Arturo Humberto Illia (1983 – 2009)
Estimados Amigos: No importa nuestra ideología política. Hay ejemplos que traspasan los partidos políticos y aún las Naciones. Hay comportamientos, actitudes, conductas que merecen ser rescatadas.
Un 18 de Enero moría, hace 26 años, en el olvido, un presidente honesto: Don Arturo Humberto Illia.
Cuando decidió servir al prójimo a través de su profesión de médico, ese arte destinado a salvar vidas, el entonces presidente Hipólito Yrigoyen le señaló un pueblito cordobés: Cruz del Eje. Allí se dirigió Arturo, quien pasó a llamarse: “el apóstol de los pobres”, porque atendía gratis a los más necesitados y aún pagaba sus remedios.
Luego de años de militancia en la Unión Cívica Radical, paralelamente al ejercicio de su “apostolado”, llegó a la Presidencia de la Nación, en 1963.
No llegó con muchos votos. Eran tiempos de negativas irreductibles: el peronismo estaba proscripto. Pero llegó para cumplir con la Constitución Nacional y con la Ley. Épocas difíciles (cuáles no?). Podríamos hablar de miles de virtudes y defectos, en su política, pero la gestión, la política, los hechos no nos importan tanto, aunque de por sí son muy valiosos también. Nos importa el hombre: con pinta de viejito bueno (como lo era, aunque con su carácter), flaquito y canoso. Ese, que iba por la calle hablando con la gente, que renunció a su jubilación de presidente, que siguió trabajando de médico, que tenía una sola casa que le fue donada por los vecinos de Cruz del Eje.
Por los relatos que veo y recibo, que cuando don Arturo andaba por la zona, tomaba el tren, caminaba por la vereda y hasta saludaba primero!!!
Repito: no importa nuestra ideología. Este no es un homenaje partidario. Pero en épocas en que la política está tan “manoseada” y cuesta encontrar ejemplos, creo oportuno recordar a este presidente honesto, humilde. Un hombre común. Un gran argentino.
Leonel De Ruba