Aumentos de luz y competencia de supermercados provocaron el cierre de un minimercado en ruta 191
A 15 años de comprar el histórico almacén de Fernández, los propietarios actuales decidieron bajar la persiana. Endeudados, los aumentos de la luz fueron la última estocada que precipitó el cierre, que intentaban evitar en los últimos dos años. "Remamos contra la corriente pensando que íbamos a salir adelante y no pudimos", dijo Nancy, la dueña del minimercado La Posta, tras cerrar.
Adrián y Nancy son novios desde la adolescencia. Hace 15 años, cuando estaban a punto de comprar una casa para vivir juntos, decidieron invertir el dinero en un negocio y compraron el viejo almacén de Fernández, en la intersección de ruta 191 y Estrada. La semana pasada, agobiados por la crisis, decidieron cerrar.
"La Posta" le llamaron al antiguo almacén de campo que, ya integrado a la región urbana a partir del crecimiento de la ciudad en las últimas décadas, se transformó en un minimercado barrial que abastecía los hogares de la zona de inflluencia.
"Es un minimercado que abrimos hace 15 años, con carnicería, verdulería, con todo el dolor del alma tuvimos que cerrar. Se juntaron un montón de cosas, y el último aumento de la luz nos mató, sumado a la competencia de los supermercado chinos", señaló Nancy, que contó su historia este sábado en Sin Galera.
En las últimas facturas del servicio de electricidad, a pesar de que intentaron ahorrar desenchufando heladeras y freezers, el aumento de las tarifas los llevó a pagar casi 20 mil pesos. "E triple de lo que pagaba", contó la joven. "No hay plata en la calle", lamentó.
Nancy es docente. Trabajaba doble turno con la intención de sumar recursos que permitieran sostener el negocio, del que estaba a cargo Adrián, que ahora, con casi 40 años, deberá empezar de nuevo. "Nosotros pusimos todo en el negocio", dijeron.
"Estamos endeudados, hace dos años que lo venimos remando. Remamos contra la corriente pensando que íbamos a salir adelante y no pudimos. Estamos enterrados", relataron en diálogo con Sin Galera. "La gente iba, cargaba el changuito, nos fue bien, pudimos construir nuestra casa, pero empezaron a venir tanto supermercados que no pudimos competir, es muy desigual", señalaron.