Caso Gomila: el relato del testigo con el que Ulises Fernández pidió un careo
Testigo de identidad reservada, un empleado municipal ofreció el testimonio fundamental para la causa que investiga el asesinato del viverista Ariel Lido Gomila, cuyo juicio termina este jueves. Su relato puso a Ulises Fernández en la escena del crimen. El acusado evadió el accionar policial cuando lo fueron a busar a su casa y lo apresaron un año después. “No quiero quedar pegado en el asesinato del viejo Gomila”, le dijo a la amiga de su pareja de entonces, la exconsejera escolar Silvina Sampol, cuando ya estaba prófugo.
Este jueves es la segunda y última jornada del juicio por jurados por el asesinato de Ariel Lido Gomila, de 77 años, ocurrido en su casa del paraje El Espinillo el 6 de febrero de 2017, cuando el viverista regresaba junto a su esposa de una cena en San Pedro.
El fiscal Marcelo Manso, que busca una condena de prisión perpetua, cerró la instrucción de la causa con pocos elementos para reconstruir el hecho pero con un testimonio que fue fundamental para llevar al banquillo Ulises Fernández, el único imputado de los varios que entraron a robar esa noche en la propiedad.
Este testigo, de identidad reservada, es un empleado municipal cuyo relato ubicó a Fernández en la escena del crimen. En la primera audiencia, su declaración ratificó todo lo que dijo durante el proceso previo al juicio y en la de este jueves se sometía a un caro con el acusado.
El testigo contó que la noche del crimen volvía de Gobernador Castro, donde había ido a visitar a su hija. Habitualmente, el recorrido que transitaba con su Renault 12 incluía esos caminos rurales internos. Cruzó el paso a nivel y dobló en la curva del camino de El Espinillo, tras pasar una especie de santuario del Gauchito Gil y la casa abandonada que se ubica antes de la casa de los Gomila.
Aseguró que escuchó varias detonaciones. Dijo que fueron “cinco” y que pensó que eran fuegos artificiales de un partido de fútbol que se había jugado horas antes. El testigo declaró dos veces. La primera, no dijo que había visto personas, pero luego se desdijo e involucró a Ulises Fernández
En su segunda declaración dijo que tenía miedo de que le pase algo a él o a su hija, por eso no había contado todo. En su testimonio final relató que al pasar por la casa de Ariel Lido Gomila vio dos personas que corrían desde la entrada, “a unos 15 o 20 metros de poste de luz” y en dirección al camino.
“Uno de ellos era Ulises Fernández, al cual pude reconocer enseguida porque lo conozco de antes y era gordito, petiso y peladito; el otro era medio morrudo, pelo corto, no pude ver bien el color, de tez blanca, pero no sé quién era”, refirió. Más adelante, contó, había una camioneta Ford EcoSport negra, sin rueda de auxilio, que en esos días había sido señalada en varios asaltos en la zona rural.
Desde que Ulises Fernández fue detenido en marzo de 2017, tras permanecer más de un año prófugo luego de que la policía no lo encontrara en un allanamiento que tuvo lugar en la casa que compartía con su pareja de entonces, la exconsejera escolar Silvina Sampol, el testigo denunció amenazas y ataques, por lo que tuvo custodia permanente en su vivienda.
Una amiga de Sampol, que fue a verla a la Comisaría cuando la detuvieron y la imputaron por comercialización de drogas luego de que en ese allanamiento encontraran gran cantidad de cocaína en su casa, contó en la causa que en esos días habló por teléfono con Ulises Fernández.
“Ponele que salga en cinco días, la causa la va a chupar, porque las pruebas están. Vos vas a poner los huevos y te vas a hacer cargo”, lo increpó la amiga de Sampol. Él, ya prófugo, se negó. Recordó sus antecedentes y le dijo: “No quiero quedar pegado en el asesinato del viejo Gomila”.