ANIQUILADOS
Este editorial estaba listo para ser publicado hace dos semanas. Por nuestros principios y esencialmente nuestro deseo de no caer en el simplismo de los “perseguidos”, decidimos omitirlo. Nos equivocamos. A la luz de los acontecimientos y los hechos perpetrados contra nuestros medios y su directora, es nuestra obligación compartirlo con los que semana a semana, fielmente reciben en sus casas la versión original de los hechos. Parece que es pecado mantener una opinión independiente.
El miedo no es sonso. Se acerca el 25 de Mayo, con su plaza repleta de “convicciones” y “principios”. Allí, estarán todos, sin excepciones. El arco político convencional y los gurúes de la Era K.
La triste y escasa oposición seguirá por mucho tiempo confundida, entre la inmediatez de una elección y la apuesta a perder a largo plazo.
Entendidas las cosas de ese modo, resta pensar en el arco social que ha “desaparecido” de la contienda cotidiana. En los miles de ciudadanos que no encuentran un refugio adecuado para sus esperanzas.
Entre ellos, los que trabajamos y damos trabajo. Los que opinamos y dejamos que opinen. Los que tenemos ilusiones y alentamos las ilusiones de otros. Los que podemos vivir y dejamos que otros vivan. Los que soñamos con una distribución más justa de la riqueza y lo practicamos en nuestros propios entornos. Los que no pedimos nada al poder y tampoco recibimos nada del poder.
Estamos los temerosos por la inseguridad y a la vez defendemos los derechos que tienen los delincuentes. Los que pagamos tasas e impuestos de todo tipo y pretendemos que nuestros dineros lleguen a la educación, la salud y la justicia. Los que no comulgamos con el dirigente de moda y sostenemos la democracia sin NINGUNA duda.
Estamos los mansos obreros del silencio, los hacedores de la quietud permanente, los resignados idealistas que aún en la adversidad sostienen la bandera en alto.
Estos, los que no vamos a estar en la Plaza, veremos desfilar las caras del pasado y del presente, por el balcón de las “contradicciones fundamentales”.
El balcón que sin excepciones, todos han utilizado, sea para llevarnos a la guerra, para expulsar a los Montoneros o para recitar el preámbulo de la Constitución.
Estos, que hace algunas semanas nos atrevimos a publicar un editorial comprometido y temeroso de las represalias. Los que recibimos secretas palmadas en la espalda y ruidosas críticas cargadas de odio.
No estamos haciendo nada malo. Sólo estamos OPINANDO. A quién pueden dañar nuestras palabras? Quién se sentiría agraviado por una opinión diferente? Por qué empeñarse en silenciar o hacernos “desaparecer” cuando estamos con tanta vida y simplemente publicando UNA opinión, que permita mirar desde otro lado las cosas.
Es peligroso pensar? Es peligroso tener memoria? Es peligroso no ser oficialista? Es peligroso no ser opositor?
Desgraciadamente, en los tiempos que corren, las presiones se multiplican y NADIE por más que insista, podrá privarnos del derecho a informar y OPINAR, al menos mientras nuestros medios sean los que mayor penetración social han obtenido, pese a que hay miles de lectores y oyentes que no piensan como nosotros, pero nos escuchan y nos leen con respeto, porque saben que NO MENTIMOS.
Sabemos, que por estas horas, un nuevo embate se está gestando para hacer blanco en La Opinión y La Radio. Tenemos noticias de quiénes son y dónde se están reuniendo para iniciar en la próxima semana un operativo de desacreditación a nosotros y a algunos de nuestros periodistas. Conocemos MUY BIEN las herramientas que van a utilizar para intentar tapar el sol con el pulgar, como lo han hecho en tantas oportunidades y en todas las gestiones, sean del signo que sean.
Nos hemos metido con demasiados sectores de poder, hemos enfrentado a los sindicatos, a los funcionarios corruptos, a los concejales zánganos, a los legisladores inútiles, a la “maldita” y a la “arslaniana” policía. Hemos puesto en blanco sobre negro intereses económicos que exceden y en mucho nuestro límite de imaginación. Buscamos debajo de los ladrillos a los punteros y a sus mentores políticos en cada elección demostrando cómo se ganan las elecciones. Es más, desde el más oscuro abusador de menores al más encumbrado abogado, han soportado el titular de nuestras tapas.
Qué más podría pasarnos ahora, sólo por opinar?
A quienes están armando esta maniobra, intentando minar nuestra CONTUNDENTE CREDIBILIDAD, los invitamos a pasar por todos los organismos de control y por nuestra propia administración porque tenemos las cuentas MUY CLARAS. Algo que no todos pueden exhibir con tanta apertura como los 14 años de La Opinión y los casi 10 de La Radio.
No nos van a amedrentar ni dejaremos de decir lo que tengamos que decir por más presiones que ejerzan sobre nosotros y sobre nuestros anunciantes.
El pueblo de San Pedro sabe que puede DISCREPAR CON NOSOTROS, algunos hasta pueden ODIARNOS, pero tiene muy claro que en esta isla pequeña de la que aún somos amos y señores, comemos gracias a NUESTRO TRABAJO de cada día.
Somos un grupo de trabajadores de prensa con una minuciosa y precisa memoria. Por eso, cuando intentan caminar sobre nuestro honor y nuestras familias, nos estimulan a buscar en el archivo las fotos que los muestran con la HIPOCRESIA de la que están hechos.