Aparecieron los útiles de Rubén y Lidia: el motochorro que les robó los arrojó en la calle
Una vecina de la zona de Frers y Padre Santana trajo a la redacción de La Opinión una bolsa con carpetas, libros y útiles escolares que otra mujer del barrio vio arrojados en la vía pública. Eran los que un motochorro robó el lunes por la noche a Rubén y Lidia, los abuelos que cursan la secundaria en el plan Fines. Otros ciudadanos que conocieron la noticia del asalto se solidarizaron con ellos y acercaron elementos para reponer lo robado.
Este martes, La Opinión contó el robo que sufrieron el lunes por la noche Rubén Velo y su esposa, Lidia, quienes fueron asaltados por un motochorro en la esquina de Colón y Nuestra Señora del Socorro, a metros de su casa, cuando regresaban de la escuela 43, donde cursan la secundaria en el plan Fines y son la pareja de mayor edad inscripta en el programa.
Antes del mediodía, una mujer llegó a esta redacción para dejar una bolsa con carpetas, libros y otros útiles escolares que aparecieron desperdigados en la vía pública en la zona de Padre Santana y
Frers, a pocas cuadras de donde sucedió el robo.
Eran las cosas de Lidia y Rubén, que a los pocos minutos ya estaba en Liniers 71 para recogerlos. Otra mujer del barrio vio anoche a una persona en moto que arrojaba esa bolsa en la vereda de un baldío y le avisó a su vecina, que junto a su marido fue a ver de qué se trataba.
Al notar que eran elementos escolares, los recogieron y se los llevaron a su casa, para esta mañana traerlos a La Opinión con el objetivo de que se difunda el hallazgo para que su dueño pudiera recuperarlos, sin saber que se trataba de lo que les habían robado a los abuelos estudiantes.
Tras la publicación, muchas personas llamaron para contactarse con Rubén y Lidia con intenciones de ayudarlos y colaborar para que pudieran comprarse nuevos útiles. Sandra, una mujer que también cursa la secundaria en el Fines, vino hasta la redacción con una bolsita con carpetas, hojas, lapiceras, lápices y mircrofibras para donarles.
Rubén y Lidia fueron sorprendidos alrededor de las 21.30, cuando se habían retirado antes de la escuela tras terminar una prueba. Un motochorro sin casco y en una moto sin luces les arrebató las bolsas que llevaban, en las que además de los útiles tenían sus teléfonos celulares y un monedero con dinero en efectivo.