Cierran las listas y la polarización prefiere a Iván Paz y a Ester Noat como protagonistas locales
En una elección legislativa en la que oficialismo y oposición nacional decidieron polarizar entre sí, el cierre de listas a nivel local está centrado en lo que resolverán Cambiemos y el kirchnerismo. Aunque ninguno quiso confirmar, en cada rincón aseguran que la decisión está tomada. Hasta hoy, todo indica que el frente que lidera Salazar tendrá al joven concejal como cabeza y el cristinismo sampedrino apostará por la histórica referente peronista. El resto hace cuentas para soñar con una banca.
El sábado vence el plazo para presentar listas para competir en las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso) del 13 de agosto en las que las alianzas transitorias inscriptas como frentes electorales en la Junta Provincial pondrán en juego ante la comunidad las candidaturas para las Generales de octubre, donde los sampedrinos votarán diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, diputados provinciales por la segunda sección electoral, concejales y consejeros escolares.
La campaña ya comenzó, aun cuando las listas no están cerradas y en algunos casos todavía hay roscas ruidosas o sordas que pueden derivar en sorpresas de todo tipo.
Polarización nacional
El lanzamiento del frente Unidad Ciudadana que encabezó ayer la expresidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner y la decisión del macrismo de elegirla como adversario relevante, a fuerza de entender que es lo que representa aquello que vencieron en 2015, polariza el panorama.
Ya lo advertían los funcionarios de Macri y Vidal a quienes se les preguntaba qué pasaría en las elecciones: “La gente elegirá entre volver al pasado o seguir apostando al futuro, al cambio”, repetían.
Del otro lado, la lógica es “antes estábamos mejor” y “van a seguir la ruta del ajuste”. La expresidenta, con un discurso menos dirigido al kirchnerismo que al indeciso moderado, aseguró ayer: “Estoy profundamente convencida de que esta etapa histórica de agresión neoliberal no es una cuestión de partidos políticos”.
Por eso, acaso, decidió dejar de lado no sólo el Partido Justicialista al que perteneció todasu vida sino también el sello con el que lo enfrentó por primera vez en 2005 para luego subsumirlo, el Frente para la Victoria.
Esa resolución descolocó al peronismo kirchnerista, al no kirchnerista y al antikirchnerista.
En el oficialismo, en tanto, decidieron dirimir las cuitas internas –que son muchas, por cierto– a puertas cerradas y con los Gobiernos nacional y provincial como grandes vertebradores. La gestión, después de todo, es ordenadora para la conducción política. El resto –UCR, CC, largo etc. – “que acompañe”, según su relevancia distrital.
San Pedro, también
En el ámbito local, el panorama es similar. Salazar conduce y reparte, aunque generoso: abrió la lista para todos los partidos integrantes de Cambiemos en condiciones nada desdeñables, de acuerdo a la representación y capacidad de cada uno. Quizás podría quejarse el barbierismo, aunque el retiro de su líder tras 20 años de ser eje de los debates no debe dejar de ser parte del análisis.
En la oposición, el tire y afloje tiene sus rispideces desde hace tiempo. Como ya adelantó La Opinión, la figura de Ester Noat es la única que aglutina al kirchnerismo. Todos, incluso desde la propia agrupación Juan Ismael Giménez que lidera Julio Pángaro, coinciden en que “hay consenso” para que encabece la lista.
Como de aquí al sábado todo es posible, esta página es una foto, al cierre de la edición, de una película de final abierto, acaso de aquellas en las que se filman alternativas, por las dudas.
La polarización está instalada a nivel local: un oficialismo que tiene a un intendente con gran aceptación pública y que erige a un candidato al que ya hizo encabezar una lista desde el más absoluto desconocimiento y al que sueña en ungir sucesor; una oposición que espera aprovechar el viento cristinista y que propone a una histórica dirigente para garantizar cierto piso en un panorama por cierto adverso.
El resto, mientras tanto, hace cálculos sobre la cifra repartidora y busca sus mejores nombres. No falta, como se verá en el caso el randazzismo local –el Frente Justicialista que integra el PJ, después de todo– en el que la propia interna parece mellar el anhelo inicial del arrastre que podría llegar de manos de Florencio Randazzo.w