Apelarán la sentencia por el crimen de Marcelo Russo
El Dr. Miguel Romano, abogado defensor del imputado dijo que presentará un recurso ante la Cámara de Casación Penal para que revea la pena de diez años y ocho meses de prispon, que aplicó la justicia nicoleña. Su argumento es que Rangoni actuó en legítima defensa. El juicio por el crimen ocurrido el viernes 13 de Diciembre de 2003, duró dos jornadas pero la sentencia recién se conoció el martes 16 con la presencia de los familiares de la víctima.
La defensa de Héctor Rangoni, el hombre de 59 años que el martes 16 fue condenado a diez años y ocho meses de prisión por el crimen del joven Marcelo Russo, se encuentra preparando la apelación que elevará a la Cámara de Casación de La Plata para que este magistrado revea la sentencia del Tribunal Oral de San Nicolás.
El Dr. Miguel Romano, abogado defensor de Rangoni, explicó a este medio que no comparte los argumentos de los jueces Martín Aramburu, Eduardo Alomar y Guillermo Martínez, que decidieron hacer lugar al pedido de la fiscal Helena Terreno de casi 11 años de prisión para el imputado.
“No comparto los fundamentos porque se trató de un caso de legítima defensa. En todo caso es un exceso de defensa, como lo prevé el artículo 35 del Código Penal, que indica que causó un daño mayor del esperado. Pero este no es un caso de delito doloso, sino culposo, es decir que no hubo intención real de matar al occiso”, expresó Romano. El objetivo del letrado, es apelar para que se cambie la calificación del delito y por ende, la pena porque si la justicia hace lugar a su pedido podría disminuirse a unos tres años efectivos de prisión, que en definitiva Rangoni lleva casi cumplidos porque fue detenido el mismo día del crimen, en la mañana del viernes 13 de Diciembre de 2002. El veredicto del Tribunal se conoció el martes de la semana pasada, y desde entonces la defensa tiene 20 días de plazo para solicitar que se revea. Si Casación ratifica la sentencia, Romano ya adelantó que se presentará ante la Suprema Corte provincial.
Arresto domiciliario
A pesar de la pena que aplicó el tribunal, Rangoni todavía se encuentra bajo el beneficio del arresto domiciliario con salida laboral por decisión del Juzgado de Garantías.
Este hecho, hizo que la familia de Russo, que estuvo presente mientras duró el Juicio Oral y Público y en el momento de la lectura del veredicto, se decidiera a radicar una nueva denuncia.
La misma fue asentada por Gabriel Russo de 32 años, el hermano de Marcelo, y en ella explica que “quiere poner en conocimiento de la autoridad judicial que el día 14 de Agosto del corriente, en horas de la noche, aproximadamente a las 20,30 horas, vio a Rangoni en el centro de la ciudad de San Pedro, precisamente en un auto Ford Fiesta color azul, sentado en el asiento del acompañante; y que esto le llamó poderosamente la atención ya que sabe que Rangoni se encontraba bajo arresto domiciliario”. En la misma denuncia, agrega que “no puede ser que esa persona estando imputada de un hecho tan grave se encuentre en libertad como si nada hubiese pasado”.
Al respecto, el Dr. Romano aclaró que el arresto domiciliario no deja de ser una forma de prisión impuesta por la justicia, y que por su propio consejo, hasta que se inició el Juicio Oral, Rangoni “estuvo preso en Coronel Pringles, en el medio de un campo, viviendo y trabajando con los hermanos”. El abogado explicó que esto puede ser corroborado porque “están las constancias de la policía de Pringles que lo controlaba continuamente”, y agregó que “en estos tres años tuvo la oportunidad de fugarse pero no es una persona que le escapa al derecho, porque si él no cumple con sus obligaciones podría ir a la cárcel”.
La medida de arresto domiciliario todavía sigue vigente porque a Rangoni se lo considera como “procesado”, mientras la condena no esté firme, ya que será apelada por la defensa. “Perdimos la primer batalla, pero vamos por una segunda opinión. Esto será largo”, explicó el abogado.
Un detalle que resulta llamativo del caso, es que el Dr. Romano conoce a la familia de la víctima porque años antes había actuado como defensor de Marcelo Russo. “Ellos saben como trabajo. Ni siquiera lo dejé viajar en colectivo; estuvo en San Pedro mientras duró el juicio pero ahora regresó a cumplir su pena”, explicó. Rangoni tampoco estuvo presente en el momento del veredicto del Tribunal nicoleño. “Le pedí que no fuera para evitar problemas, generalmente los ánimos se ponen fuertes, hay discusiones o agresiones… así que le avisé al tribunal que no iba a ir”, agregó Romano.
Dos años y ocho meses
Marcelo Russo falleció en la madrugada del viernes 13 de Diciembre de 2002, alrededor de las seis de la mañana, después de haber sido alcanzado por un disparo. Las pericias balísticas determinaron más tarde que el arma era la de Héctor Rangoni, un comerciante que entonces tenía 56 años, y se alojaba en el Residencial Belgrano ubicado en Belgrano 1370. Allí se iniciaron los sucesos esa madrugada, porque Rangoni fue alertado por el encargado del lugar, Manuel Belo, de que un sujeto se encontraba en su camioneta, una pick up Dodge azul con caja de madera trasera que siempre quedaba estacionada en el frente del edificio. Rangoni, que luego explicaría que “estaba cansado de que le robaran”, y que temía siempre que se llevaran su vehículo porque era su herramienta de trabajo, tomó su arma y se dirigió a la calle. Vio a un joven que emprendía la huida y disparó su arma de la que habrían salido dos proyectiles. Uno de los disparos impactó sobre la ventana de la vivienda de la familia Fontella, ubicada justo frente al residencial. Russo habría sido alcanzado por el otro proyectil en la esquina de Lavalle y Belgrano según indicaban los rastros de sangre, que continuaban durante una cuadra, hasta la calle Ituzaingó, donde finalmente la víctima cayó sin vida.
En principio, la carátula del crimen se labró como tentativa de robo seguida por homicidio, pero el tribunal finalmente lo consideró un homicidio simple.
En el Juicio, Rangoni recalcó que su intención nunca habría sido matar al joven, que jamás pensó que uno de sus disparos lo había alcanzado. El caso desató en San Pedro primero una marcha en apoyo al imputado por considerar que su reacción había sido consecuencia de la inseguridad que vivía la población, pero tuvo pocos adherentes.
Varios testigos también confirmaron que esa madrugada, Rangoni y Russo habían estado juntos en la cantina del Club Banfield, y hasta habían compartido copas o juegos de naipes. Según explicó Gabriel Russo, el hermano del occiso que estuvo presente en el juicio, las declaraciones de estas personas apuntaron a que sólo habría habido partidos de pool. Sin embargo, tanto él como el resto de su familia siguen asegurando que existirían otras versiones y otros testigos de lo que ocurrió esa noche y que jamás se animaron a declarar ante la justicia.