Anécdota 2
Estando yo en la guardia en la “Sección Investigaciones de Zona Delta” se nos comunica que el barco “Don Miguel” había salido a “Nueva Palmira, Uruguay” con un cargamento de 1500 cajones de cigarrillos de fabricación norteamericana marcas Chesterfield y Mallboro y que el comando de operaciones navales había designado la patrullera perteneciente al servicio del prefecto nacional, en ese entonces capitán de navío Mario R. Paillas para que vigilara en el trayecto de navegación que no efectuara una maniobra de “contrabando”. Por lo tanto el citado barco navegaba vigilado a una prudente distancia por la patrullera mencionada. Yo estaba de servicio de guardia de 24 horas por 48 francas. A horas 19 recibo un radio mensaje del capitán de la patrullera que decía: “Frente a la isla de San Pedro, por desperfectos en sala de máquinas procedemos a anclar para efectuar reparación”. Para las 05:00 del día siguiente recibí el siguiente radio mensaje: “Motor patrullero reparado y continuamos viaje en persecución del barco por haberlo perdido de vista” y a las 17:00 otro de este tenor. “Ante imposibilidad de localizar al barco “Don Miguel” y estando en cercanías de Rosario de Santa Fe, desistimos y retornamos a base”. Después obtuvimos información que los barcos “Clelia C”, “Norma C” y “Don Miguel” descargaban en puerto San Martín cercano a Rosario de Santa Fe en una fábrica de aceite del ingeniero Álvaro Alzogaray. Cabe destacar que en esa época nos tuvo sin pagar el sueldo un mes, que de no haber sido gente humanitaria como el carnicero que nos aguantó la libreta y el almacenero hubiéramos padecido mucha hambre, mientras el por radio y la prensa nos decía hay que pasar el invierno. Al ingeniero Alzogaray la revolución libertadora le dio un puesto de ministro de economía porque el con un barco de la empresa ELMA y otro que iba el capitán de Ultramar Mariano Marti, fueron a Norteamérica con un cargamento de papas cada barco, y la SIDE Norteamericana les cargó todos los pertrechos de guerra para nuestra marina de guerra que había sido desarmada por orden del General Perón. Todo este armamento fue desembarcado en costas uruguayas en una estancia propiedad de “Cacho Otero”. Para los que tenemos memoria recordarán que el ejército estaba por rendirse en Tucumán y Córdoba pero de improviso la Marina se había hecho a la mar alegando realizar maniobras pero nadie le daba importancia porque estaba desarmada pero al otro día escuchamos la radio Colonia cuyo locutor “Ariel Delgado” decía: ya se acercan a Buenos Aires nuestros bravos marinos para derrocar al tirano y de lo contrario van a echar abajo la casa del gobierno, todos los que escuchamos quedamos helados y esta duda me la despejó el capitán de Ultramar Mariano Marti cuando en una cena en la parrilla de La Boca llamada “Los tres amigos”, me contó el viaje que había hecho, y todavía dijo que podía haber pedido un puesto de jerarquía en este gobierno y no lo hice, pero mi compañero Álvaro sí que se prendió. Héctor Abel Belén.