BAJO LA MISMA BANDERA
En un día como hoy, 4 de Julio pero del año 1818 el General SAN MARTIN logra que el entonces Poder Ejecutivo ó sea el Director Supremo PUEYRREDON dicte un decreto de apoyo económico a la expedicón libertadora para ir hacia el PERU luego de liberar a CHILE. Viaja contento en circunstancias muy afortunadas con su esposa y una pequeña escolta hacia MENDOZA con la idea de ir en forma inmediata al país trasandino pero no pudo ser por las fuertes nevadas en la cordillera. Tuvo así un tiempo de “novios” con Remedios de Escalada bastante extenso. Fueron varios meses hasta la primavera. No obstante es bien sabido que a SAN MARTIN le adjudicaron no ser el papá de su hija Merceditas “porque no había estado casi nunca con su esposa”(¡?). Esa no fue sólo la única incuria que debió soportar el General. Muchos políticos y escribas amarillos de la época lo vitupearon de distintas maneras: que tenía un exceso de protagonismo, que se sentía casi un emperador, que no atendía los reclamos de los opositores, que manejaba todo con un grupo cerrado que le venía de la Logia Lautaro, etc.etc. El tiempo, único juez de todas las pasiones humanas, fue dictando el fallo inapelable de la historia: fuera de las intenciones de enturbiar su imagen en el fondo de los corazones argentinos sabemos que en ese estuario límpido y transparente de la verdad habita el Libertador de AMERICA, integrante de la Línea Nacional junto con Rosas, Irigoyen, y Perón. Quedó exento de los juicios y los prejuicios cerriles, de los chauvinismos estériles y las deformaciones malsanas que todos debemos soportar. Así también sucede con el espíritu que habita en un verdadero militante político- lo hemos sido ahora y en las épocas más dolorosas de la patria- que debe ser indomable. Por eso nos ha determinado una arquitectura espiritual que nos une a otros argentinos bajo las mismas banderas así seguiremos bregando por cambiar a nuestra Argentina para felicidad y ventura de sus habitantes y no para seguir “enlodados” como lo ven algunos con mala fe. Aclaremos: ni el GENERAL SAN MARTIN (ni desde un lugar remotísimo de su figura naturalmente) nosotros no necesitamos panegiristas sino analistas equilibrados aunque dudo esa posibilidad por estos barrios.-