Clausurar y preguntar
Dirección de Bromatología e Inspección General realizaron una serie de procedimientos de inspección en locales comerciales que manipulan alimentos. Visitaron unos veinte comercios y produjeron varias clausuras. Algunos comerciantes se quejaron por lo que consideran “arbitrariedades” por parte de los agentes municipales.
La mano dura llegó a la inspección de comercios que manipulan alimentos. Bromatología e Inspección General recorren desde hace una semana ese tipo de locales, alertados en general por denuncias de particulares que aseguran falta de higiene en muchos de los negocios habilitados para la tarea.
El recorrido comenzó en los supermercados chinos. Los reclamos de los clientes de esas bocas de expendio de alimentos forman un rosario que puso en vilo a las autoridades de las áreas municipales correspondientes, quienes iniciaron sorpresivamente una sucesión de procedimientos que llegó esta semana a unas veinte visitas y varias clausuras. Los operativos están enmarcados en la “normalización de los comercios relacionados con la venta de alimentos”, según explicaron desde la Municipaidad.
Chinatown
Los diez supermercados chinos que hay en la ciudad son blanco de reclamos públicos constantes. Algunos de ellos montados sobre los prejuicios existentes con los inmigrantes de origen oriental y otros fundados en la experiencia cotidiana de los clientes que observan con estupor algunas condiciones de higiene en la que se encuentran los lugares donde compran su alimento diario.
En el supermercado de Oliveira Cézar esquina Rivadavia los inspectores de Bromatología se encontraron con mercaderías vencidas en lugares no permitidos y con cajas que oficiaban de cestos de basura. El supermercado fue clausurado por 72 horas.
Algo parecido sucedió en el superchino de Mitre al 600 –del mismo dueño del anterior–, donde aparecieron productos lácteos vencidos mezclados en las góndolas y problemas de higiene en el local. La clausura fue de 24 horas.
El supermercado de Belgrano casi Balcarce también fue sancionado con una clausura de 24 horas por falta de higiene y depósitos desordenados.
Sin carne
el fin de semana
El sábado por la mañana, la inspección llegó a un frigorífico ubicado en Mitre y Martín Fierro. “Llegamos por denuncias de particulares”, dijo el Dr. Saverio Gutierrez, Director de Bromatología. “Falta de higiene y una mesa de metal tipo parrilla donde aparentemente se cortaría carne” fueron los motivos que el responsable del área municipal adujo para una clausura de 72 horas. “No hay problemas con la mercadería, que está en buen estado, el problema es de higiene del lugar”, informó
El propietario del frigorífico mostró su sorpresa por la situación: “Estoy totalmente de acuerdo en que cierren y clasuren todo comercio que esté en algún tipo de infracción. Ahora, si me avisan con anterioridad cuál es el inconveniente y se puede remediar, no hay problemas; pero me parece que fueron muy arbitrarios. Hacia tres meses que no tenía visitas de bromatología”.
La clausura imposibilitó al comercio cumplir con los clientes que tenía pautados para el fin de semana, que en algunos casos ya habían abonado el importe por la mercadería: “Vinieron en este momento, justo el fin de semana, la fiesta country que no puedo abastecer, los restaurantes importantes que ya pagaron”, se quejó el dueño y agregó: “Estas cosas se arreglan charlando, hay que dialogar con la gente. Lamento porque son fuentes de trabajo y yo no sé si voy a seguir abriendo, tengo mercadería que la gente ya compró y pagó y no podrían salir, falta diálogo”. “Encontraron una falla, que acepto; la parrilla existe, pero hay que contemplar un montón de cosas, tengo que poner esa mesa de hierro para poder estibar esas cajas, ahí no se corta carne”, explicó.
Clausurar
o no clausurar
Los sorpresivos operativos tomaron a los comerciantes en momentos en que habían bajado la guardia sobre el cumplimiento de la normativa vigente. Algunos se preguntaron si las “denuncias de vecinos” no tienen que ver con una competencia que también muestra fallas en algunas cuestiones higiénicas y que no puede alcanzar los precios de los denunciados.
Alejandro García, Médico Veterinario del Registro de Industrias Cárnicas, opinó que “las inspectorías están bien, pero no se puede salir masivamente a cerrar comercios, porque si uno piensa en la legislación vigente, la mayoría de los comercios de San Pedro que manipulan alimentos están en falta”. Eso significa que, puestos a aplicar con mano dura la normativa, Bromatología estaría en condiciones de cerrar todos los comercios que encuentre a su paso.
“El problema estriba en que no hay acompañamiento a los empresarios por parte del Estado, ni los comerciantes se preocupan demasiado, falta educación”, expresó el profesional. El Estado persigue a los que no cumplen pero no desarrolla procesos de capacitación a través de los que comerciantes y empleados puedan estar al tanto de la normativa vigente y cumplirla. Así, la mano dura produce clausuras preventivas e infracciones que pueden contribuir mínimamente al erario, pero que no producen un cambio significativo en las conductas de quienes tienen la responsabilidad de tratar a diario con los alimentos que los sampedrinos llevan a su boca.
El Dr. Augusto Lerena describe en una nota de la Revista del Colegio de Veterinarios de la provincia las complejidades que surgen de aplicar la mano dura en las inspecciones: “Las inspecciones no son más que fuegos de artificio, ya que más allá de utilizar la inspección como una acción heroica destinada a tratar de minimizar en el corto plazo el factor Riesgo, la ‘inspectoría’ –aun cuando fuera buena– va detrás de los hechos consumados o atiende una porción minoritaria del problema. El control mediante inspectoría carece de toda efectividad y, por el contrario, es un mecanismo permisivo que asegura el mantenimiento del riesgo, la inseguridad y la corrupción, ya que convalida el funcionamiento, facilita el retorno periódico y no produce cambios de conducta masivos y constantes en el tiempo. Cuando se inspecciona, se toleran los abusos y se hace cómplice de ellos y cuando se interviene y se clausura a una pequeña porción del todo o se aplica multas, se sostiene a una estructura burocrática del gobierno que sólo castiga, no enseña y no soluciona a corto, medio o largo plazo”.
OPINION Rigor vs. Educación
Por Alejandro García
Médico Veterinario de Registro de Industrias Cárnicas
Referido a soluciones: cuando un país no toma como pilar la educación y capacitación como política de Estado, ¿lo único que queda por hacer es “rigor”, será una verdad?
San Pedro posee actualmente una población de más de 57.000 habitantes y es visitado en fines de semanas de pico turístico por más de 15.000 turistas. Los emprendimientos hoteleros y gastronómicos apuestan a un San Pedro dos veces superior en demanda actual de bienes y servicios.
Todos los habitantes de este planeta se alimentan. Algunos seguramente más que otros.
Salvo excepciones, nuestra idiosincrasia cíclicamente crea áreas que estén bajo los intereses políticos efímeros como el tiempo que perdura en el poder un decisor sólo con el fin que le aseguren un buen puesto en las próximas elecciones, pero lejos está dicha tarea de lograr el bienestar común para procurar que nuestra calidad de vida sea cada día mejor; nuestra salud sea constantemente protegida y a su vez estas acciones permitan que esto perdure a lo largo del tiempo.
Contadas con media mano son las empresas que actualmente cuentan con Veterinario de Registro de Industria Cárnica Provincial, figura profesional cuya función es entre otras, certificar que los alimentos son producidos o manufacturados en forma higiénica ayudando a los elaboradores a producir bajo Buenas Prácticas de Producción. Miles de emprendimientos son habilitados sin friso impermeable, con cielos rasos no ignífugos e insalubres y podríamos estar horas y horas describiendo las irregularidades de todo tipo.
Las recientes medidas de control de clausura de locales de alimentos dejan ver que en el país no hemos acompañado a quienes producen bienes y servicios. Nuestra calidad institucional es calamitosa. Nuestras empresas (no todas) carecen de planificación y las áreas encargadas de prevenir la salud de nuestra comuna no poseen la capacidad de amortiguar o disminuir la brecha para poder mejorar nuestra calidad de servicios. Debemos asumir que las actuales áreas, por lejos, no se encuentran acorde a la realidad que este nuevo mundo exige y exigirá en un futuro.