Argentina vs España en la Finalissima: ¿Por qué se aplazó hasta 2026 y realmente es necesario?

Cualquiera que tenga al menos un conocimiento básico de fútbol sabe que nunca hay consenso entre los aficionados sobre cuál es el mejor equipo. Sí, se puede ganar la Copa América dos veces seguidas, como lo hizo Argentina en 2021 y 2024, pero siempre habrá quienes argumenten que la Eurocopa es un torneo más competitivo porque cuenta con más selecciones de élite mundial.

Para acabar con este tipo de debates y, por supuesto, también por razones económicas, existen competiciones intercontinentales como la Finalissima, un partido que enfrenta a los campeones de la Copa América y la Eurocopa.

La próxima Finalissima se disputará en 2026, con Argentina, ganadora de la Copa América, midiéndose a España, campeona de la Eurocopa. Además del atractivo deportivo, este duelo también representa una gran oportunidad para las apuestas de partidos, ya que las casas de apuestas suelen ofrecer una amplia variedad de mercados en este tipo de encuentros.

En este artículo, analizamos el propósito de este torneo y, antes de ello, repasamos su historia reciente y la razón por la que se ha aplazado hasta 2026.

Restablecimiento de la Finalissima y problemas de programación

Originalmente conocida como la Copa Artemio Franchi, la competición fue introducida en 1985 con el objetivo de ser una “supercopa internacional”, similar a la Copa Intercontinental a nivel de clubes, en la que los campeones de la Copa Libertadores se enfrentaban a los ganadores de la Liga de Campeones de la UEFA para determinar al mejor equipo. Los equipos participantes serían los campeones de la Copa América y la Eurocopa.

En la primera edición, Francia derrotó a Uruguay 2-0 en un partido disputado en París. A pesar de los planes iniciales de celebrar la competición cada cuatro años, no se jugó en 1989, ya que Uruguay y los Países Bajos no pudieron ponerse de acuerdo sobre la fecha.

El formato regresó en 1993, cuando Argentina venció a Dinamarca en penales en un partido jugado en Mar del Plata. A partir de allí, el torneo sufrió una pausa de casi 30 años, ya que la FIFA introdujo la Copa Confederaciones en 1992, un torneo que reunía a los campeones continentales de las seis confederaciones.

Tras la abolición de la Copa Confederaciones de la FIFA en 2019, la CONMEBOL y la UEFA anunciaron el regreso de la Finalissima en 2020. La tercera edición de la copa se disputó en 2022, cuando Argentina derrotó a Italia 3-0 en el Estadio de Wembley para ganar su segundo título consecutivo.

El próximo evento de la Finalissima estaba originalmente programado para 2025. Sin embargo, debido a la congestión del calendario y los conflictos con otros torneos de la CONMEBOL, la UEFA y la FIFA, se pospuso hasta marzo de 2026. Aún no se ha determinado la fecha ni el lugar exacto del evento.

Pros y contras de la Finalissima

Aunque muchos aficionados pueden estar ansiosos por este partido, también existen desventajas relacionadas con la Finalissima. La más evidente es el calendario. Jugadores, entrenadores e incluso aficionados se han quejado de la sobrecarga de partidos, lo que pone en riesgo la salud de los futbolistas. Así, la introducción de otro trofeo solo contribuye al problema, en lugar de resolverlo.

En segundo lugar, el formato de la competición parece incompleto porque no incluye equipos de otras federaciones. Si bien las selecciones sudamericanas y europeas han sido históricamente las mejores, es innegable que el nivel de fútbol ha aumentado en todo el mundo, como lo demuestra el avance de Marruecos a las semifinales de la Copa del Mundo 2022.

Y en tercer lugar, es difícil pasar por alto la opinión de que el torneo fue introducido como una estrategia para generar ingresos por parte de la CONMEBOL y la UEFA. La posibilidad de que la próxima Finalissima se juegue en los Estados Unidos, un país y continente que no tiene relación directa con el partido, solo refuerza esta visión.

Por otro lado, también existen aspectos positivos acerca de la Finalissima. El torneo fue restablecido tras la firma del Memorándum de Entendimiento entre la CONMEBOL y la UEFA. Este partido puede verse como un primer paso para fortalecer los lazos entre ambas confederaciones. En el futuro, estas relaciones podrían llevar a una mayor cooperación entre ambas partes en todos los niveles, y la introducción de la Finalissima Femenina apoya este argumento.

En segundo lugar, es una competición genuinamente interesante que atraerá a aficionados de todo el mundo. Incluso si es un partido único, muchos estarán atentos para ver quién es mejor: ¿los campeones sudamericanos o los europeos? El torneo puede considerarse valioso y prestigioso, ya que continúa con las tradiciones de la histórica rivalidad entre Sudamérica y Europa.

Y finalmente, el beneficio comercial de este partido también puede aprovecharse de manera positiva. La CONMEBOL y la UEFA pueden utilizar los ingresos obtenidos por derechos de transmisión, patrocinios y venta de entradas para desarrollar el fútbol en sus respectivos continentes, invirtiendo más en infraestructura y desarrollo institucional.

En resumen, aunque existen desventajas relacionadas con este torneo, el hecho de que sea un único partido que puede reemplazar un amistoso innecesario, hace que los beneficios puedan superar las desventajas.