Cárcel para los extorsionadores del caso “Coex”
Tras una larga espera, se conoció el fallo sobre quienes integraban una banda de extorsionadores que operaba en la zona. El nicoleño Claudio Otranto fue condenado a 5 años y 7 meses de prisión efectiva; Oscar “el Borrego” Ramos deberá purgar una condena de 2 años y 6 meses.
Por la manera en que operó y se manejó la banda de extorsionadores vinculada directamente al conocido caso Coex S.A. (Cobros Extorsivos), será muy difícil saber si quienes hoy pagarán la condena fueron los verdaderos financistas y autores intelectuales de las maniobras.
Gracias a los testimonios de “algunas” de sus víctimas que se animaron a denunciar, la Justicia logró que quienes transformaron en un verdadero calvario la vida de estas personas hayan sido juzgados y condenados.
Se trató de una causa que –con el avance de la investigación– arrojó detalles espeluznantes sobre cómo funcionaba y cuáles eran los artilugios utilizados para concretar sus objetivos quienes aprovechando el grado de endeudamiento de las víctimas se dedicaban a extorsionar y torturar psicológica y físicamente a varias familias. Además, aparecieron contactos y una estrecha relación de “señores profesionales y empresarios” de nuestra ciudad, que si bien en la causa no están explícitamente nombrados, aparecen como los puntos grises en toda esta historia.
La causa por extorsión tuvo sus vínculos en San Nicolás y San Pedro, ya que fueron varias las denuncias efectuadas. En un primer momento y tras participar del juicio oral y público, el Tribunal Criminal Nº 1, con el aporte de la Fiscal de Juicio Dra. Gabriela Ates, condenó a Julio César Ángel a la pena de 7 años y 6 meses de prisión de efectivo cumplimiento.
Hace pocos días se determinó la condena para el sampedrino Oscar Ramos (52), conocido como “el Borrego”, y el nicoleño Claudio Otranto (38), quienes también fueron partícipes directos del ilícito.
Durante la investigación quedó comprobado que Oscar Ramos, entre los últimos días de octubre y los primeros de noviembre de 2006, prestó colaboración a Julio César Ángel y Damián Alejandro Pinto. Había facilitado su domicilio como base de operaciones en nuestra ciudad, además del acompañamiento personal en cada ilícito, la conducción de los vehículos entregados por las víctimas, el desmantelamiento de instalaciones y el retiro de herramientas y mercaderías.
Mediante el aporte de valiosos testimonios lograron demostrar que Ramos acompañó a Ángel cuando se presentó en el domicilio de la familia X…., ubicada en el centro de la ciudad, reclamando una presunta deuda que mantendría con Damián Pinto, hoy prófugo, o bien de la firma COEX. S.A. Ese día se intimidó y amenazó de muerte a los miembros de la familia logrando obtener la disposición patrimonial ilegitima de bienes, obligándolos al depósito de dinero y la entrega de cheques a nombre del hijo de la víctima. Allí mismo se los obligó a suscribir los respectivos boletos de compra-venta de tres camionetas, una marca Ford F 100, una Ford 350 y otra marca Ford Courier. Asimismo, se comprobó que el condenado retiró del domicilio de las víctimas uno de los vehículos referidos y que días después se presentó en los locales comerciales a retirar las herramientas de carnicería que se encontraban allí, junto con toda la mercadería. También se supo que muchas de las reuniones se realizaron en su domicilio, como así también su presencia en conversaciones amenazantes en las que fueron extorsionadas las víctimas del hecho al igual que otras víctimas que soportaron una situación similar.
Fue así como se comprobó la relación y confianza entre Ramos y los autores del hecho principal. Finalmente, tras acordar el desarrollo de un juicio abreviado, Claudio Otranto fue condenado a 5 años y 7 meses de prisión efectiva; mientras tanto, Oscar “el Borrego” Ramos deberá purgar una condena de 2 años y 6 meses por extorsión en calidad de partícipe secundario.
“Vos sabés lo que hace Damián con los que le deben”
La tarea previa, ya sea investigación o presentación de testigos, no fue sencilla. A pesar de que la causa estaba en curso, continuaron las presiones y amenazas, actos que sin dudas complicaron, en parte, la tarea de quienes trabajaron en pos de conseguir pruebas.
Una de las víctimas declaró que se presentó en su domicilio una persona que dijo llamarse Julio César Ángel, oriundo de la localidad de General Rojo, partido de San Nicolás. Logró ingresar al domicilio y dirigirse al dueño de la vivienda: “Mirá X…, vos sos igual a la mosca que se mete en la tela de araña, con la camioneta volcada y el culo al aire, y vos sabes lo que hace Damián con los que le deben como vos… así que pensá lo que vas a hacer, yo vuelvo a la tarde y esto lo tenemos que arreglar”. La discusión duró una hora aproximadamente, pero tras retirarse, regresó momentos después solicitando que le firmen los boletos de compraventa de las tres camionetas y tras considerarlo insuficiente exigió que le entreguen las herramientas y mercaderías existentes en los locales.
Otro de los testimonios aportados a la causa fue determinante: “Julio César ese día arrasó con todas las cosas que pudo llevarse. Ese mismo día se firmaron los boletos de compra venta de los vehículos, obligada y presionada a hacerlo bajo amenaza de Ángel y de Pintos a través del Nextel… Que Ángel le decía a su víctima ‘Vos conocés a Pinto, y si él viene va a querer cobrar y si no ya sabés lo que va a pasar’. Que Pinto decía que con las camionetas no alcanzaba. Que le dieran dinero a Ángel porque si no él se vendría a San Pedro. En definitiva, Ángel se llevó las tres camionetas junto a personas que llamaba para que las conduzcan, entre ellos Ramos. Se llevaron carnes, quesos, encurtidos, chacinados, las máquinas de la carnicera y la elaboradora de fiambres. Desarmaron las estanterías de una cámara de frío y se llevaron una máquina de vacío, balanza, picadora de carne, cuchillos, gancheras y otras mercaderías”.
Un nuevo testigo contó más detalles del verdadero calvario que debió soportar esta familia sampedrina. Aseguró que X hablaba diariamente por teléfonos con un tal Julio César Ángel y Damián Pinto, hasta dos veces por día con cada uno. Relató que un día se presentó a chequear quiénes eran las personas que se encontraban en una reconocida inmobiliaria de nuestra ciudad y que en un determinado momento el propietario de ésta puso en contacto al hijo de la víctima: “Le pasó el teléfono a Ángel, el que lo amenazaba diciéndole que le entregara el Courier (camioneta). Que si no lo entregaba lo mataría. Que cuando Ángel y Ramos salieron de la misma se subieron a un vehículo Alfa Romeo y obligó a X llevar una de las camionetas al domicilio de Ramos. X les dijo que querían cobrar algo que no debían. Pinto se fue al auto, sacó un arma de fuego, tipo pistola color plateada y haciendo que la cargaba, apuntó hacia abajo y le dijo ‘en que pierna querés que te pegue, hijo de puta’”.
Una etapa, quizás la más importante de esta causa, quedó cerrada. De todos modos, es bueno recordar que uno de los principales responsables de las operaciones, Damián Pinto, sigue prófugo.
De película
Este caso generó infinidades de especulaciones e involucró a reconocidos vecinos nicoleños y sampedrinos. Se trató de una causa que comenzó a investigarse en Julio de 2007 y que lleva el nombre de “Coex S.A.” o “Cobros Extorsivos”, como se deduce ingenuamente de la sigla. Se trató de una banda que operaba en San Nicolás y la zona, incluido San Pedro, extorsionando, amenazando y torturando física y psicológicamente a las familias para cobrar supuestas deudas. Desde un principio hubo detenidos, entre ellos uno de nuestra ciudad, ahora condenado, y hay algunas personas que aún permanecen prófugas, producto de las conexiones y defensas que pudieron pagar.