Antes del violento robo a la familia Alsogaray, el único sospechoso tenía que estar preso pero la Fiscalía 11 no se dio cuenta
La Opinión revela hoy en su edición impresa 1424 que Jonathan Bedetti, apuntado de haber baleado a Victoria Amatrian y Pedro Alsogaray en su casa el 4 de julio pasado, cumplía condena por tentativa de homicidio pero en su casa. Había sido sentenciado a cuatro años de prisión y fue beneficiado con un arresto domiciliario. El sábado previo al hecho, fue aprehendido tras intentar robar sillas en una vivienda. Ese día deberían haberle revocado el beneficio y alojarlo en una Unidad Penal.
La causa por el violento robo a la familia Alsogaray Amatriain, del que mañana se cumplirán dos semanas, tiene en el detenido y luego liberado Jonathan Bedetti, de 27 años, al principal sospechoso, quien antes de que se produzca el asalto debería haber estado alojado en una unidad penitenciaria si no fuera por la impericia de la fiscalía que lo tuvo preso unos pocos días antes, tal revela hoy La Opinión en su edición impresa 1424.
Bedetti es el principal sospechoso no sólo porque esa fue la línea de investigación inicial a raíz de los videos queregistraron las cámaras de seguridad sino porque cuando las víctimas declararon al fiscal Marcelo Manso le quedaron algunas cosas más claras.
Una serie de imágenes de cámaras de videovigilancia de viviendas vecinas contribuyeron a alimentar la sospecha y la declaración que Manso tomó a Victoria Amatriain cuando todavía estaba internada en el Hospital Italiano, la semana pasada, antes de recibir el alta médica, fueron determinantes.
La víctima del violento robo reconoció que el rostro y la contextura física de Jonathan Bedetti coinciden con quien entró a su casa el jueves 4 de julio, pasadas las 3.00 de la mañana, fue sorprendido por los propietarios, se trenzó en lucha con Pedro Alsogaray y descerrajó una serie de disparos de arma de fuego que dieron en la rodilla de Pedro y en la zona abdominal de Victoria, que “se salvó por un centímetro y medio”, según le dijo un médico del Italiano a Manso.
Bedetti tiene una trayectoria delictiva que no sólo implica el ingreso a la Comisaría por diversos hechos que a esta altura de las circunstancias aparecen como “menores” frente a otros delitos a los que la comunidad asiste impávida a diario.
Además de sus múltiples “pequeñas causas”, estaba condenado por tentativa de homicidio, cumplía arresto domiciliario y el sábado 29 de junio, cuando los vecinos de la zona de Colón al 2200 lo atraparon tras intentar robar en una casa, él debería haber estado dentro de la vivienda familiar del barrio La Tosquera, donde creció y reside, porque así lo había dispuesto la Justicia. Lo peor, acaso, es que nadie se percató de ello. La noche que lo detuvieron por ese intento de robo, la policía lo puso a disposición de la Fiscalía No 11 que conduce Viviana Ramos.
Como bien se sabe, la titular de esa UFI tiene domicilio en San Nicolás y son sus instructores los que quedan a cargo. Esa semana estaba al frente Laura Bernasconi, que ya había tenido algunas dificultades con un hecho de abigeato cuando el Comando de Prevención Rural detuvo a dos sospechosos con carne de animales recién faenados y se los devolvió a los presuntos malhechores.
La agente no se percató que Bedetti estaba condenado por tentativa de homicidio y que había violado su arresto domiciliario, un beneficio que debería haber sido revocado de inmediato, puesto que no sólo había salido de la vivienda sino que lo había hecho para robar.
Los “podría haber sido, pero…” de la historia nunca son bien vistos. Pero en este caso es imposible soslayarlo. Si la Fiscalía 11 hubiera cumplido con su deber de revisar la condición del detenido que tenía a su cargo por intento de robo, es probable que Bedetti no hubiese ingresado a la casa de los Alsogaray, si es que lo hizo, como se presume.