Básquet
El sampedrino acumula once partidos con La Unión de Formosa en el certamen que organiza la Liga Nacional (LNB) para jóvenes en formación. El joven pivote dialogó con La Opinión y contó cómo se está adaptando en el gran paso que dio en su carrera con el objetivo de llegar a la elite.
A principios de 2020 Federico Repetti pasó de jugar en la primera de la Asociación Bahiense de Básquet (ABB) con Bahiense del Norte (club del que surgió Emanuel Ginóbili) a la Liga de Desarrollo (LDD), el certamen para jugadores jóvenes en formación de la Liga Nacional (LNB), con La Unión de Formosa (marcha 16º con diez triunfos y quince derrotas).
El cambio fue un salto en su corta carrera deportiva y en lo que va de la temporada jugó once partidos con un promedio de casi 9 puntos y 4,8 rebotes en 21 minutos 23 segundos por cada uno de ellos. Además, se perdió uno por lesión y en el último duelo (victoria ante Platense 83 a 82 como visitante en el microestadio de Obras Sanitarias) se volvió a lastimar en una desafortunada jugada sobre el cierre en el que pisó a un rival tras convertir una bandeja y sufrió un esguince en su tobillo derecho.
Un día después de ese duelo, el plantel superior de La Unión visitó al Calamar en el mítico estadio Héctor Etchart de Ferro y Repetti observó desde la platea la nueva victoria formoseña 92 a 89. Pos partido a puertas cerradas por el coronavirus, el sampedrino brindó una breve entrevista a La Opinión en la que relató su experiencia que lleva apenas dos meses.
– ¿Cómo fueron estos primeros meses de adaptación?
-Es una experiencia muy linda y muy hermosa para ser un juvenil. Más allá de no poder jugar en la Liga Nacional con los mayores, en los entrenamientos y viajes tenés el roce. Acá en La Unión hay jugadores como (Facundo) Giorgi, (Jonatan) Maldonado y los extranjeros que te dan mucha ayuda y consejos. Es una experiencia muy linda donde si tenés la suerte de estar se puede aprender mucho en lo grupal e individual. A medida que van pasando los partidos te vas adaptando porque no es lo mismo jugar un torneo local que la Liga de Desarrollo o Liga Nacional donde hay otro roce, es otro tipo de jugadores porque hay extranjeros. Me estoy sintiendo bien y el grupo por suerte desde que llegué me agrupó de la mejor manera y los entrenadores también. Estoy muy cómodo.
– ¿Notaste el cambio de pasar de la primera de Bahía Blanca a la Liga de Desarrollo (LDD)?
– Sí, se siente el cambio. Al entrenar con mayores es otro roce. Tampoco es tanto porque son todos juveniles, chicos de la misma edad, y no tenés tanta experiencia como en el torneo local donde jugas contra gente, por ejemplo, de 35 años. Se está haciendo un juego muy físico, rápido y versátil, estamos tomando las medidas de jugar como los mayores.
– ¿Qué te pide el entrenador?
– Me pide que desarrolle mi juego, que no busque nada que no sepa hacer, que juegue como sé yo y no trate de demostrar algo que no puedo hacer, que haga lo mío.
-Teniendo en cuenta que Formosa está en el extremo norte de Argentina todos los viajes en colectivo se les hacen interminables, ¿Cómo te adaptaste a eso y qué se hace para pasar el tiempo?
-La primera gira fue a Bahía Blanca, un viaje de un día. Se lleva a bien con un libro para leer, capítulos de series y se hace llevadero. El viaje más corto es a Corrientes y acá a Capital Federal tenemos doce o catorce horas. Se hace llevadero, la convivencia entre los chicos es muy buena.
– ¿El objetivo es, en algún momento, jugar con el equipo de la Liga Nacional?
-Si se puede y el cuerpo técnico me da la posibilidad, sí. Esta temporada no porque no estoy en la lista de buena fe y tampoco me puedo equipar. Pero la temporada que viene si me quieren renovar y poder estar en el equipo mayor, se puede dar.