Arenagate: La diferencia entre arena y dinero
Del cruce de datos entre los registro del Consorcio sobre los camiones que salen con arena del puerto, el mineral removido declarado, los libros de rol de los barcos y el pago del “toque” por cada vez que entran y salen de la terminal fluvial, surge una trama que es aun más enmarañada que la que La Opinión reveló hace dos semanas, cuando tras el anuncio de una denuncia por parte de Fempinra explotó el “arenagate”. La investigación de este semanario continúa y lo que aparece es cada vez más sospechoso porque la diferencia en dinero es mucho más importante que la que se presumía.
El “arenagate” explotó cuando la Federación marítima, portuaria y de la industria naval (Fempinra) de San Pedro anunció que presentaría una denuncia penal para que la Justicia investigue si el Consorcio de Gestión perdió la posibilidad de recaudar en concepto de removido de arena luego de detectar que los registros digitales que poseen las autoridades del puerto no condicen con las planilla hechas a mano que se salvarons de la destrucción cuando los propios trabajadores empezaron a controlar.
La denuncia sería presentada este miércoles y desde Fempinra aseguran que hay elementos necesarios para que la Fiscalía investigue a los responsables de la carga de las planillas y al presidente del Consorcio de Gestión Mariano Veiga, máxima autoridad del puerto público sampedrino, que depende de la Subsecretaría de Asuntos Portuarios del Ministerio de Producción bonaerense.
La investigación que La Opinión publicó hace dos semanas, en la que se cruzaron los datos revelados por Fempinra con los que obran en el puerto y con los que se pueden reconstruir a partir del relato de quienes conocen a la perfección el millonario negocio de la arena, continúa su desarrollo.
En esta edición se presenta otra forma de calcular la cantidad de arena que mueve realmente el mercado local vinculado al puerto, lo que alimenta las sospechas respecto de la veracidad de los datos oficiales declarados de removido, con los que se calcula la recaudación por ese ítem que el Consorcio obtiene anualmente.
El recuento de camiones con planilla escrita a mano a la vista dejó en claro que el promedio de 30 vehículos diarios que controla el organismo quedó desautorizado en pocos días cuando se contabilizó un nuevo promedio que va del doble al triple de transportes cargados o sobrecargados.
Los barcos también hablan
Como los camiones, el movimiento de los barcos que pescan arena en el río Paraná dan, deberían, dar cuentas de la realidad del removido por el que las empresas deben tributar al puerto. Del análisis de los datos oficiales y extraoficiales disponibles, más el testimonio de embarcados, resulta que el juego arenero es tan oscuro como la noche que aprovechan los transportistas para salir excedidos de peso.
En la zona portuaria operan dos empresas, que deben pagar tres tributos: $ 1,46 por tonelada removida; entre 22 mil y 24 mil pesos cada una de arrendamiento; y 142 pesos por “toque” de muelle, es decir un canon por cada vez que un barco entra o sale del puerto.
El primero de los gravámenes es el que despertó las sospechas de Fempinra y que se calcula contando en una planilla la cantidad de camiones que salen de las empresas y multiplicando por 30, que es el número de toneladas que pueden cargar por ley, aunque siempre salen con sobrecarga del 50 al 300 por ciento.
El tercero es el que La Opinión se propuso analizar para esta página y el que al menos hasta 2010 oficiaba como eje para el cálculo de lo que rige los tributos a pagar: cuánta arena se pesca en el río y sale por el puerto.
Las dos areneras tienen en total cuatro barcos que hacen esa tarea: Landi, que declara una carga máxima de aproximadamente 45 toneladas; Juan Francisco, de 90; Flor de Naranjo, 90; y César Atilio, con 150 toneladas máximas de carga, de acuerdo a los registros oficiales. En total suman alrededor de 375 toneladas.
Según las estadísticas del Consorcio para 2014, el removido de arena para ese, el último y peor año de la gestión Veiga en la materia, fue de 297.280 toneladas. Un promedio de 31,7 camiones diarios cargados con 30 toneladas cada uno, a razón de 312 días de trabajo anual. Son 9.909 camiones al año.
Pasados a barcos, teniendo en cuenta que entre los cuatro que pertenecen a las dos areneras que operan en el puerto tienen una capacidad máxima declarada de 375 toneladas, el total anual son 792,75 viajes entre todos. Si a ese número se lo divide por 312, que es la cantidad de días laborales promedio, da un total de 2,5 viajes a pescar arena por día por embarcación.
“Imposible”, dijo un embarcado que conoce la tarea arenera y cuyo cálculo es que cada uno de los barcos va y viene un promedio de diez veces al día. Ese número implicaría 3.750 toneladas al día, es decir 1.170.000 al año, lo que significaría casi el cuádruple de lo actual. Para decirlo en dinero: 1.170.000 toneladas al año, multiplicadas por $ 1,46 dan una posibilidad de recaudación de $ 1.708.200 anuales contra los 434.028 ,80 declarados. Casi cuatro veces más.
Otro cálculo necesario
Para saber cuántas veces entra y sale un barco arenero del puerto, conocimiento que permite calcular no sólo la cantidad de arena removida sino además el gravamen por “toque” de muelle, el único dato disponible depende de la buena voluntad de los patrones de barco y de su ética.
Ellos son quienes deben llenar el denominado “libro de rol” diario, con hora de partida y regreso, del que luego elevan un resumen mensual a Prefectura, que hace lo propio a Conindelta. Es decir, nadie controla al que debe pagar por la cantidad de veces que entra y sale del puerto, por lo que se les cobra de acuerdo a lo que ellos mismos asumen. Una verdadera invitación a evadir gracias a la “vista gorda”.
El número de 2,5 viajes diarios de las cuatro embarcaciones que operan en el puerto fue tratado de “imposible” por un conocedor del tema sencillamente porque calculan que la operatoria dura una hora. El promedio de 10 que dijo el experto tiene sentido, sobre todo si se tiene en cuenta que en un registro oficial de 2006 obran unos ocho diarios declarados por un solo barco que, como se dijo, no tiene a nadie para controlar la veracidad de ese dato volcado a una planilla.
Si bien es cierto que el cálculo que aquí se hace implica promedios, hay que decir que la cantidad de viajes y de arena removida es variable de acuerdo a las vicisitudes propias del mercado, que tiene sus temporadas bajas, medias y altas de actividad.
Aun así, “nunca puede ser un promedio de dos viajes y medio, mucho menos si lo calculás por toneladas”, dijo el mismo experto consultado. Ante el ceño fruncido del cronista que lo consultó, se explayó en voz baja y con gesto de temor: “Los barco cargan mucho más de lo que tienen declarado”.
El detalle no es menor a la hora de evaluar que el negocio de la arena es una maraña de evasión y engaño. Uno de los que tiene declaradas 90 toneladas máximo, cargaría cada vez que va a pescar arena unas 140. Otro de ellos almacenaría más del doble de lo declarado.
Un septiembre feliz
El mes del amor y la primavera favoreció a la actividad arenera y a la capacidad de recaudación del Consorcio de Gestión del Puerto. De acuerdo a las planillas que dejaron de ser destruidas cuando la Fempinra denunció públicamente el asunto, la cantidad de camiones que aparecen allí se duplicó en relación al mes anterior. Misteriosamente, ahora hay transportistas que salen del puerto cargados unos atrás de otro.
Qué felicidad.
Todo negro
Este semanario advirtió hace dos semanas que una de las posibilidades de desentramar el oscuro laberinto del “arenagate” estaba en la tarea de la AFIP, que puso el ojo en la actividad arenera, ya que si descubrieran que las empresas no declaran lo que realmente venden, podría repercutir en el análisis de la situacón del Consorcio.
Sin embargo, la reconstrucción del mundo arenero no es esperanzadora. Quienes están cerca del negocio aseguran que las empresas que compran arena no quieren facturas, por lo que buena parte de la comercialización se haría por fuera de la formalidad, es decir “en negro”. Después de todo, “el cliente siempre tiene razón”.