Crimen de María Esperanza: Qué dijeron vecinos y familiares sobre la víctima del femicidio
Madre de cinco hijos, la mujer asesinada por al menos dos golpes certeros asestados con un martillo, falleció entre la noche del sábado y la mañana del domingo. La familia y los vecinos están consternados porque si bien se los escuchaba discutir no había indicios de denuncias por violencia de género. Buscan a Roberto Ramón Romero, sospechado de haber perpetrado el femicidio. El cuerpo de la víctima será sometido a una autopsia el lunes por la mañana.
Durante la tarde del domingo La Opinión intentó recabar información sobre lo sucedido entre la tarde del sábado y el hallazgo del cadáver de la víctima el domingo. María Esperanza tenía 46 años y era madre de cinco hijos, dos de ellos aún menores de edad. No hay registros de denuncias por violencia de género en los organismos locales.
“Ellos tenían discusiones como cualquier pareja, por ahí se peleaban mucho pero jamás vimos que la golpeara, nunca le vimos marcas y ella nunca nos dijo que la golpeara, pero este último tiempo por ahí se peleaban mucho”, explicaron y agregaron un dato que para la fiscalía resultó sumamente relevante: “Ayer a la tarde se habían peleado, escuchamos la pelea, y los hijos sabían, pero ahí no pasó nada, tiene que haber sido después”. Eso refirieron para establecer en qué momento pudo Roberto Ramón Romero blandir el martillo con el que le produjo el traumatismo en la parte frontal del cráneo que le provocó la muerte.
La casa que habitaba la pareja junto a los niños es lindera a la de Hugo, un hermano del acusado y en la parte trasera del terreno se encuentra la vivienda de su madre. Sin embargo, los familiares aseguraron que “no escucharon nada” y que “no sabían el momento exacto en el que puede haberse escapado, porque la casa tiene dos entradas, pero no se escuchó que se fuera”. No obstante, los menores habían pasado la noche en casa de una de las hermanas mayores.
Los datos que la policía obtuvo mediante la toma de testimonios indican que el sujeto se escapó luego de asesinarla, probablemente en una bicicleta, ya que era el medio de transporte de ambos. El rodado no fue encontrado en el lugar. Con ese indicio comenzaron rápidamente el rastrillaje en zonas aledañas y buscaron huellas que indiquen la dirección hacia posibles lugares a los que podría haberse fugado.
Junto con uno de sus hermanos, la policía recorrió dos sectores rurales, en los que creían que quizás podría haberse ocultado, pero aún no dieron con el paradero.
“Ya lo vamos a encontrar a este asesino, ya lo vamos a encontrar”, repetían familiares, tanto del agresor, como de la víctima.
“Hay muchos rumores en el barrio sobre por qué la podría haberla matado, pero no sabemos, discutían pero no pensamos que iba a llegar a esto”, expresó una familiar cercana. Al "iban a llegar a esto" se agregaron indicios que este medio por ahora resguarda mientras se encamina la investigación que puso en marcha la Instructora Jimena Santini en el marco de la causa que tramitará la fiscal Viviana Ramos.
Las primeras evaluaciones indican que el cuerpo que fue hallado por la hija de la víctima, envuelto en una frazada, tenía dos golpes en la cabeza que habrían sido asestados con un martillo. El arma homicida fue encontrada y secuestrada para las pericias de rigor, además de las ya ejecutadas por policía científica, que pasadas las 18.00 se retiró del lugar con el cuerpo de María Esperanza Fernández para que el lunes por la mañana sea sometido a una autopsia.
“Estaban yendo a la iglesia, vivían con los hijos, yo no sé qué le cruzó por la cabeza, pero la mató”, expresó uno de los hermanos de Romero, quien aseguró que los niños quedarían bajo el cuidado de otro familiar.
El barrio quedó consternado a raíz del cruento episodio que una vez más se cobra con violencia asesina la vida de una mujer.