Así será la nueva Terminal, que tendrá sus dársenas con el frente hacia 11 de Septiembre
El proyecto para mudar la estación de ómnibus desde el centro hacia la zona de Lucio Mansilla y 11 de Septiembre prevé la apertura de esa avenida no sólo por la circulación de los micros sino porque el edificio tendrá su frente hacia allí. La nueva Terminal llegará para darle renovada actividad a ese sector de la ciudad, buscar nuevas líneas y vincular los recorridos urbanos y turísticos con las localidades.
El proyecto de la nueva Terminal de Ómnibus en Lucio Mansilla y 11 de Septiembre prevé, necesariamente, la apertura de la avenida que corre en dirección a las vías del Ferrocarril porque sobre ella, precisamente, estará emplazada, en la cuadra que va hasta Carlos Gardel.
Aunque en el gobierno entendían que la continuación llegaría hasta Zanúccoli, para que los micros circulen en dirección a la ruta 191 por la calle que pasa frente a la estación de trenes, en el proyecto al que tuvo acceso La Opinión no son cinco las calles laterales que desembocarán en 11 de Septiembre, sino dos: Gardel y Sargento Cabral.
El plan de continuidad de la avenida implica mantener el estilo actual de boulevard, es decir con canteros centrales.
Son 32605 metros cuadrados los que los titulares de la antigua quinta de Altamonte deben ceder para que pase la calle, por donde los micros prácticamente no circularán, puesto que el acceso hacia las dársenas de la nueva Terminal de Ómnibus que se construye en ese predio estará a pocos metros de Lucio Mansilla, cruzando apenas Sargento Cabral, cuya traza será el ingreso al estacionamiento, que quedará paralelo al camino a Vuelta de Obligado.
El acceso peatonal será por esa misma zona, puesto que el edificio de la estación propiamente dicha estará detrás del supermercado. La calle interna por la que se accederá a las dársenas para los micros está dispuesta en paralelo a la nueva avenida.
Por lo que puede apreciarse en el plano del proyecto, serán ocho las dársenas y contra 11 de Septiembre, cruzando la calle interna, se observa espacio para la disposición de otros cuatro micros y la posibilidad de ampliación a futuro está contemplada.
La salida desde la zona de las dársenas, como se dijo, será por calle Carlos Gardel, que termina en la avenida Kennedy, cuyo fin es calle Zanúccoli, en la Estación de Trenes. Desde allí, los ómnibus deberán tomar por ruta 191 para llegar a la autopista o podrán optar por el recorrido directo hacia 1001.
El edificio de la nueva Terminal prevé la construcción de locales donde funcionarán las agencias de las empresas de transporte que operen allí. Tanto en el gobierno como en los responsables del proyecto, el plan es que a los servicios que en la actualidad se brindan se sumen otros, de otras compañías y con otros destinos, para ampliar la oferta, que hoy es reducida.
Además, prevén construir oficinas para alquilar bajo la modalidad coworking, que consiste en rentar espacio de trabajo que resulta compartido con todos los servicios incluidos telefonía, internet, mobiliario y esparcimiento, entre otros.
La nueva Terminal llegará para darle renovada actividad a la zona y eso es parte de la apuesta de quienes llevan adelante el proyecto, titulares de un supermercado y de un edificio lindero con locales comerciales que esperan explotar para que el lugar se convierta en un paseo de compras con local de comidas rápidas incluido. Sería un nuevo desarrollo de polo comercial con ubicación estratégica en una zona con mucho desarrollo inmobiliario y loteos programados para barrios.
El secretario de Obras Públicas, Ariel Álvarez, señaló el sábado que en el área de Planeamiento corrigieron algunos aspectos del proyecto original para aprobarlo. Una vez que el expediente tuvo el visto bueno, comenzaron a verse movimientos en la zona.
Cuando La Opinión reveló la novedad, semanas atrás, en la ciudad los comentarios, en general fueron positivos y coincidentes, sobre todo respecto de la funcionalidad y operatividad de un espacio donde circulan vehículos de gran porte. Incluso algunos se preguntaron por “las paradas” de los micros con recorrido urbano que creyeron que ya no funcionarían. Por el contrario, habrá más recorridos sin la incomodidad de un lugar estrecho como el actual para que los pasajeros aguarden en un lugar confortable el transporte que necesitan y puedan satisfacer sus necesidades tanto gastronómicas como sanitarias.
Aunque algunos señalaron el tema de la distancia –la terminal actual está a pocas cuadras del microcentro–, el problema del tránsito es uno de los más importantes a resolver.
“Es para sacar de adentro de la ciudad el tema de los micros y además está bueno que la ciudad crezca hacia ese lugar”, consideró Álvarez y comentó que en la actualidad “pueden ocurrir muchos accidentes, los colectivos tocan contra las plantas, el tránsito es muy complicado, creo que sacarlos de la ciudad es una buena decisión”.
La terminal actual funciona en un edificio municipal, en cuyo primer piso tiene sede la Sub DDI Baradero – San Pedro, la policía de investigaciones en función judicial. Se sabe que el intendente está evaluando un destino adecuado para ese edificio que está emplazado en un lugar estratégico y con dimensiones suficientes como para recuperarlo para un uso adecuado.
Los adjudicatarios de la última licitación tienen el contrato vencido y una continuidad de hecho a raíz de las dificultades para una nueva convocatoria. En 2015, el gobierno que comandaba el concejal Fabio Giovanettoni preparó un borrador con nuevos requisitos, pero el proyecto no avanzó.
Ya con Salazar en el Municipio, la Terminal volvió a ser tema de análisis y el gabinete se propuso regularizar la situación de la concesión, aunque tampoco pudo avanzar: el concesionario actual de hecho había sido el único oferente, pero desistió su oferta antes de que el gobierno enviara el pliego al Concejo Deliberante para su aprobación.
En ese momento, en el gabinete ya sabían que el destino del edificio actual de la estación de ómnibus era la mudanza, por eso establecieron un plazo corto de explotación en el llamado a licitación, algo que en el sector empresario consideraban un obstáculo para presentar ofertas.
Tres años con opción a dos más eran los términos del pliego de bases y condiciones, que obligaba a cumplir con algunas obras de mantenimiento que deberían haberse hecho hace tiempo, incluso en el plazo del vencido convenio anterior, y otras de mayor envergadura, como la construcción de una playa de estacionamiento para vehículos sobre calle Uruguay.
Hará falta ahora un acuerdo que permita que la inversión privada se desarrolle con las perspectivas que necesite para concretar su proyecto, ya que no habrá demasiadas oportunidades de encontrar quien cuente con capital suficiente para un propósito semejante y San Pedro debe tener presente que han sido muchas las oportunidades que ha perdido por la cantidad de obstáculos que suelen ponerse a quienes llegan con alguna propuesta.