Citan a víctimas de robos, arrebatos y entraderas
Es para determinar si fueron presa de la misma banda que asaltó la semana pasada a una familia en el barrio 4 Robles, donde uno de los supuestos ladrones resultó herido y quedó a disposición de la justicia. Si se comprueba podrían ser quienes perpetraron al menos diez ilícitos.
La detención de un joven que habría participado de un robo abrió serias sospechas por su pertenencia a una banda que tuvo a mal traer a varias familias que en los últimos meses se vieron afectadas por diversos ilícitos.
La modalidad utilizada, los testimonios recogidos y los elementos secuestrados en su casa hacen presumir que sería quien participó de los asaltos y robos más importantes que se perpetraron en los últimos tiempos. A esto hay que agregarle que desde el día de su detención se cortó abruptamente una secuencia de delitos que se venían cometiendo tanto en el radio urbano como en las periferias y la zona rural.
Es por eso que desde la justicia, tanto las Fiscalías 5 como la 11, desmenuzan cada una de las denuncias y hechos acontecidos durante sus turnos para determinar la posible participación del malviviente detenido. Entre las medidas a adoptar sobresale la convocatoria de las personas afectadas por los hechos de robos, arrebatos y entraderas, no solo para reconocer al sospechoso sino también para identificar como propios los elementos secuestrados durante el allanamiento efectuado en la vivienda de Saavedra al 1900, donde habita el joven identificado como Walter Damián Díaz, de 23 años, por ahora el único detenido.
Pruebas en contra
El sospechoso fue detenido hace una semana atrás luego de que sea trasladado por una ambulancia del servicio 107 al Hospital “Emilio Ruffa” explicando que fue baleado cuando arribaba a su casa junto a uno de sus hijos. Sus dichos no coincidieron con los testimonios prestados por otras personas que supuestamente deberían saber qué era lo que le había sucedido. Allí comenzaron a hilvanar las sospechas sobre la participación del joven en el robo acontecido en el barrio 4 Robles, donde una familia fue asaltada y uno de los ladrones fue alcanzado por una bala policial.
El disparo le afectó el intestino grueso por lo que fue intervenido quirúrgicamente y se recupera en una sala del Hospital. La bala no pudo ser extraída lo que complica en parte el peritaje que puede incriminarlo, aunque entendidos en la materia estiman que por lo advertido en las placas efectuadas se trataría de un proyectil similar al de un arma reglamentaria.
Atando cabos, de inmediato, el Fiscal Marcelo Manso solicitó la detención de Díaz, quien se encontraba internado en el Hospital local, medida que fue avalada rápidamente por el Juzgado de Garantías.
Con el panorama algo más claro comenzaron a sumarse datos en contra del acusado, entre ellos el testimonio de una joven quien lo reconoció como el autor del robo sufrido en plena vía pública, cuando la interceptó y empuñando un arma blanca le robó sus pertenencias.
Además, entre los objetos secuestrados en su casa se halló documentación perteneciente al auto Renault Fluence sustraído hace unas semanas atrás a un vecino de La Buena Moza, el mismo rodado que luego apareciera abandonado en cercanías del basural.
El resto de los elementos hallados serán exhibidos ante las víctimas para su posible identificación.
Según se pudo saber, las sospechas apuntan a que el detenido no sería ajeno a los hechos registrados en el barrio Villa Jardín, en La Buena Moza, el robo al drugstore Calabaza, la entradera cometida sobre la calle Máximo Millán, el robo en 4 Robles y otros más aún por determinar.
A la medianoche y a los tiros
El hecho que desprendió conjeturas y sospechas sobre la banda aconteció en el barrio 4 Robles cuando en horas de la medianoche tres sujetos encapuchados y armados sorprendieron a una joven pareja junto a sus pequeños hijos. Fue el dueño de casa quien advirtió la presencia de uno de los ladrones cuando ya tenía medio cuerpo adentro de la habitación a la que había ingresado por la ventana. Allí apuntó, redujo y obligó a la víctima a abrir la puerta para que de inmediato ingresaran los otros dos malvivientes.
Estuvieron varios minutos en el interior de la casa, amenazaron a los propietarios y pedían dinero. La luz de un patrullero que se acercaba los alertó y de inmediato pretendieron darse a la fuga por el frente pero ante la llegada del móvil abrieron fuego contra los uniformados para poder escapar. Volvieron sobre sus pasos y atravesaron todo el patio de la vivienda para emprender la fuga, mientras tanto la policía respondió la agresión con una balacera cruzada hasta que se perdieron de vista. Horas después se halló tirada una mochila, un arma de fuego y una notebook perteneciente a las víctimas.
Se estima que los asaltantes conocían perfectamente el lugar elegido para cometer el ilícito. Habrían llegado a la propiedad luego de cortar al menos dos alambrados conectándose con un callejón que limita con un vivero cercano. Hay sospechas de que el herido permaneció escondido varios minutos después de haber recibido el impacto de bala y luego se trasladó por sus propios medios hasta poder ser socorrido.