Caso Gomila: Ulises Fernández y Silvina Sampol irán a juicio juntos
En pocos días la causa será elevada a juicio. El único imputado en el crimen del viverista, además, será juzgado por tenencia de armas y venta de drogas. La causa se unificará con la de su expareja, la exconsejera escolar Silvina Sampol.
El Fiscal Marcelo Manso, que instruye la causa contra Ulises Fernández y la ex consejera escolar Silvina Sampol por tenencia de armas y venta de drogas informó que tiene todo listo para en “cinco o diez días” elevar el expediente a juicio.
El Fiscal explicó que una vez elevada, esa causa se unificará con la de la “narcodocente”, expareja de Fernández, quien será juzgada junto a él por “tenencia de estupefacientes para su comercialización”, es decir venta de drogas.
Manso está convencido de que los elementos probatorios que reunió permitirán condenar a los acusados y salió al cruce de las declaraciones que vertió Ulises Fernández en la entrevista que publicó La Opinión la semana pasada.
“Le cabe la pena más grave del Código Penal. Para que tengan una idea, podría salir en libertad condicional recién a los 15 o 20 años”, explicó Manso.
Sampol y Fernández irán juntos al banquillo. Ella será juzgada por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, y el, será enjuiciado por el delito de “homicidio calificado en concurso real con robo calificado por el uso de arma de fuego” y por la tenencia ilegal de armas.
Silvia Sampol fue detenida al otro día del crimen de Gomila, cuando una comisión policial llegó a su casa en el marco de un allanamiento solicitado por el Fiscal a partir de una serie de datos que señalaban a Ulises Fernández entre un grupo que tenía relación con una persona sindicada como sospechosa de diversos ilícitos cometidos en la zona rural.
La policía había ido en busca de algún elemento que permitiera vincular a Fernández con ese tipo de robos y con el objetivo de hacer pruebas de dermotest para saber si en las últimas horas había disparado un arma.
Cuando irrumpieron en el domicilio de calle Balcarce, él no estaba. Sí su pareja de entonces, que hacía menos de un mes había asumido como consejera escolar electa en la lista que llevó a la intendencia a Cecilio Salazar.
En su casa, distribuida en dos cuartos, encontraron 54 gramos de cocaína y 1,2 kilos de marihuana en dos trozos, una balanza de precisión y elemento de corte, entre ellos un cuchillo con vestigios de haber sido utilizado para cortar el pan cannábico.
Ese día, Manso se llevó presa a la “narcodocente” y pidió la detención de su pareja. Ulises Fernández se convirtió en un prófugo sospechoso de vender drogas. Ella estuvo en una comisaría de Ramallo durante 40 días, hasta que su abogado, Hugo Lima (h), logró que el Juez de Garantías le bajara la calificación penal a “encubrimiento agravado” y con ello que obtuviera su libertad.
Mientras tanto, un testigo ubicaba a Fernández en proximidades de la casa de Ariel Lido Gomila en El Espinillo, donde se había producido el tiroteo en el que el viverista murió asesinado.
A la orden de detención por la venta de drogas se sumó la sospecha de su participación en el crimen. Un año y dos meses después, en marzo pasado, tras una tediosa investigación que incluyó sospechas de connivencia policial y política y un sinfín de escuchas telefónicas, Fernández fue detenido en Escobar, donde convivía con otra mujer y lo acompañaba otro prófugo sampedrino, Pablo Colantono, a quien Manso buscaba por un intento de homicidio.
De esas escuchas surge que Ulises Fernández se mantuvo, mientras estuvo evadido, de la misma actividad por la que ordenaron su detención y por la que será juzgado junto a su expareja: la venta de drogas.