de Turismo informaron que avanzarán para la "clausura definitiva". La titular del camping se quejó porque, según dijo, desde que funciona nunca logró hacer los trámites. Sostuvo que ahora que van muchos turistas por la playa pública, "alguien se lo quiere quedar".
Bajo la lluvia del viernes por la mañana, personal municipal del área de Inspección de Comercio procedió a la clausura del camping Las Cuevas de Vuelta de Obligado, que desde hace 26 años funciona en un espacio conformado por predios de la Fundación Obligado y del Estado municipal.
La secretaria de Turismo, Marcela Cuñer, informó ese día, ante la consulta de La Opinión, que la clausura se produjo luego de que su área elevara informes a la Dirección de Rentas a raíz de una serie de episodios que se registraron en el camping.

Entre ellas, enumeró una situación en la que “prendieron fuego en el piso autorizados por la señora” que regenta el camping, un hecho que ocurrió a principios de diciembre, y también que “una persona se lastimó co un banco en el espacio de esta señora”.
“Mal mantenimiento, etc”., dijo Cuñer y confirmó que tras el procedimiento del viernes “hay que avanzar para la clausura definitiva del camping”, tras los dos informes presentados a Rentas, que acompañan las actuaciones que fueron remitidas al Juzgado de Faltas.
La responsable del camping, Norma Cebrero, dijo en Sin Galera que está en el predio desde hace más de dos décadas y consideró: “En 26 años no hicieron nada y ahora me quieren sacar”. Aseguró que buscará levantar la clausura, pero su situación es complicada.
Por un lado, el comodato con la Fundación Obligado está vencido. Por el otro, nunca obtuvo permiso formal para el uso del espacio municipal que forma parte del predio del camping. Ahora, con la clausura y el plan de que sea definitiva, todo indica que deberá retirar sus cosas del lugar.
“Durante 26 años no dejé de ir nunca a la Municipalidad porque yo sabía que tenía que habilitar el negocio, pero nunca me dieron nada ni me llevaron el apunte”, contó Cebrero.
“Nunca pasó nada y ahora con la playa todos quieren. Seguro que hay alguien que tiene guita y me quieren sacar”.
“Nunca jamás hicieron nada. He pasado veranos enteros sin hacer un mango. No vivo de lujos, no tengo nada. Nosotros lo construimos todo. Los sanitarios, me hicieron poner una bomba de agua porque no podía poner el agua del pueblo, puse el medidor de la luz, todo nosotros”, relató.
“No me gustaría irme porque es parte de mi vida, yo vivo ahí”, dijo y agregó que “sabía de entrada” que tenía que habilitar y “por eso iba continuamente a la Municipalidad”. Al respecto, recordó: “Le mandé cartas a todos los intendentes, primero Pángaro, después fue Barbieri, a Guacone, a este nuevo también le mandé nota y nunca jamás recibí una respuesta”.
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