Chichi, la abuela que murió antes de que llegue su diagnóstico negativo de COVID-19
Su nieta Marianela escribió un sentido y humanitario mensaje respecto a los pacientes que quedan aislados de sus seres queridos y soportan la demora ea llegada de los resultados de los hisopados. Su hija Marcela Yanezuk, la recordó en Sin Galera como una "madre presente", una mamá del corazón que nunca la dejó sola. Qué espera un paciente cuando está aislado y están a disposición comunicaciones telefónicas o mensajes de audio que pueden ser un paliativo para la soledad o la angustia.
"Como sampedrina que soy, a pesar de no encontrarme allí, quiero compartir y hacer conocer una de las tantas aberrantes historias detrás de la pandemia. Quiero compartirlo porque muchos la conocían y la querían a mi querida abuela Chichi"… así comenzaba el mensaje que el viernes conmovió a amigos, allegados, familiares y vecinos de su abuela quien falleció en el Hospital aguardando el resultado de su hisopado.
"Recién hoy jueves tenemos con mi familia, el RESULTADO NEGATIVO DEL HISOPADO QUE LE REALIZARON A MI ABUELA, internada en el hospital de San Pedro, desde el domingo 2 de agosto. Sí, recién hoy, 13 de agosto, DESPUÉS DE 11 DÍAS, DESPUÉS DE QUE ELLA SE FUE, PARA NO ESTAR MÁS CON NOSOTROS.
Recién hoy porque no se le brindó la posibilidad de realizarlo de manera privada, como a otras personalidades más importantes de la ciudad, o más jóvenes, o de mayor poder adquisitivo, claro. Con la mitad de mi familia aislada, por “prevención”, sin la posibilidad de acercarse en lo más mínimo a la institución, y mucho menos acompañarse entre sí", agregó en línea con lo que luego relataría su mamá, Marcela Yanezuk en el programa Sin Galera, del que se supo que también era fiel oyente.
"Escribir esto, es profundamente doloroso, lejos de la ciudad, lejos de mi familia, sin que nos permitieran despedirla como se merecía, y mucho menos como ella hubiese querido. Es un “caso sospechoso”, decían, “debe permanecer en la institución hasta que esté el resultado “Pueden verla por la ventana!”, que, claro, estaba “CERRADA POR PROTOCOLO”. Los partes diarios eran de buen pronóstico: estable, saturando bien oxígeno y SIN SINTOMÁS DE COVID 19. SOLO FALTABA EL RESULTADO DE HISOPADO PARA DARLA DE ALTA. Parecía todo hecho a propósito"…, reflexionó sobre esta abuela que no faltaba a los actos escolares de su hija, dedicada a la familia y eterna acompañante de Marcela como jugadora de voley "porque tenía miedo que me pasara algo" como recordó a su madre siempre llevándola en bicicleta hasta el lugar donde fuese necesario.
"Quisiera saber, primero como persona, luego como nieta, y después como profesional de la salud mental, si alguien de la institución pensó en ella como un ser humano, como una abuela de edad avanzada, a quién lo primordial sólo le era la compañía de su familia para superar lo que le pasaba; a quien cada minuto que pasaba sola y aislada, le significaban una eternidad y peor aún, un paso irreversible hacía su adiós. Quisiera que, con una mano en el corazón, el personal del hospital pueda explicar cómo fue que mi abuela murió. Mi familia merece una gran explicación, mi abuela merece su despedida y cada persona que allí se encuentre internada, merece ser tratada humanamente y no como un número a ser testeado, manipulado y “recuperado”, concluyó Marianela Zarlenga.
Chichi ingresó con un cuadro inespecífico, con un Alzhaimer incipiente, según describió Marcela ya que no sabe exactamente de que modo fue el desenlace que se llevó la vida de Chichi, una mujer que al menos no está registrada con sus 87 años en los partes diarios de remisión de muestras que diariamente monitorea La Opinión.
Tal vez audios, video llamadas o "cartitas" sean una eficaz medicina en tiempos de la hipercomunicación para quienes están obligados a permanecer aislados mientras transitan su enfermedad.