Caos de tránsito, estacionamiento medido y la obligación indelegable del estado municipal
Días atrás cometí la torpeza de estacionar mi vehículo sobre la raya amarilla del cordón de la calle San Martín (mano derecha) esquina Pellegrini. Como corresponde me acerqué al Tribunal de Faltas donde fui correcta y amablemente atendido por el personal, dándome la posibilidad de ejercer un descargo, que obviamente no tenía, por lo que aboné la suma de $ 50 en concepto de multa por la contravención cometida. Fin del asunto, de ahora en más me cuidaré de estacionar sobre la raya amarilla como de hacerme pis en la cama. Sin embargo, lo sucedido me da pie para ir al quid de la cuestión: si esta contravención leve, si se quiere, porque del lado derecho no se obstruye ni dificulta la visión del resto de los conductores, está perfectamente contemplada y pasible de sanción en la normativa vigente, mucho más deben estarlo faltas gravísimas (tanto para vehículos, motos y bicicletas) como pasar semáforos en rojo, picadas, estacionar en doble mano o en contramano, circular en contramano y/o sin luces, menores conduciendo motos y autos etcétera, etcétera… No hace falta que siga con el rosario de increíbles negligencias que, cada vez con más frecuencia, dejan un doloroso saldo de muertos y heridos por doquier. Eso sin entrar en otras cuestiones menores como no tener documentación en regla, no tener seguro, la V.T.V, y otras cuestiones que hacen a nuestra calidad de vida… Pruebe sentarse en un lugar del centro un domingo a la tardecita, intentar pasar un momento agradable y mantener una conversación normal con sus compañeros de mesa… las atronadoras motos se encargarán de que hable a los gritos o lisa y llanamente no hable… todo un detalle para una ciudad que pretende ser un polo turístico de la zona. Y es aquí donde la función indelegable del Estado Municipal, que es hacer cumplir la legislación vigente, hace agua por donde se la mire. Las herramientas para encausar este desmadre están desde hace rato, ocurre que no se quiere o no se tiene capacidad de gestión para aplicarlas. Entonces se recurre a un ideal ¨genial¨, el estacionamiento medido, cobramos, ordenamos el tránsito y se terminan todos los problemas; y de paso matamos dos pájaros de un tiro ya que también devolvemos algún favorcito político pendiente por allí. Nadie puede estar en contra del derecho legítimo de cualquier conciudadano a tener un trabajo digno y así debe ser. Ocurre que este resistido y polémico proyecto huele mal desde el inicio; sólo espero que las personas que están esperanzadas en esto no sean engañadas en su buena fe y que su implementación al menos sirva para corregir algo. Y ahora generalizando, parece que todo aquello que el Estado no es capaz de solucionar termina en que para resolverlo hay que cobrar algo, y aun así tampoco pasa nada. Si para muestra basta un botón… ¿se acuerda de la R.E.B.A? El Registro Provincial de Expendedores de Bebidas Alcohólicas o algo por el estilo, creado por el flagelo del alcoholismo y otras yerbas. Bueno, lo recaudado se reparte en partes iguales entre la Provincia y el Municipio… y no es poca plata, mucha más de la que usted imagina. La pregunta del millón es: ¿Qué hicieron la Provincia y el Municipio con esos dinerillos? ¿Usted tiene siquiera la percepción de que esta gravísima problemática aunque sea se ha morigerado? ¿Se han implementado campañas “en serio” para concienciar y educar a nuestros jóvenes de los peligros que implican las adicciones? ¿Hay algún cronograma establecido y consensuado de tareas a realizar en escuelas, clubes, barrios, medios de comunicación, etcétera? Si es así, pido públicas y sinceras disculpas por andar cazando chingolos y no haberme percatado de los avances logrados en la cuestión. Y convengamos que este tema se acopla perfectamente al anterior, y si no preguntemos a la sufrida Guardia del Hospital, que debe asistir a lesionados de todo tipo producto de riñas y accidentes de tránsito cotidianos donde muchos de los involucrados están bajo los efectos del alcohol o de otras sustancias. ¿Habrá verdadera voluntad política de afrontar estos complejos desafíos o todo se circunscribirá a acciones meramente cosméticas o facilistas como el estacionamiento medido? Muchas gracias, Carlos O. Collaretti, D.N.I: 13.505.365